Mensaje
del futuro
http://elpais.com/elpais/2015/01/11/opinion/1420993628_285045.html
Ya se puede predecir el
comportamiento. Pero, ¿se debe?
EL
PAÍS
12
ENE 2015 - 00:00 CET
Cuando la
tecnología lo permita, ¿quién querrá conocer su futuro?
Sus aptitudes para la compresión
lectora o la abstracción matemática, sus tendencias a la adicción o a la
delincuencia, su impulsividad para reincidir en hábitos insanos o su respuesta
al tratamiento psicológico o a los fármacos.
Puede dar
miedo, y lo da, pero el caso es que la tecnología para predecir todos esos
comportamientos ya existe.
Se llama neuroimagen, y todo el mundo ha visto algunos de sus
resultados: esas secciones virtuales del cerebro donde una zona u otra se
ilumina en colores cálidos cuando el voluntario se somete a una prueba
psicológica que le exige entender, reaccionar, planificar, resistir a la
tentación o, simple y llanamente, mentir como un trilero.
Estamos
desnudos ante esas máquinas que filman nuestro pensamiento en acción cerebro, y
los resultados de esas decenas de miles de experimentos se pueden ya usar para
predecir el comportamiento futuro. Se puede hacer, pero
¿se debe?
Así lo acaba
de proponer un grupo de neurocientíficos del
Massachusetts Institute of Technology (MIT)
¿Qué
pretenden en realidad?
Construir un Big Brother global que va mucho más
allá de las actuales cámaras de seguridad al registrar no ya nuestros actos,
sino nuestras intenciones?
¿Se
han tomado en serio estos científicos el argumento de Minority Report?
La
tecnología ya permite este escenario, ¿cuáles son los
riesgos?
Hay sobre todo
uno: que se utilicen esas predicciones para seleccionar a niños y adultos que
vayan a alcanzar el éxito con mayor probabilidad, o para descartar a quienes
puedan caer en la adicción o en el delito.
Para detener
al delincuente antes de que haya hecho nada. Terrorífico, ¿no es cierto?
Los
científicos, sin embargo, proponen su proyecto de adivinación con la mejor de
las intenciones: ayudar a la gente.
Las
neurociencias ya permiten saber si un niño va a ser disléxico a las 36 horas de
nacer, es decir, ocho años antes de que su dislexia se revele. Ocho años que
pueden ayudar a dedicar a esos niños los programas que necesitan para superar
su traba. Si podemos hacer eso, ¿tenemos derecho a no hacer nada? ¿Y por el
mero hecho de que una técnica valiosa se puede usar mal?
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