Los
griegos votan sobre seis años de austeridad impuesta por la UE
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/24/actualidad/1422134468_578780.html
El favorito Syriza pretende abandonar el
rescate y reestructurar la deuda
MARÍA
ANTONIA SÁNCHEZ-VALLEJO (ENVIADA ESPECIAL)
Atenas
24 ENE 2015 - 22:24 CET
Alexis
Tsipras, líder de
Syriza, este sábado en Atenas. / KOSTAS TSIRONIS (BLOOMBERG)
El
sexto Gobierno griego desde que empezó la crisis en 2008, suponiendo que tras las elecciones de
hoy se forme uno a corto plazo –y no se repita el escenario de 2012, cuando
hicieron falta dos convocatorias seguidas para ello-, tendrá por delante una
tarea hercúlea, afrontar una crisis socioeconómica sin precedentes en tiempos
de paz
(300.000 familias en
el umbral de pobreza;
una
contracción del 25% del PIB en un lustro;
más del 50% de paro juvenil;
una
deuda de 300.000 millones de euros), pero también, si se confirma el triunfo de la izquierdista
Syriza, una dificultad añadida, la que implica cambiar las reglas del juego en
medio de la partida.
Pese a una tímida recuperación poco palpable aún en la
economía real, con las negociaciones con la troika pendientes de un hilo y
la prórroga del segundo rescate a un mes de expirar, el Ejecutivo que
presumiblemente liderará Syriza –solo o apoyado por otras fuerzas, dependiendo
del resultado de las urnas- pretende
abandonar de inmediato el rescate,
reestructurar
la deuda, con una quita superior al 50% del valor nominal de la misma,
y, sobre todo, sacudirse el dictado
de la troika de acreedores para “recuperar la soberanía”, como subrayó el jueves Alexis Tsipras, su líder, en el cierre de campaña en Atenas.
Que lo haga
o no dependerá de su margen de maniobra, es decir, de los apoyos que coseche
hoy en las urnas. Las encuestas le sitúan al borde la mayoría absoluta.
Ni siquiera la zanahoria de los estímulos del Banco Central Europeo
ha hecho moverse un ápice de sus tesis a Syriza, que insiste en respetar el
mandato popular a la hora de gobernar. Lo dijo Tsipras en un artículo publicado
esta semana en el diario Financial Times:
“La austeridad no es
parte de los tratados europeos. La democracia y el principio de soberanía
popular sí lo son. Si el pueblo griego me respalda con su voto, la aplicación
de nuestro programa económico no será una práctica ‘unilateral’, sino una
obligación democrática”. Su equipo de asesores confía en alcanzar un acuerdo con la
troika antes del verano.
Las
propuestas de Syriza, por tanto, erizan a Bruselas y a
Berlín, y pueden dar ideas a otros países con escenarios parecidos, como
España y los del sur de Europa, víctimas de una crisis algo menos pavorosa que
la griega.
Porque votando a Syriza –pero también a otros
partidos tan dispares como el neonazi Aurora Dorada, el
comunista y el nacionalista Anel, en torno al 12-14% de los votos-, los
griegos se pronunciarán fundamentalmente contra unas recetas de austeridad que
han dejado calcinado el país,
con más de 200.000 jóvenes emigrados al extranjero (el 9% de los licenciados universitarios) y
un incremento de los suicidios de un 45% desde
que empezó la crisis, en 2009.
Tras las 24
horas de silencio impuestas a las encuestas, en vigor desde la medianoche del
sábado, la actividad electoral prosiguió ayer a medio gas por la lluvia y el
cansancio en las casetas que los partidos tienen repartidas por todo el país,
una imagen que tiene mucho de canto de cisne.
Porque también el juego político quedará
transformado radicalmente: tras el aviso de 2012, cuando Syriza se convirtió en
el segundo partido más votado –y en principal fuerza de oposición, con 71
diputados-, entre los tradicionales ND y el Pasok, los comicios de hoy
enterrarán definitivamente el bipartidismo imperante desde la restauración de
la democracia, en 1974, y contribuirán en teoría a ‘sanar’ la crisis de
legitimidad política que la recesión, pero también el
lastre de la corrupción y el clientelismo del sistema, han hecho aflorar
a la superficie.
Una tercera
vía se abre pues en Grecia, así como una decantación de la miríada de partidos
que provocó centrífugamente el colapso del sistema tradicional. De las 22
formaciones que concurren, unas 15 –como el que fuera socio de Gobierno hasta
2013, el moderado Izquierda Democrática- ni
siquiera lograrán según los sondeos entrar en el Parlamento al no superar el mínimo del 3% de los votos que marca la
ley electoral, pero el total de votos que cosechen sí influirá en el balance
final para Syriza y ND, segundo partido en
apoyos (entre el 26% y el 30%).
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