Análisis sobre la presencia de Al Qaeda y Hezbollah en la frontera norte de
Israel. Extraído de diario Aurora Digital.
Una
intervención israelí de lo más discreta en Siria
Jonathan
Spyer
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Oriente_Medio/58392/
Desde el
estallido de la guerra civil en Siria en 2011, los oficiales israelíes observan
los eventos al norte del país con cautela y preocupación.
La inquietud
deriva de la presencia de elementos paramilitares y terroristas anti-israelíes
a ambos lados de las líneas de combate en Siria.
La
prudencia, por su parte, se refiere a la profunda aversión profesada en el
sistema israelí hacia la posibilidad de que el Estado judío sea arrastrado al pantano de la guerra siria.
La
experiencia de Israel en
el Líbano ha dejado una profunda memoria institucional de advertencia en
contra de las incursiones excesivamente ambiciosas en los asuntos de los países
vecinos.
Sin embargo,
cierta evidencia está emergiendo sobre una creciente, aunque aún modesta
participación israelí en los eventos del otro lado de la línea de separación de
las fuerzas, en los Altos del Golán.
La evidencia
menos ambigua de la actividad israelí en relación a Siria se refiere a la serie
de ataques aéreos contra los convoyes de armas destinados al Líbano. Estos han
sido atribuidos, por los medios extranjeros, a Israel, y fueron llevados a cabo
para prevenir la transferencia de determinados sistemas de armamentos de Siria a Hezbollah.
Sin embargo,
las últimas indicaciones emergentes no se relacionan con la actividad en lo
profundo de los cielos de Siria.
No se puede
descartar que los contactos en cuestión estén sucediendo, discretamente, muy
cerca del suelo y muy cerca de la frontera -.
Los
oficiales israelíes han observado con preocupación el flujo y reflujo reciente
de los combates en las provincias Deraa y Quneitra,
en el sur de Siria.
Los combatientes
rebeldes en esta área, como en otros lugares, constituyen un grupo variado y
dispar. El frente sur es el foco de la limitada ayuda occidental y árabe
ofrecida a los rebeldes.
Un centro de
comando occidental en la que personal estadounidense,
jordano, saudita, británico y francés están presentes ha sido
establecido para coordinar la ayuda a los rebeldes en el sur.
Pero los
rebeldes "moderados" del Comando Militar Supremo, vinculado al Frente
Revolucionario Sirio, que se benefician del modesto flujo de la ayuda
occidental y saudita, no son los únicos grupos que luchan contra el presidente
Bashar Assad en el sur.
Jabhat
al Nusra, la filial
oficial de Al Qaeda en Siria, también está jugando
un papel importante en los combates en el sur.
El grupo salafista “Ahrar al Sham” también está presente
con fuerza, entre los rebeldes del sur.
Estos grupos
operan en coordinación con los combatientes apoyados por Occidente.
En las
últimas semanas, las fuerzas lideradas por Jabhat al Nusra han hecho
importantes avances territoriales. A finales de abril, estas fuerzas capturaron
el este de Tel al Ahmar (la Colina Roja),
situada a 5 Km. de la frontera israelí en los Altos del
Golán.
El oeste de Tel al Ahmar, que está a sólo 2
Km. de las primeras posiciones israelíes, fue capturado a principios de
mes.
Las fuerzas
rebeldes esperan continuar empujado hacia Quneitra.
Su intención
es establecer una franja contigua de territorio controlado por los rebeldes a
lo largo de las provincias occidentales de Deraa y
Quneitra - a sólo 100 Km. al suroeste de Damasco -.
Para Israel,
la posibilidad de que los jihadistas, vinculados a Al Qaeda, puedan establecerse
a lo largo de una de sus fronteras representa un escenario de pesadilla. En un video difundido tras la captura de
la colina, a un portavoz “Nusra” se le oye alabar a Osama bin Laden como el
"León del Islam", y prometiendo continuar la guerra contra "los
judíos y los cruzados".
Por lo tanto, el problema es claro.
¿Qué está haciendo Israel para
responder al mismo?
Además de aumentar la vigilancia por medio de
aviones no tripulados y la recolectar información a través de la frontera; la
evidencia sugiere que Israel ha establecido contacto con elementos rebeldes
no-jihadistas apoyados por Occidente, con la intención de asegurarse que se les
impida a los jihadistas establecerse a lo largo de la línea de alto el fuego
sobre el Golán.
La atención
médica que el régimen sirio acusa a Israel de suministrar a los combatientes
sirios heridos ha servido para facilitar este proceso.
Alrededor de
mil combatientes sirios la han recibido; en tanto que los heridos más leves
están siendo atendidos en el hospital de campaña establecido por el Ejército de
Defensa de Israel (Tzáhal), cerca de la frontera, y el resto en los hospitales
del norte de Israel.
El coronel Abdullah al Bashir, que comanda el Consejo Militar Supremo, un destacado elemento rebelde
apoyado por Occidente, fue uno de
los militares, que fue atendido en Israel.
Además del
contacto directo con los rebeldes, Israel también está en contacto con los
líderes locales del otro lado de la frontera, con la intención de ofrecerles
incentivos para que les nieguen refugio y atención médica a los combatientes
jihadistas.
El presunto
apoyo israelí a los rebeldes respaldados por Occidente en esta arena se hace
aún más necesaria por el hecho de que la derrota de la rebelión en Deraa y Quneitra corre el riesgo no de traer el “statu
quo ante bellum” (el estado en que las cosas estaban antes de la guerra), sino a Hezbollah sobre la frontera.
Los
combatientes del movimiento islámico chií están presentes entre las fuerzas
leales al régimen que luchan en el sur.
A principios de marzo, las tropas del Ejército
de Defensa de Israel (Tzáhal) dispararon contra lo que dijeron que era un
equipo Hezbollah tratando de colocar una bomba en la zona fronteriza.
De esta
manera,
¿Está la frontera sur volviéndose
parecida al sur del Líbano en la década de los ochenta?
¿Está Israel siendo arrastrado a otro
compromiso a través de la frontera norte?
Precisamente, debido a que la lección del
Líbano está tan profundamente grabada en la memoria colectiva del sistema
israelí; lo más probable es que la huella o impacto de Israel en el sur de
Siria seguirá siendo discernible, pero leve.
No hay
opciones ideales.
Según una
fuente, Nusra es más fuerte de lo que
parece, ya que ha permitido que las fuerzas pro-occidentales se adjudiquen
el crédito de una serie de operaciones.
Hace eso
para mantener el apoyo occidental que fluye en la zona, del que el propio Nusra
luego se beneficiará.
Así que
cualquier fortalecimiento de los rebeldes en el sur lleva consigo el riesgo de
asistir precisamente al enemigo al que se supone que se debe desbaratar.
Pero la
alternativa de la aquiescencia pasiva ya sea de Al
Qaeda, o Hezbollah, congregándose a lo largo de la frontera es
probablemente peor.
Un complejo
ecosistema político y militar ha surgido en el sur de Siria, justo al otro lado
de la línea de alto el fuego en los Altos del Golán. Israel hará todo lo
posible para preservar sus intereses vitales, evitando al mismo tiempo, una
presencia notoria en esta arena. Mantener el equilibrio no es sencillo.
A partir de
ahora, se puede decir que Israel está activo, aunque discretamente, involucrado
en el sur de Siria.
Jonathan
Spyer es investigador
principal del Center of Global Research in
International Affairs Center (GLORIA) en el Centro Interdisciplinario de
Herzliya y miembro del Middle East Forum.
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