Bagdad
en máxima alerta y cercado desde varios frentes por El
califato de Irak y el Levante que combate
a 60 km //personal del extranjero huyen desesperados.
Primeros
indicios del regreso de la violencia sectaria en Irak
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/06/17/actualidad/1403031280_830484.html
ÁNGELES ESPINOSA Bagdad 18
JUN 2014 - 00:10 CET30
Chiíes
iraquíes con un retrato del gran ayatolá Al Sistani en Nayaf. / HAIDAR HAMDANI
(AFP)
Bagdad
está en máxima alerta.
Los puestos
de control han extremado su vigilancia y la gente se recoge en sus casas mucho
antes de que entre en vigor el toque de queda a las diez de la noche. Los
combates entre los insurgentes y el Ejército han llegado a Baquba, a apenas 60 kilómetros de la capital, aunque
las fuerzas gubernamentales aseguraron ayer haber recuperado el control. No
obstante, la muerte de 44 suníes que se
encontraban detenidos en una comisaría de esa ciudad ha despertado el fantasma
de la guerra sectaria.
Durante la
noche del lunes al martes, los milicianos del Estado
Islámico en Irak y el Levante (EIIL) y otros grupos asociados lanzaron
un ataque contra Baquba, la capital de Diyala, una provincia de población mixta (árabes suníes y chiíes, y kurdos) donde ya controlan
varias localidades menores.
Pero ayer
por la tarde, el responsable de la policía, el general
Yamil Kamal al Shimmari, anunciaba que sus hombres habían logrado
repeler el ataque.
Fuente: ‘The Long War Journal’, agencias y elaboración
propia.
“Toda la ciudad está
bajo control, y no se ven grupos de hombres armados en las calles”, declaró el general Yamil a la
televisión estatal.
Más al Norte,
sin embargo, los yihadistas lograron hacerse finalmente con la mayor parte de Tel Afar, a un centenar de kilómetros de la frontera con
Siria, según un responsable del Consejo Provincial de Nínive, citado por
France Presse. Además, dos grupos insurgentes
sirios tomaron el control de un puesto fronterizo entre Irak y Siria en esa provincia.
Durante la
última semana, los yihadistas han logrado hacerse con la mayor parte de la
provincia de Nínive, incluida su capital, Mosul, que es la segunda ciudad de
Irak; la ciudad de Tikrit, y comarcas de las provincias de Saladino, Diyala y Kirkuk. La ofensiva, que al parecer
preparaban desde hace meses, se ha beneficiado de la complicidad de parte de la
comunidad suní, absolutamente desencantada con el Gobierno; pero, sobre todo,
en palabras de un diplomático europeo, de que “el enemigo no se ha presentado
al combate”.
El primer
ministro, Nuri al Maliki, cesó ayer a los cuatro máximos responsables de la
seguridad por incumplimiento del deber. Entre los destituidos, se encuentran el
comandante de la provincia de Nínive, el teniente general Mehdi Sabá Ghawari; y
el comandante Hidayat Abdulrahem, que habría abandonado el campo de batalla,
por lo que será juzgado por un tribunal militar.
Sin embargo,
desde el domingo las autoridades intentan proyectar la imagen de que las
fuerzas de seguridad han recuperado la iniciativa e insisten en que están
recuperando terreno. Ese ímpetu puede quedar eclipsado si llega a confirmarse
que los 44 suníes muertos en un comisaría de Baquba fueron sumariamente
ejecutados.
La mayor refinería del país cierra
por la evacuación del personal extranjero
El EIIL
afirmó en una cuenta de Twitter que los detenidos habían sido asesinados por la
policía. La versión oficial es que murieron durante el ataque de los
insurgentes en el que también perdieron la vida dos policías. Sin embargo, The New York Times cita una fuente policial según
la cual “fueron asesinados por los agentes antes de evacuar la comisaría”.
El diario
también recoge el testimonio de un empleado del depósito de cadáveres que dice
que la mayoría tiene impactos de bala a quemarropa.
Llevará
tiempo saber lo que realmente pasó ayer en esa comisaría. De confirmarse, sería
un peligroso indicador de la vuelta a las matanzas sectarias que llevaron a
Irak al borde de la guerra hace apenas ocho años. De hecho, un segundo
incidente despertó la alarma tanto de la comunidad suní como de las
organizaciones de derechos humanos cuando se encontraron los cadáveres de
cuatro hombres de entre 25 y 30 años, con varios impactos de bala, en un barrio
del este de Bagdad bajo control de milicianos chiíes.
Aunque se
desconoce la identidad de los fallecidos y nadie ha reclamado sus cuerpos, el
modo de proceder sigue la ominosa fórmula de las ejecuciones extrajudiciales
con las que las milicias chiíes vengaban los atentados de los extremistas
suníes civil a mediados de la década pasada. Es un peligro que se ha exacerbado
con el reciente llamamiento a las armas lanzado por las autoridades para
contrarrestar la parálisis de las fuerzas armadas ante el avance insurgente.
Mientras, el
primer ministro, Nuri al Maliki, un chií al que sus rivales acusan de haber
exacerbado las tensiones sectarias, acusó ayer a Arabia
Saudí de estar detrás de los yihadistas que han puesto en jaque a su
Gobierno. “Le consideramos responsable de la ayuda financiera y moral que reciben
los grupos terroristas”, asegura un comunicado difundido por su oficina.
El día anterior, Riad le irritó al pedir la formación de un Gobierno de unidad
nacional en Irak porque, aseguró, Al Maliki ha llevado el país al límite con su
política de exclusión de los suníes.
Al Maliki,
que está al frente del Gobierno desde 2006, intenta obtener un tercer mandato
tras haber conseguido que su partido fuera el más votado en las elecciones del
pasado abril. Sin embargo, tras los sucesos de la última semana, muchos
analistas se preguntan si es la persona adecuada.
El aumento de la violencia ha llevado
a embajadas y empresas extranjeras a replantearse su presencia sobre el
terreno.
La mayor
refinería de Irak, la de Baiji, cerró ayer debido a la evacuación de sus empleados extranjeros. Después de haber logrado
repeler el avance de los milicianos del EIIL, sólo quedaban los trabajadores
locales y la fuerza policial que vigila la instalación.
Tras las
reducciones de personal de las legaciones de Estados Unidos y la ONU, Turquía anunció que evacuaba su consulado en Basora. La
misión turca en Mosul fue asaltada por el EIIL cuando tomó la ciudad hace una
semana. Desde entonces tiene secuestrados a los diplomáticos, sus familias
(incluidos niños) y los policías que les protegían, en total medio centenar de
personas. Además, una treintena de camioneros turcos están en manos de ese
grupo desde unos días antes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de España también ha
actualizado sus recomendaciones de viaje para Irak. La nota advierte de que “la
situación de seguridad en el país se ha degradado gravemente en los últimos
días” y pide a todos los españoles que se encuentren en Bagdad o las provincias
de Al Anbar, Diyala y Nínive, las “abandonen cuanto antes por medios comerciales”.
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