Una
potencia desorientada
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/06/23/actualidad/1403552288_678051.html
MARUJA
TARRE
23 JUN 2014
- 21:38 CET1
Por mucho
tiempo creí que la inexistente política exterior del presidente Obama hacia
América Latina, se debía a falta de interés por nuestro continente.
En efecto,
por razones familiares Obama ha estado desde niño en contacto con la religión
musulmana y lógicamente siente una cercanía intelectual con todo lo que ocurre
en el mundo islámico.
Uno de sus
primeros actos de política exterior fue el discurso New
Beginning pronunciado en la universidad Al-Azhar en el Cairo en el 2009.
Quizás fue ese discurso que motivó a los noruegos para darle el premio Nobel de
la Paz.
Desgraciadamente,
aparte de un bello discurso, la política mesoriental
del gobierno de Obama ha sido catastrófica.
Empezando
por la primavera árabe que los tomó de sorpresa y luego, debido a los
estudiantes, al Twitter y Facebook, la interpretaron como una especie de
revolución hippie, llena de paz y amor.
Un primer
despertar ocurrió en la plaza Tahrir la noche misma de la caída de Mubarak,
cuando la periodista Lara Logan, bella, rubia y totalmente gringa, fue asaltada
por una multitud de hombres cuya cultura ella no conocía, ni llegó nunca a
entender.
La llamada
primavera árabe resultó ser en muchos casos una pesadilla árabe, con el
gobierno de Obama dando siempre la impresión de estar a la zaga de todo lo que
ocurría.
Luego vino
el caso de Libia. Un poco a la manera de
Cantinflas, Obama interviene sin querer, interviniendo, pero en todo caso saliéndose
del país norafricano lo más rápido posible.
El caos
existente en Libia es tan grande que la muerte en Benghazi del Embajador de
EEUU y de varios marines, aparentemente sin suficiente protección por parte de
Washington, puede ser uno de los puntos más negativos en la campaña de Hillary
para su elección presidencial.
La crisis siria, descrita por las Naciones Unidas como la
tragedia humanitaria más grave de nuestros tiempos, parece tomar también a
Obama por sorpresa. Traza una “línea roja” que ha sido violada prácticamente
por todo el mundo y confía en Assad para destruir su armamento químico. Todo
esto lleva a que Putin le dé lecciones sobre paz y moderación, en una carta
publicada por The New York Times.
Llega ahora la tremenda y difícil crisis en Irak.
Es indudable
que Obama ganó las elecciones con su promesa al pueblo de los EE UU, de
regresar al país a todos los soldados que estuvieran en combates en el
exterior.
Cumplir con
esta promesa ha sido una obsesión en su gobierno, que lo ha llevado a veces a
retirar precipitadamente tropas indispensables para mantener la paz y el orden.
En Irak, los americanos tumbaron a Saddam Hussein, un
tirano sin lugar a dudas espantoso, pero de paso destruyeron todas las
instituciones existentes.
Se trata de un país con fronteras
artificiales, constituido por minorías que se odian entre sí.
Saddam
mantenía el orden a través del terror.
Se hubiera
necesitado una clase política de altísimo nivel, para conciliar chiitas y
sunnís, más las rivalidades tribales y el eterno problema kurdo.
Los EE UU,
como potencia que ocupaba el país, tenían la obligación de ayudar a su
reconstrucción, no solo material sino también política.
El
General Petraeus, que de
paso tiene un doctorado en Princeton en Relaciones
Internacionales, junto con todo un equipo trató de conciliar los jefes
de tribus sunnís con el nuevo gobierno chiita. Necesitaban más tiempo para
hacerlo. Pero Obama “a petición del
primer ministro al Maliki” sacó todas las tropas en 2011.
En este
momento en Washington, muchos culpan al premier iraquí por su sectarismo y su
torpeza al haber perseguido y alejado del poder a los sunitas. Pero cuesta
trabajo creer que EE UU, como potencia que ocupaba al país militarmente, no
podía imponerle condiciones al hombre que habían instalado en el poder. Al
Maliki, a pesar de haber ganado elecciones en Irak, había tenido primero que
ser examinado por la CIA para ver si era un gobernante “aceptable”.
Los
saudís, que son junto con Israel los aliados más antiguos de EE UU en la región, lo catalogaron desde un principio
como agente de Irán, donde pasó gran parte de su vida política.
Por eso, las recientes declaraciones del
secretario de Estado Kerry, según las cuales su país
estaba dispuesto a colaborar con Irán para derrotar a la guerrilla sunní
de EIIL, han debido caer como una bomba
en los países del Golfo.
Nota del autor del blog: si lo puse
en mi blog el año pasado.
EEUU
cambia de bando y prefiere una alianza con la burguesía islámica de Irán y
prescinde del feudalismo saudita del Ryad .extraído de Aurora Digital.
http://economiaytecnologiaentrujillo.blogspot.com/2013/12/eeuu-cambia-de-bando-y-prefiere-una.html
Quizás
consciente del error, Obama en su última rueda de prensa en la Casa Blanca,
explicó que colaborarían con Irán “siempre que coincidiesen en sus objetivos” Pero
cabe preguntarse: ¿desde cuándo Irán y Washington tienen objetivos
coincidentes? Esa pregunta se la deben estar formulando, muy alarmados, todos
los soberanos que gobiernan los países sunitas del Golfo, que ven a Irán como su enemigo tradicional y que,
hasta ahora, se consideraban aliados y amigos de los EE UU.
En su rueda
de prensa, Obama habló extensamente sobre Irán pero ni siquiera mencionó a sus
aliados sauditas, que indudablemente lo podrían ayudar a tener mejores
contactos con esa guerrilla sunní que tanto asusta en este momento a la opinión
pública mundial.
En todo
caso, viendo las enormes dificultades que tienen los EE UU en desarrollar una
política coherente en el Medio Oriente, pienso que hay que darle gracias al cielo que Obama no se interesa por América
Latina. Mejor estar lejos de la mirada de una potencia que no parece
tener muy claro lo que pasa en el mundo.
@marujatarre Profesora USB, Caracas.
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