La
caída del crudo amenaza los megaproyectos ¿ya no se justifica la construcción del
gasoducto peruano del sur que pagaremos todos los peruanos con el recibo de eléctricidad para que los chilenos tengan gas barato?
http://lat.wsj.com/articles/SB11487282416363363484204580327523774813274?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB11487282416363363484204580327523774813274.html
Justin
Scheck
miércoles,
10 de diciembre de 2014
0:02 EDT
Proyectos energéticos que tenían muy
buena cara a principios de año ya no parecen tan atractivos.
El derrumbe de los precios del
petróleo ha obligado a las mayores empresas energéticas del mundo a
reconsiderar sus gastos multimillonarios.
Su mayor
dolor de cabeza son los megaproyectos que demandan miles de millones de dólares
en inversión e ingeniería sofisticada para explotar recursos capaces de
producir crudo y gas natural durante décadas.
La petrolera
estadounidense ConocoPhillips COP -0.11% anunció el lunes que su gasto de capital
llegará a los US$13.500 millones en 2015, 20% menos que
este año.
El total
incluye US$4.800 millones, o 36% de su
presupuesto de capital, destinados a iniciar proyectos de petróleo y gas en el
Mar del Norte, en Australia, y en las arenas
bituminosas de Canadá.
Ryan
Lance, presidente
ejecutivo de ConocoPhillips, manifestó que la reducción del gasto “es prudente
dado el entorno actual”. La compañía de Houston reducirá la inversión en
grandes proyectos que están por completarse y en la exploración de nuevas
fuentes de hidrocarburos. ConocoPhillips estima que
extraerá en 2015 3% más de crudo y gas que este año.
Durante toda
una generación, empresas como ConocoPhillips, Exxon
Mobil Corp. XOM -0.35% , Royal Dutch Shell RDSA.LN -0.52% PLC y Chevron Corp.
CVX +0.20% focalizaron sus recursos financieros y humanos en iniciativas que
las llevaron a lugares como las aguas profundas del Golfo
de México, arenas bituminosas de Alberta, Canadá, y el Mar Caspio.
Esta clase
de proyectos enormes usualmente juegan a favor de grandes compañías que cuentan
con la ingeniería capaz de desarrollar yacimientos fuera del alcance de las
firmas más pequeñas o estatales. Además, necesitan sumar reservas para
compensar los declives en la producción de las áreas maduras. Contar con
grandes yacimientos capaces de producir durante un largo tiempo fue una fórmula
exitosa cuando el precio del petróleo Brent, la
referencia del mercado, rondaba los US$100 el barril,
como ocurrió durante gran parte de los últimos años.
Un
proyecto petrolero de Exxon Mobil Imperial Oil
La
situación, no obstante, ha cambiado. El contrato de crudo para entrega el
próximo mes quedó el martes en US$66,84 el barril.
Para que Shell considere iniciar un proyecto,
necesita que el barril esté al menos en US$70, informó
un vocero.
Un portavoz de BP BP.LN
-2.72% PLC dijo que la empresa utiliza
un “precio de planificación a largo plazo de alrededor de
US$80” el barril para evaluar nuevas inversiones.
Rex
Tillerson, presidente ejecutivo de Exxon Mobil, indicó en una reciente entrevista de televisión que
la petrolera considera proyectos “hasta un rango de
US$40” el barril.
Por su
parte, un representante de Chevron dijo que la
compañía ha basado su “proyección de
producción para 2017 en un precio Brent de US$110” y que realiza
“pruebas de resistencia” de proyectos a precios más bajos.
La caída de
la cotización del petróleo es aún más perjudicial debido a los costos fijos de
muchos de estos proyectos. En los últimos años, los contratistas como
propietarios de plataformas de perforación elevaron sus tarifas conforme las
empresas competían por sus servicios.
Algunas
compañías, incluidas Shell, asumieron deudas en algunos de los trimestres
recientes para cubrir costos de desarrollos, adquisiciones y dividendos de
accionistas, ya que sus flujos de caja eran insuficientes para financiar todos
los gastos. Una vocera de Shell hizo hincapié en que su flujo de caja en su
trimestre más reciente había subido frente a igual lapso del año previo.
Ben
van Beurden, presidente ejecutivo de Shell, indicó este año que sus grandes y caros proyectos hacían
demasiado “engorroso” para la compañía ofrecer proyecciones públicas de
producción o flujo de caja.
Él y otros
ejecutivos han señalado que sus empresas necesitaban recortar gastos. Incluso antes de que los precios del crudo empezaran a
caer a mediados de año, las compañías habían estado retrasando o cancelando
proyectos por preocupaciones de costos. Chevron y BP
están revisando planes de proyectos en altamar en Reino
Unido y Estados Unidos que podrían costar miles de millones de dólares.
Shell
no le dio luz verde a una planta estadounidense para convertir
gas natural en combustible líquido y en julio abandonó
un proyecto gasífero en Arabia Saudita.
Un auge de
la energía de esquisto en EE.UU. alimentado por la perforación de enormes
cantidades de pequeños pozos por parte de pequeñas compañías es el responsable
de la presión sobre los precios de las grandes energéticas. Pero eso no
significa el fin de los megaproyectos. Las grandes compañías aún los necesitan
para mantener sus niveles de producción.
John
England, vicepresidente de la junta directiva de la consultora Deloitte LLP, prevé que las grandes petroleras
sigan adelante con muchos de sus proyectos. “La demanda de energía sigue
creciendo y al mismo tiempo tenemos caídas en la producción existente”,
aseveró.
Voceros de
Shell y BP manifestaron que las empresas hacen previsiones de largo plazo a la
hora de decidir si invertir en un proyecto y toman en cuenta la volatilidad del
precio del petróleo.
El director
financiero de Chevron ha dicho que la segunda
petrolera estadounidense cree que “la demanda global de crudo y gas natural
crecerá mientras que las fuentes existentes de suministro inevitablemente
caerán”.
Analistas
como Iain Pyle, de Bernstein, sostienen que las petroleras tendrán que reexaminar algunas de sus
grandes inversiones. Si los precios del crudo no repuntan pronto, “vamos
a tener cancelaciones de proyectos”, afirmó.
Bernstein
estima que una caída de 35% en los precios del crudo equivaldrá a un descenso
de 25% en el flujo de caja de la industria.
Pero prevé
que los precios subirán a medida que las empresas reducen su perforación.
—Daniel Gilbert contribuyó a este artículo.
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