Se
cancelan proyectos energéticos por US$ 1000,000,000,000 por la caída del precio del petróleo, por
ejemplo a Ucrania con una caída del PBI de - 7,5 % se le suma la no inversión de
Chevron por US$10,000,000,000 por Moises Naim.
Nota del autor del blog: de lo que
leo se me ocurre que la OTAN deseaba quizás no cercar a Rusia (fue sin querer
queriendo) sino aprovechar los gigantescos oleoductos y gasoductos con los que Rusia
abastece a Europa occidental para reexportarse
ellos mismos el gas de esquisto, la dejaron en ruinas a la económica de Ucrania
y ahora que se van, quizás vuelva la paz entre Kiev y Moscú.
Uno que lo puede pasar muy mal es Egipto con
la bajada del precio del petróleo sus patrocinadores árabes que le dan 12,000
millones de dólares pueden dejar de ayudar pues están en recesión de 10 % a 20%
tal vez no se note pues por ejemplo Arabia Saudita puede poner de su bolsillo
para que el pueblo ni se de cuenta.
Las
sorpresas de un petróleo más barato
http://elpais.com/elpais/2015/01/02/opinion/1420219111_960203.html
El repentino abaratamiento del crudo
podría ser tan perturbador como la crisis de 1974
ESPECIAL
El mundo en 2015
MOISÉS
NAÍM 4 ENE 2015 - 13:32
CET
Ilustración
Eva Vázquez
La crisis
del petróleo de 1974 cambió el mundo. Hacia marzo de aquel año, el precio del
crudo se había cuadruplicado: el barril pasó de tres a
doce dólares.
Los países
productores, en su mayoría de Oriente Próximo y el norte de África, se
convirtieron en nuevas potencias económicas, mientras que las economías de EE UU, Europa, Japón y otros importadores sufrieron un
grave revés. Las relaciones de poder entre los principales actores geopolíticos
se vieron alteradas y se crearon nuevos vínculos. También provocaron guerras y
contribuyeron a la propagación internacional del fundamentalismo islámico,
gracias a la financiación que recibió de países que acababan de convertirse en
Estados muy ricos, como Arabia Saudí y otros.
El mundo
está a punto de descubrir que la considerable, repentina y absolutamente
inesperada bajada actual del precio del crudo podría ser tan perturbadora como
esa crisis de 1974.
Algunas de
las repercusiones que ha tenido en todo el mundo la caída del precio del crudo
iniciada en junio —con un descenso del 45%— han
sido inmediatas. La alegría con la que los ciudadanos de Estados Unidos y el
resto del mundo han empezado a consumir gasolina es un ejemplo de ello. Otro es
la preocupación de los Gobiernos de los países exportadores de petróleo, que se
enfrentan a la necesidad de recortar el gasto público y se arriesgan al caos
social y político.
Hay
otras consecuencias de la bajada del precio del petróleo que apenas han empezado a notarse.
Últimamente, la prensa nos está dando pistas sobre lo que le espera al mundo si
los precios siguen bajos durante un periodo prolongado (y subrayo ese si
condicional). Chevron acaba de anunciar que va a
cancelar un proyecto de exploración de 10.000 millones de dólares para buscar
gas de esquisto en Ucrania.
El
Gobierno de Kiev contaba con ese proyecto para estimular su renqueante economía
y reducir su dependencia del gas ruso.
Este no es
más que un ejemplo concreto de una tendencia más generalizada: descartar o
posponer proyectos energéticos que, de repente, se han vuelto demasiado arriesgados o inviables,
desde un punto de vista económico, al bajar el precio del crudo. Según Goldman Sachs, hay inversiones en el sector valoradas
en un billón de
dólares que ahora se están reconsiderando o se han cancelado.
A la larga,
el efecto puede ser una menor producción de petróleo y, por tanto, un precio
más alto de la energía. A corto plazo, la desaparición repentina de este enorme
flujo de inversión perjudicará por fuerza a las
compañías energéticas y, especialmente, a sus proveedores de equipos y a las empresas de construcción e
ingeniería que deben llevar a cabo esos trabajos.
Otros tres
titulares de prensa que ilustran los cambios que ha traído consigo la crisis
del petróleo de 2014 proceden de Rusia, Venezuela e
India. El pasado 15 de diciembre fue un lunes negro: la Bolsa de Moscú
experimentó un retroceso del 11% y el rublo cayó un 13%, lo que significa que
una cuarta parte del valor en dólares de las empresas cotizadas se esfumó en un
solo día. El Banco Central respondió subiendo los tipos de interés del 10,5% al
17%. Esta dolorosa medida sigue siendo insuficiente para frenar el rápido y
enorme descenso de las reservas y la veloz devaluación de la moneda provocados
por la disminución de los ingresos del petróleo (el 75%
de las exportaciones totales y el 50% de los ingresos públicos del país),
la masiva fuga de capitales y las sanciones económicas por el conflicto
ucranio. El temor, cómo no, es que el beligerante Vladímir Putin siembre cizaña
en el exterior para distraer la atención de la difícil situación de Rusia.
En Venezuela, la economía ya estaba sumida en el caos
cuando el barril de crudo estaba en los 120 dólares. Ahora que los precios han
caído por debajo de los 60 dólares, el Gobierno, conocido por la corrupción endémica
y su desastrosa gestión, está perdiendo el control. Así y todo, el presidente,
Nicolás Maduro, ha afirmado una y otra vez que la precaria situación se debe a
una conspiración internacional y ha reaccionado redoblando los ataques contra
quienes le critican (como yo) y la represión contra los políticos de la
oposición. El desastre financiero de Venezuela ha sido un factor importante en
el histórico cambio en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba anunciado por
Barack Obama y Raúl Castro el pasado 17 de diciembre.
La arruinada
economía de Cuba se ha mantenido a flote
gracias, en gran medida, a las enormes subvenciones de Caracas desde que Hugo
Chávez llegó al poder en 1998. Sin embargo, últimamente se ha puesto de
manifiesto que sustentar la economía cubana en la cuerda de salvamento de
Venezuela era una apuesta demasiado arriesgada. La caótica situación económica
y política de Venezuela hacía cada vez más difícil que se pudieran mantener los
acuerdos mantenidos entre ambos países en los últimos 15 años. Sin duda, la
débil situación de la economía venezolana ha llevado a que los dirigentes de
Cuba se mostrasen más dispuestos a aceptar una descongelación de las relaciones
con Estados Unidos que seguramente impulsará el comercio y la inversión en la isla.
Por consiguiente, el abaratamiento del petróleo también ha sido, de forma muy
indirecta pero poderosa, un factor que ha contribuido a que se ponga fin a una
política estancada e ineficaz que estaba en vigor desde hace más de medio
siglo.
Mientras
tanto, India ha aprovechado la bajada de los
precios del petróleo para recortar las elevadas subvenciones que paga por el
consumo de gasóleo. Hace tiempo que se sabía que esas ayudas eran
perjudiciales, pero suprimirlas resultaba impopular desde el punto de vista
político. Este es un buen ejemplo de un país que aprovecha la oportunidad que
brinda la caída del crudo para aprobar una reforma necesaria que antes era
demasiado delicado abordar.
Represión
política, arriesgados proyectos internacionales y reformas necesarias en la
política exterior o la economía son solo algunas de las consecuencias
inesperadas del abaratamiento del petróleo.
Traducción
de Paloma Cebrián / News
Clips.
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