En
Europa se ponen a la venta miles de iglesias vacías y le sigue EEUU
En
Europa se ponen a la venta las iglesias vacías
http://lat.wsj.com/articles/SB11981194542622794422204580395551131919296?tesla=y
Por Naftali Bendavid
Actualizado
lunes,
12 de enero de 2015
16:21 EDT
La antigua
iglesia de San José en Arnhem, Holanda, es ahora
un centro de patinaje. Merlijn Doomernik for The
Wall Street Journal
ARNHEM,
Holanda—Durante una
noche reciente, dos decenas de jóvenes en monopatines realizaron peligrosos
saltos al interior de una vieja iglesia aquí, observados por un mosaico de
Jesús y una solemne variedad de santos de piedra.
Nota del autor del blog: como es un
lugar santo, el que muera dentro de él, ira directo al cielo, sin intermediarios. Así me enseñaron de niño. Ósea es un buen lugar para cosas arriesgadas.
Este es el
Centro de Patinaje Arnherm, una extraña reencarnación de la Iglesia de San
José, que en su momento resonaba con las plegarias de casi 1.000 fieles.
Es una de cientos de iglesias cerradas o amenazadas por una
cantidad cada vez menor de fieles, que plantean un dilema para comunidades, e incluso gobiernos, en toda Europa Occidental:
¿qué hacer con edificios en su
momento sagrados y ahora vacíos que se pueden ver cada vez más en zonas rurales
que van desde Gran Bretaña a Dinamarca?
El centro de
patinaje quizás no dure mucho tiempo.
La antigua iglesia tiene problemas de
filtración de agua y necesita reparaciones urgentes; la ciudad les cobra los
impuestos a los patinadores; y la
iglesia católica, que aún es dueña del edificio, intenta venderlo a un precio
que no pueden pagar.
“Estamos en tierra de
nadie”, dice
Collin Versteegh, el hombre de 46 años encargado del lugar. “No tenemos margen
de maniobra”.
Los
problemas del centro de patinaje se repiten en todo un continente que alimentó
durante mucho tiempo al cristianismo pero que se está
volviendo cada vez más secular.
El cierre de iglesias en Europa
refleja el rápido debilitamiento de la fe en el continente, un fenómeno que es doloroso tanto
para fieles como para otras personas que consideran a la religión como un
factor unificador en una sociedad dispar.
“En estos pueblitos,
tienes un café, una iglesia y un puñado de casas; y eso es todo”, dice Lilian Grootswagers, una
activista que luchó para salvar la iglesia en su pueblo en Holanda. “Si
la iglesia es abandonada, tendremos un enorme cambio en nuestro país”.
Una antigua iglesia luterana en Edimburgo es ahora un bar
ambientado con la historia de Frankenstein. Frankenstein Pub
Las tendencias de otras religiones
han sido diferentes a las del cristianismo.
El judaísmo ortodoxo, que predomina en Europa, se ha
mantenido relativamente estable.
El
islam, en tanto, ha crecido gracias a la inmigración desde países
musulmanes de África y Medio Oriente.
La cantidad
de musulmanes en Europa creció desde alrededor de 4,1%
de la población europea total en 1990 a alrededor de 6% en 2010, y se proyecta que alcance 8%, o 58 millones de personas, para 2030, según el Pew
Research Center, un centro de estudio con sede en Washington.
Para los
cristianos, el cierre de una iglesia es un evento emotivo, incluso para algunas
personas no religiosas. Cuando esto sucede, las localidades a menudo quieren
recrear el sentimiento de centro de la comunidad y buscan usos importantes para
esos edificios históricos. Pero mantener las propiedades suele ser costoso. Así
que los proyectos comerciales suelen hacerse cargo del espacio.
Cifras sobre
las iglesias cerradas en toda Europa son difíciles de encontrar, pero las de
países individuales son reveladoras.
La
Iglesia de Inglaterra cierra unas 20 iglesias al año.
Alrededor
de 200 iglesias danesas fueron designadas no viables o poco usadas.
La
Iglesia Católica en Alemania cerró unas 515 iglesias en la última década.
Pero en Holanda es donde la tendencia parece estar más avanzada.
Los líderes
católicos del país estiman que dos tercios de sus 1.600
iglesias dejarán de funcionar en una década, y se prevé que 700 de las iglesias protestantes holandesas cierren en los
próximos cuatro años.
Estados
Unidos por ahora ha evitado una ola similar de cierres, ya que los cristianos
en ese país siguen siendo más religiosos que los europeos.
Pero investigadores religiosos sostienen que
la cantidad en descenso de asistentes a misa en EE.UU.
sugiere que el país podría enfrentar el mismo problema en los próximos años.
Muchas
iglesias europeas han estado en el centro de sus comunidades desde hace
décadas. Los residentes suelen tener lazos muy fuertes con ellas y se resisten
a propuestas pragmáticas para convertirlas en tiendas u oficinas.
Versteegh
considera que el centro de patinaje que administra es beneficioso para la
ciudad, y agrega que protege el edificio además de darles a los jóvenes una
forma de divertirse de forma constructiva.
Pero asegura
que los líderes católicos y municipales locales se niegan a financiarlo. Éstos
contestan que les gusta el centro pero que no tienen fondos.
Cuando las
comunidades se esfuerzan por reinventar sus viejas iglesias, algunas soluciones
son menos distinguidas que otras.
En
Holanda, una antigua iglesia se convirtió en supermercado,
otra
es una floristería,
una
tercera es una librería
y
una cuarta un gimnasio.
En Arnhem,
una tienda de ropa femenina moderna llamada Humanoid ocupa el edificio de una
iglesia que data de 1889.
Una antigua
iglesia en Bristol, Inglaterra, es ahora una academia circense. Circomedia
En Bristol,
Inglaterra, la antigua iglesia de San Pablo se convirtió en la escuela de circo
Circomedia. Operadores dicen que los techos altos son perfectos para los
equipos aéreos como trapecios.
En Edimburgo, Escocia,
una iglesia luterana se convirtió en un bar ambientado en la historia de
Frankenstein, con tubos de ensayo, láseres y un Frankenstein de tamaño
real que desciende del techo a la medianoche.
Muchas
iglesias, en especial las más pequeñas,
se están convirtiendo en residencias privadas, y eso ha impulsado una
industria para conectar a los potenciales compradores con iglesias viejas.
Las iglesias
en desuso se han convertido en un problema lo suficientemente grande para
atraer la atención de gobiernos. Holanda, junto con grupos religiosos y
cívicos, adoptó una “agenda” nacional para preservar los edificios.
En
Arnhem, el padre Hans Pauw, pastor de San Eusebio, confirma que la parroquia está intentando vender la
iglesia, pero dice que sus líderes no tienen problema con que los patinadores
la usen por ahora y que están hablando con un potencial comprador.
“Hay algunas cosas que
no queremos: un casino o un palacio del sexo o algo así”, dice el padre Pauw. “Pero cuando ya
no es una iglesia ante nuestros ojos, entonces puede tener cualquier
propósito”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario