Se
quejan que las ganancias de las acciones norteamericanas han sido mediocres
este año, cuando deberían dar gracias que no se han ido a la ruina.
Las
acciones de EE.UU. cierran un mal año
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PHOTO: KEVIN
HAGEN PARA THE WALL STREET JOURNAL
Por
Corrie
Driebush y
Dan
Strumpf
Martes,
29 de Diciembre de 2015
0:03 EDT
Este ha sido
un cierre accidentado para un año más bien mediocre
para las acciones estadounidenses.
Muchas de
las fuerzas que han operado detrás del decepcionante desempeño bursátil de
2015, como los deprimidos precios de las materias primas, el modesto
crecimiento de la economía global, la reducción de las ganancias empresariales
y el fortalecimiento del dólar, podrían persistir en 2016.
Los
inversionistas han contado desde hace tiempo con un auge en estas fechas para
cerrar el año en alza y los mercados generalmente han cumplido. Pero aunque las
acciones subieron la semana pasada, el S&P 500 está
en camino a caer durante el período transcurrido entre el 20 de noviembre y el
31 de diciembre por primera vez desde 2002. El índice retrocedió apenas
tres veces desde 1995.
El
S&P 500 acumula un
descenso de 1,5% en lo que va del mes en jornadas marcadas por la volatilidad.
Una caída en los precios de las materias primas golpeó los bonos chatarra y los
títulos de empresas de energía. Las acciones subieron, pero volvieron a caer
con fuerza tras la decisión de la Reserva Federal de elevar las tasas de
interés de corto plazo por primera vez en nueve años. Gracias a una leve
recuperación de los precios del petróleo, las
acciones de energía lideraron el alza del mercado la semana pasada, pero el sector energético del S&P 500 acumula una caída
de 8% este mes y el crudo estadounidense perdió alrededor de 8,5%.
“Desde fines de
noviembre hasta diciembre, muchos inversionistas tratan de no asumir riesgos”, dice Mohit Bajaj, director de
soluciones de fondos que cotizan en bolsa de la corredora WallachBeth Capital
LLC. “Este
año, la decisión de la Fed, intensificada por la caída en el precio del
petróleo, los está básicamente obligando a negociar en lugar de conservar sus
posiciones hasta fin de año”.
En lo que va
de 2015, el S&P 500 y el Promedio Industrial Dow
Jones acumulan descensos de 0,08% y 1,7%, respectivamente. El retorno
total del S&P 500, incluyendo el pago de dividendos, ronda 2,4%. En el
mismo período del año pasado, el S&P había avanzado 13% y su rendimiento
total llegaba a 15%.
“La gente
está más ansiosa”, reconoció Ian Winer, director de operaciones de renta
variable de Wedbush Securities. “Este año, el desempeño inferior al del
mercado es más notable, por lo que en diciembre tendremos mayor volatilidad y
un mayor volumen que lo normal”.
En lo que va de diciembre se han
producido 10 movimientos de 1% o más en las
operaciones diarias del S&P 500, el mayor número para el mes desde 2008. En el mismo período, un promedio de
7.800 millones de acciones al día cambiaron de manos en el mercado de valores
de EE.UU., muy por encima del promedio comparable del año pasado, así como del
volumen promedio de los últimos tres diciembres, cuando se intercambiaron 6.100
millones de acciones. El 18 de diciembre, 11.800
millones de acciones cambiaron de manos, el segundo mayor volumen diario
del año.
Por temor a
que el precio siga en caída, algunos inversionistas vendieron
posiciones ligadas a bonos chatarra o materias primas que en otros años
podrían haber mantenido en sus carteras, dijeron gestores de fondos y
operadores bursátiles.
Otros
inversionistas buscaron alguna manera de
obtener retornos, por marginales que fueran. Los fondos que cotizan en
bolsa (ETF, por sus siglas en inglés) más riesgosos, que utilizan dinero
prestado para aumentar sus apuestas, fueron uno de los que atrajeron más
dinero. Según FactSet, en lo que va del año se han invertido US$7.300 millones en este tipo de fondos apalancados, la
mayor suma desde 2008.
A su vez,
las apuestas a una caída de los precios han ido en aumento. Al 22 de diciembre,
el llamado interés corto, es decir la cantidad de
acciones vendidas al descubierto pero
que aún no se han recomprado, llegó a un máximo de cuatro años: 3,1% ,
según el proveedor de datos Markit.
Los vendedores al descubierto compran
acciones a crédito y las venden apostando a que su precio caerá. Luego las
recompran, idealmente a un precio menor para generar una ganancia, y las
devuelven. El
interés corto es a menudo considerado un indicador del nivel de escepticismo
imperante en el mercado.
Muchos
gestores de dinero han estado vendiendo valores que sufrieron grandes pérdidas
durante el año para crear una deducción impositiva para sus clientes (al
reducir sus ingresos) o compensar ganancias generadas por la venta de otros
activos. Al vender estos valores, el
monto total de los impuestos a pagar puede bajar significativamente para los
inversionistas particulares.
Chad
Carlson, director de estudios de Balasa Dinverno Foltz, una firma de gestión de
patrimonio de Itasca, Illinois, dijo que a medida que las pérdidas bursátiles
aumentaban, veía más oportunidades para vender con propósitos tributarios. Como
resultado de esta estrategia, en diciembre negoció más títulos que lo habitual
para esta época del año. “Estamos tratando de hacer limonada a partir de los
limones”, observó.
Steve
Dudash, presidente de IHT Wealth Management, de Chicago, señaló que éste ha
sido el diciembre más activo de toda su carrera como asesor financiero.
Además de
vender determinadas acciones para obtener ventajas impositivas, Dudash exploró
el mercado en busca de algunas acciones vapuleadas, incluyendo las de grandes
energéticas como BP PLC y Exxon Mobil Corp. Pero
dijo que le llevó más tiempo hablar con sus clientes, ya que muchos estaban
experimentando su primera pérdida anual en siete años.
“La caída del petróleo,
la reunión de la Fed y el hecho de [tener] un ligero descenso del mercado por
primera vez en mucho tiempo, hace que sea más difícil cerrar el año”, reconoció.
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