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jueves, 12 de junio de 2014

Análisis sobre la presencia de Al Qaeda y Hezbollah en la frontera norte de Israel. Extraído de diario Aurora Digital.

Análisis  sobre la presencia de Al Qaeda y Hezbollah en la frontera norte de Israel. Extraído de diario  Aurora Digital.


Una intervención israelí de lo más discreta en Siria
Jonathan Spyer

http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Oriente_Medio/58392/
 

 



Desde el estallido de la guerra civil en Siria en 2011, los oficiales israelíes observan los eventos al norte del país con cautela y preocupación.
La inquietud deriva de la presencia de elementos paramilitares y terroristas anti-israelíes a ambos lados de las líneas de combate en Siria.

La prudencia, por su parte, se refiere a la profunda aversión profesada en el sistema israelí hacia la posibilidad de que el Estado judío sea arrastrado al pantano de la guerra siria.

La experiencia de Israel en el Líbano ha dejado una profunda memoria institucional de advertencia en contra de las incursiones excesivamente ambiciosas en los asuntos de los países vecinos.

Sin embargo, cierta evidencia está emergiendo sobre una creciente, aunque aún modesta participación israelí en los eventos del otro lado de la línea de separación de las fuerzas, en los Altos del Golán.

La evidencia menos ambigua de la actividad israelí en relación a Siria se refiere a la serie de ataques aéreos contra los convoyes de armas destinados al Líbano. Estos han sido atribuidos, por los medios extranjeros, a Israel, y fueron llevados a cabo para prevenir la transferencia de determinados sistemas de armamentos de Siria a Hezbollah.

Sin embargo, las últimas indicaciones emergentes no se relacionan con la actividad en lo profundo de los cielos de Siria.

No se puede descartar que los contactos en cuestión estén sucediendo, discretamente, muy cerca del suelo y muy cerca de la frontera -.

Los oficiales israelíes han observado con preocupación el flujo y reflujo reciente de los combates en las provincias Deraa y Quneitra, en el sur de Siria.

Los combatientes rebeldes en esta área, como en otros lugares, constituyen un grupo variado y dispar. El frente sur es el foco de la limitada ayuda occidental y árabe ofrecida a los rebeldes.

Un centro de comando occidental en la que personal estadounidense, jordano, saudita, británico y francés están presentes ha sido establecido para coordinar la ayuda a los rebeldes en el sur.

Pero los rebeldes "moderados" del Comando Militar Supremo, vinculado al Frente Revolucionario Sirio, que se benefician del modesto flujo de la ayuda occidental y saudita, no son los únicos grupos que luchan contra el presidente Bashar Assad en el sur.

Jabhat al Nusra, la filial oficial de Al Qaeda en Siria, también está jugando un papel importante en los combates en el sur.
El grupo salafista “Ahrar al Sham” también está presente con fuerza, entre los rebeldes del sur.

Estos grupos operan en coordinación con los combatientes apoyados por Occidente.

En las últimas semanas, las fuerzas lideradas por Jabhat al Nusra han hecho importantes avances territoriales. A finales de abril, estas fuerzas capturaron el este de Tel al Ahmar (la Colina Roja), situada a 5 Km. de la frontera israelí en los Altos del Golán.

El oeste de Tel al Ahmar, que está a sólo 2 Km. de las primeras posiciones israelíes, fue capturado a principios de mes.

Las fuerzas rebeldes esperan continuar empujado hacia Quneitra.

Su intención es establecer una franja contigua de territorio controlado por los rebeldes a lo largo de las provincias occidentales de Deraa y Quneitra - a sólo 100 Km. al suroeste de Damasco -.

Para Israel, la posibilidad de que los jihadistas, vinculados a Al Qaeda, puedan establecerse a lo largo de una de sus fronteras representa un escenario de pesadilla. En un video difundido tras la captura de la colina, a un portavoz “Nusra” se le oye alabar a Osama bin Laden como el "León del Islam", y prometiendo continuar la guerra contra "los judíos y los cruzados".


 Por lo tanto, el problema es claro.
¿Qué está haciendo Israel para responder al mismo?

 Además de aumentar la vigilancia por medio de aviones no tripulados y la recolectar información a través de la frontera; la evidencia sugiere que Israel ha establecido contacto con elementos rebeldes no-jihadistas apoyados por Occidente, con la intención de asegurarse que se les impida a los jihadistas establecerse a lo largo de la línea de alto el fuego sobre el Golán.

La atención médica que el régimen sirio acusa a Israel de suministrar a los combatientes sirios heridos ha servido para facilitar este proceso.

Alrededor de mil combatientes sirios la han recibido; en tanto que los heridos más leves están siendo atendidos en el hospital de campaña establecido por el Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal), cerca de la frontera, y el resto en los hospitales del norte de Israel.

El coronel Abdullah al Bashir, que comanda el Consejo Militar Supremo, un destacado elemento rebelde apoyado por Occidente, fue uno de los militares, que fue atendido en Israel.

Además del contacto directo con los rebeldes, Israel también está en contacto con los líderes locales del otro lado de la frontera, con la intención de ofrecerles incentivos para que les nieguen refugio y atención médica a los combatientes jihadistas.

El presunto apoyo israelí a los rebeldes respaldados por Occidente en esta arena se hace aún más necesaria por el hecho de que la derrota de la rebelión en Deraa y Quneitra corre el riesgo no de traer el “statu quo ante bellum” (el estado en que las cosas estaban antes de la guerra), sino a Hezbollah sobre la frontera.

Los combatientes del movimiento islámico chií están presentes entre las fuerzas leales al régimen que luchan en el sur.

 A principios de marzo, las tropas del Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) dispararon contra lo que dijeron que era un equipo Hezbollah tratando de colocar una bomba en la zona fronteriza.

De esta manera,
¿Está la frontera sur volviéndose parecida al sur del Líbano en la década de los ochenta?
¿Está Israel siendo arrastrado a otro compromiso a través de la frontera norte?
 Precisamente, debido a que la lección del Líbano está tan profundamente grabada en la memoria colectiva del sistema israelí; lo más probable es que la huella o impacto de Israel en el sur de Siria seguirá siendo discernible, pero leve.

No hay opciones ideales.

Según una fuente, Nusra es más fuerte de lo que parece, ya que ha permitido que las fuerzas pro-occidentales se adjudiquen el crédito de una serie de operaciones.

Hace eso para mantener el apoyo occidental que fluye en la zona, del que el propio Nusra luego se beneficiará.

Así que cualquier fortalecimiento de los rebeldes en el sur lleva consigo el riesgo de asistir precisamente al enemigo al que se supone que se debe desbaratar.

Pero la alternativa de la aquiescencia pasiva ya sea de Al Qaeda, o Hezbollah, congregándose a lo largo de la frontera es probablemente peor.
Un complejo ecosistema político y militar ha surgido en el sur de Siria, justo al otro lado de la línea de alto el fuego en los Altos del Golán. Israel hará todo lo posible para preservar sus intereses vitales, evitando al mismo tiempo, una presencia notoria en esta arena. Mantener el equilibrio no es sencillo.

A partir de ahora, se puede decir que Israel está activo, aunque discretamente, involucrado en el sur de Siria.


Jonathan Spyer es investigador principal del Center of Global Research in International Affairs Center (GLORIA) en el Centro Interdisciplinario de Herzliya y miembro del Middle East Forum. 

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