Odebrecht,
un símbolo del auge y la caída de la economía brasileña
http://lat.wsj.com/articles/SB11467278520540303943704581428683862256272?tesla=y
Marcelo
Obedrecht llega a una comparecencia el 1 de septiembre. PHOTO: HEULER
ANDREY/AGENCE FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGES
Por Will Connors y Paul Kiernan
Lunes,
21 de Diciembre de 2015
0:08 EDT
RÍO
DE JANEIRO—El magnate
brasileño de la construcción Marcelo Odebrecht era un candidato natural para
pronunciar el discurso de apertura en la escuela de negocios a la que asistió
en Lausana, Suiza. Como presidente ejecutivo de Odebrecht SA, dirigía la
constructora más grande de América Latina, con una cartera global de obras que
incluye el estadio donde juega el equipo de
baloncesto Miami Heat —una iniciativa de US$200 millones—,
un proyecto portuario de US$1.000 millones en Cuba
y una de las mayores represas hidroeléctricas de
África, en Angola.
En junio,
dos días antes del evento, las autoridades brasileñas cambiaron drásticamente
los planes de Odebrecht al arrestarlo bajo sospecha de haber desviado unos US$1.800 millones de la estatal Petróleo Brasileiro SA,
Petrobras. Los fiscales lo acusaron de lavado de dinero, corrupción y
delincuencia organizada.
Odebrecht,
que permanece detenido, y la empresa niegan cualquier irregularidad. La
compañía calificó el arresto de su máximo ejecutivo de “innecesario e ilegal”,
ya que estaba colaborando con la investigación.
Odebrecht,
de 47 años, se sumó de esta forma al elenco de un drama internacional que
sacude los más altos niveles de la política y los negocios de Brasil. Su
empresa forma parte del selecto grupo de multinacionales del país que han
prosperado gracias a su habilidad para transformar sus conexiones con el
gobierno en contratos públicos, financiación estatal y subsidios de los
contribuyentes, de acuerdo con analistas y ex ejecutivos de la constructora.
Odebrecht
facturó US$46.000 millones el año pasado, casi la mitad fuera de Brasil. La firma, que emplea a
170.000 personas, ha construido en Brasil carreteras, astilleros, aeropuertos,
estaciones de metro y recintos para los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de
Janeiro. La compañía ha trabajado en proyectos en cuatro continentes. “Más que una
empresa, son un símbolo del Brasil moderno”, dice Thiago de Aragão,
de la consultora Arko Advice, de Brasília.
Los fiscales
sostienen que durante al menos una década, desde alrededor de 2003, algunas de las mayores constructoras de Brasil, incluyendo
Odebrecht, formaron un cartel para repartirse el trabajo e inflar el
precio de los contratos de Petrobras. Estas empresas supuestamente sobornaron a
políticos, partidos políticos y personas ligadas a Petrobras, utilizando a
menudo bancos offshore para ocultar las pistas, dicen los investigadores.
Petrobras dijo que fue una víctima y que coopera con las autoridades.
El caso,
conocido como Operación Lava Autos, ha dado
lugar a más de un centenar de arrestos y más de 30 condenas.
Marcelo
Odebrecht, miembro de tercera generación de una familia multimillonaria,
apodado por la prensa brasileña como “el príncipe del ladrillo”, es uno de los
acusados más prominentes. Su detención ha provocado una profunda revisión de
las relaciones de la empresa con el gobierno y su participación en las
licitaciones. Investigaciones sobre Odebrecht están en marcha en Suiza y
Portugal, a las que podrían sumarse pesquisas en Panamá, Perú y Ecuador,
dijeron las autoridades.
A través de
sus abogados, Odebrecht prefirió no responder a múltiples solicitudes de
comentarios para este artículo.
Los
problemas de la empresa, uno de los mayores empleadores de Brasil, han
exacerbado la crisis, dijeron analistas. La
construcción cayó 8,4% en los primeros nueve meses de 2015,
contribuyendo a la peor recesión en 25
años.
Aunque los
proyectos en marcha deberían mantener estables los ingresos de la firma, el
futuro es incierto. Petrobras ha prohibido nuevos contratos con Odebrecht y el
gobierno brasileño suspendió nuevos negocios con la empresa de construcción
hasta que culmine la investigación.
La compañía
dijo que sólo 6% de las ventas de su unidad de construcción proviene de
contratos con el gobierno brasileño y se negó a revelar la proporción de otras
partes de la firma o el detalle de sus ingresos del exterior.
Standard
& Poor’s Ratings Services redujo en junio la calificación de la filial de construcción de
Odebrecht al grado de inversión más bajo, citando “mayores riesgos de
reputación”. El miércoles, los bonos en dólares de la compañía con vencimiento
en 2025 cayeron a un mínimo histórico de 52,85 centavos de dólar.
