Controles
de capital paralizan la economía griega
Nota del autor del blog: Pobrecitos los griegos, sufren para pagar los 39 euros del teléfono y
ya no pueden comprar champan ni patas de cangrejo de procedencia rusa. ni otras
comiditas importadas ¿Cómo se puede vivir
así en el futuro?
http://lat.wsj.com/articles/SB12349934199692733538104581082693823812036?tesla=y
Por Martina Stevis y Charles Forelle
Jueves,
2 de Julio de 2015 0:02
EDT
ATENAS—En un cajero automático bajo la
Acrópolis, Angeliki Andreaki se aferraba a su
tarjeta débito con las dos manos. Paga sus cuentas en efectivo y su arriendo de
330 euros y una factura del teléfono de 39 euros
vencían el miércoles. “Tsipras ha convertido a este país en Corea del Norte”,
dijo la mujer de 83 años sobre el primer ministro de Grecia, mientras sacudía
la cabeza. “No puedo creer que a mi edad tenga que hacer fila para recibir
efectivo racionado”.
La anciana
retiró el máximo permitido de 60 euros (US$67,08) y se fue directo a pagar la
factura del teléfono. Dijo que volvería durante cinco días consecutivos para
retirar el dinero del alquiler.
Su caso
ilustra lo que ha pasado a ser la vida cotidiana desde que Grecia cerró sus
bancos e impuso controles de capital para prevenir la fuga de dinero del país.
El
congelamiento del sistema bancario griego es el momento más dramático de la
crisis de deuda que ya cumple cinco años, y tal vez sea el más importante.
Desde el lunes 29 de junio, los griegos solamente pueden retirar 60 euros al
día y no pueden transferir fondos fuera del país. El resultado es que la
vapuleada economía sufre un nuevo apretón. Puede que el
país nunca regrese por completo al euro, la moneda que adoptó hace más
de una década.
Cuánto
tiempo durará el dinero que queda y cuán inquietos se volverán los griegos
serán factores vitales en el referendum del domingo en el que los ciudadanos
votarán sobre las exigencias de los acreedores de más
austeridad a cambio de más financiación. Los analistas creen que mientras más restringidos se sientan, más
probable es que los electores voten por el “Sí”.
Hasta el miércoles, el sistema bancario de Grecia tenía
cerca de 1.000 millones de euros en efectivo,
según una persona al tanto. Incluso con el límite de 60 euros diarios sobre los
retiros en cajeros automáticos, “es cuestión de unos pocos días”
antes de que el dinero se acabe, añadió la fuente.
Los griegos
utilizan el poco efectivo que tienen en compras de productos básicos. Myrto
Papadopoulos para The Wall Street Journal
El
miércoles, numerosos cajeros automáticos en el centro de Atenas tenían filas
constantes de gente esperando retirar su límite diario. Los comerciantes dicen
que la gente gasta menos, los mayoristas no pueden pagar sus suministros y los
exportadores extranjeros prefieren no hacer transacciones con sus contrapartes
griegos.
Ryanair
Holdings RYAAY
+1.60% PLC, la mayor aerolínea de bajo
costo de Europa, que vuela a Atenas, Tesalónica
y otras ciudades griegas, informó el martes que aceptaría efectivo por los pasajes
en los aeropuertos griegos porque los clientes han tenido problemas para pagar
con tarjetas de débito. Ryanair tiene su sede en
Irlanda y los pagos electrónicos en el extranjero están prohibidos.
“La peor pesadilla en
lo que se refiere a la comunidad empresarial se ha hecho realidad”, dijo Constantino
Michalos, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Atenas.
Michalos tiene un negocio mayorista de alimentos y 65%
de su línea de productos es importada. A partir de esta semana, los
proveedores extranjeros dejaron de enviar productos, dejándolo con unos 20 días
de inventario. “Tengo la capacidad y los fondos necesarios en mi cuenta
bancaria para importar”, aseveró, pero “no se me permite hacer una
transferencia electrónica”.
La crisis de
liquidez de Grecia golpea primero a los pequeños comerciantes. Christos Georgiopoulos posee un supermercado gourmet
en Plaka, un pintoresco barrio de Atenas frecuentado por los turistas. Vende champán y patas de cangrejo rusas, pero nadie está
comprando. “No he tenido un solo cliente en dos días”, lamentó el miércoles.
Georgiopoulos está cerrando su tienda y dice que no sabe cuándo la reabrirá.
Obsequió algunas patas de cangrejo a sus empleados y llevó algunas a su casa.
“No le he pagado a mi personal y no sé si, y cuando, lo haré”, añadió.
El efectivo
es rey. “Ahora, casi todos los titulares de tarjetas van al cajero automático
todos los días”, explica Stefanos Kotronakis, ejecutivo del proveedor
de procesamiento de pagos ACI Worldwide en Atenas, que opera sistemas que
potencian los cajeros automáticos. “El efectivo tiene ahora un valor más alto”,
resalta.
Ellie
Tzortzi, socia de una
firma de diseño digital y de investigación de mercado con sede en Viena, está
volando a Atenas este fin de semana para pagar a sus empleados en efectivo. “La
última vez que viajé con un fajo de billetes para pagar el sueldo de alguien
fue hace 10 años en Kosovo”, observó.
Los bancos
griegos están en una situación desesperada. Su colchón de efectivo es mínimo y
han sido incapaces durante meses de conseguir crédito en los mercados
internacionales.
Cuando los
depositantes quieren retirar efectivo, como lo han hecho en tropel desde
comienzos de año, no tienen otro remedio que recurrir al Banco Central Europeo
para obtener préstamos de emergencia. El BCE, sin embargo, congeló esa línea de
crédito el domingo pasado. Es muy poco probable que la reactive sin un acuerdo
integral entre Grecia y sus acreedores europeos.
Si los griegos se pronuncian a favor
de un acuerdo, Tsipras, que ha hecho campaña por el “No”, seguramente renunciará como primer ministro. La formación
de un nuevo gobierno y la negociación de un pacto podría tomar tiempo. Un triunfo del “No” dejaría a Grecia y a Europa en posiciones
aún más distantes.
Por ahora,
las penurias causadas por los controles de capital son parcialmente mitigadas
por la gran cantidad de efectivo en circulación, en las billeteras y guardado
debajo de los colchones.
Desde enero
hasta finales de mayo, el Banco de Grecia había emitido
alrededor de 45.000 millones de euros en billetes, muy por encima de su
asignación normal de 18.000 millones, según datos del banco central. No está claro cuánto de ese dinero sigue en
el país.
“No se pueden renovar
los inventarios”,
dijo Michalos, el presidente de la Cámara de Comercio. “En una semana, dos semanas, tres
semanas, estarán agotados”.
—Costas Paris y Robert Wall contribuyeron a este
artículo.
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