Después de 13 años la OTAN se retira de Afganistán dejando un talibán mas poderoso que cuando
ingreso.editorial del diario español El país.
Afganistán,
año trece
http://elpais.com/elpais/2014/12/29/opinion/1419878768_107679.html
La masiva
intervención de la OTAN no ha sido capaz
de derrotar a los talibanes
EL
PAÍS
30
DIC 2014 - 00:00 CET
Las enseñas
de combate de la OTAN se han arriado formalmente en Afganistán para dar paso a
una nueva fase de apoyo desde la retaguardia a las tropas afganas, entre 12.000 y 14.000 soldados, la mayoría estadounidenses.
Trece años
después de iniciada, la masiva intervención militar occidental, destinada a
cambiarlo todo, finalmente ha cambiado poco más que las apariencias en el país
centroasiático, asolado por 40 años de guerra e insurgencia.
Los
talibanes no han sido derrotados en Afganistán, pese a los 140.000 soldados
que la Alianza llegó a tener allí en algunos momentos.
Los terroristas siguen dictando la
agenda de Kabul.
Sus
atentados son numerosos y mortíferos. Pocos datos hay tan elocuentes como que
2014 ha sido el año más sangriento desde la invasión.
No hay razones para creer que lo que
no consiguió un despliegue tan formidable vaya a lograrse ahora con la décima
parte de aquella fuerza.
Obama, lejos
de anteriores triunfalismos, ha dado marcha atrás en su decisión de no implicar
a sus tropas en ninguna misión de combate más allá de este año. Lo seguirán
haciendo al menos durante 2015.
El
futuro de Afganistán sigue en el aire 13 años después.
Los
talibanes no pararán la guerra mientras el poderoso
Pakistán, sacudido a su vez por sus propios yihadistas, mantenga el doble juego de pretender ser aliado de Occidente al tiempo
que ofrece refugio, armas y dinero a los integristas afganos.
Subestimar
el papel paquistaní ha sido un grave error aliado. El entendimiento entre Kabul
e Islamabad es imprescindible para alumbrar cualquier horizonte de paz.
Además de
cobrarse la vida de decenas de miles de civiles y soldados (españoles también),
la guerra es un pozo económico sin fondo. Solo EE UU
lleva gastados más de 100.000 millones de dólares, de los que una buena
parte han sido dilapidados o robados en los pasillos del poder en Kabul, bajo
el expresidente Karzai.
Washington y sus aliados seguirán
desembolsando unos 5.000 millones anuales hasta 2017 para pagar al Ejército y
la policía locales.
Kabul tiene
un nuevo Gobierno, formado por el presidente Ghani y su
directo rival en las elecciones, Abdullah, pero
está por verse cómo funcionará esa bicefalia, prometedora sobre el papel.
Si algo ha quedado claro en Afganistán es que
importa poco cuántos soldados o millones se pongan a disposición de un país si
sus ciudadanos no impulsan un Gobierno honesto y competente, capaz de asumir
con todas sus consecuencias las riendas de su propio destino.
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