Los fiscales
alegan que las filiales de Odebrecht usaron cuentas bancarias suizas para
blanquear casi US$270 millones en sobornos supuestamente pagados para obtener contratos
de Petrobras entre 2006 y 2014. El juez a cargo del caso, Sergio Moro,
describió a Marcelo Odebrecht como uno de los
autores intelectuales, “directamente involucrado con la práctica de estos
delitos, y guió el trabajo de otros”.
Odebrecht
fue fundada en 1944 por el abuelo de Marcelo, Norberto, un descendiente de
inmigrantes alemanes, en la ciudad de Salvador, en la costa noreste del país.
El American
Airlines Arena, donde juegan los Miami Heat. PHOTO: MIKE EHRMANN/GETTY IMAGES
La empresa
ganó reputación internacional por la calidad de su ingeniería y por cumplir los
plazos fijados.
Su primer proyecto fue
una represa hidroeléctrica en Perú en 1979.
En
1984, empezó la construcción de la mayor represa hidroeléctrica de Angola durante la guerra civil del país y
forjó buenas relaciones con el presidente José Eduardo dos Santos, quien sigue
en el poder. Odebrecht tiene 24.000 trabajadores en Angola y es el mayor
empleador privado del país.
La empresa y
un socio completaron la construcción de un ala del Aeropuerto Internacional de
Miami luego de problemas con la empresa anterior. José Abreu, ex director del
aeropuerto, dijo que Odebrecht fue “un gran socio” y ayudó a contener los
costos.
En
Panamá, en tanto, la
compañía se adjudicó proyectos públicos por US$8.500 millones desde 2006,
equivalente a 20% de la producción del país.
Durante la
década de 2000, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva
trató de promover la reputación de Brasil como potencia emergente global
alentando la expansión de Odebrecht en el extranjero. Representantes de la
empresa participaron en las misiones diplomáticas comerciales, según cables
diplomáticos publicados este año por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Los
ingresos de Odebrecht crecieron de US$5.500 millones en 2003, cuando Lula llegó a la presidencia, a US$46.000
millones el año pasado. El banco de desarrollo de Brasil, conocido como
BNDES, ayudó a financiar el crecimiento de Odebrecht con préstamos subsidiados
por los contribuyentes. Entre 2007 y 2015, la
compañía recibió más de US$8.000 millones en créditos del BNDES para proyectos
en el extranjero, lo que enfureció a muchos brasileños que dijeron que el
dinero debería haber sido gastado para mejorar la infraestructura nacional.
La compañía
se adjudicó algunos de sus contratos más importantes en los países donde el
izquierdista Lula tenía buena relación con los líderes, entre ellos Venezuela,
que durante 14 años fue gobernada por el fallecido Hugo Chávez.
La relación
del ex presidente brasileño con Odebrecht y otras empresas locales es
investigada por las autoridades en un caso separado. Da Silva y Odebrecht han
negado las acusaciones.
Marcelo
Odebrecht estudió ingeniería en Brasil y obtuvo un MBA de la Escuela de
Negocios IMD en Suiza, donde fue invitado a hablar en junio. Aprendió el
negocio familiar ocupando diversos roles en las oficinas de Odebrecht en Brasil
y en el extranjero, incluyendo EE.UU.
En 2008, a
los 40 años, fue nombrado presidente ejecutivo, sucediendo a su padre, Emílio,
y convirtiéndose en una figura infaltable en las reuniones entre la presidenta
Dilma Rousseff y los líderes empresariales.
El proyecto
hidroeléctrico Cambambe, en Angola. PHOTO: ODEBRECHT
Odebrecht
permaneció en contacto con altos funcionarios del gobierno incluso después de
que la compañía fue acusada el año pasado en el caso Petrobras, según
documentos policiales.
En noviembre
pasado, una semana después del arresto de ejecutivos de seis constructoras
brasileñas, la agenda de Odebrecht mostró una reunión en la residencia del
vicepresidente brasileño, Michel Temer, según los registros de un iPhone que la
policía confiscó en su dormitorio.
Un portavoz
de Temer confirmó el encuentro, pero dijo que Odebrecht la solicitó para tratar
negocios de la empresa, no la investigación judicial.
En las
semanas previas a su frustrada visita a Suiza, Odebrecht se preocupó por las
consecuencias financieras de la investigación. En una nota en su teléfono,
según la policía, se preguntó si la compañía estaría bajo la mira del
Departamento de Justicia de EE.UU. por infringir la Ley de Prácticas Corruptas
en el Extranjero.
En la mañana
del 19 de junio, Odebrecht fue detenido por la policía. Unas horas más tarde,
su padre, Emílio Odebrecht, presidente de la junta directiva de la compañía,
envió un correo electrónico a los empleados informándoles que las operaciones
continuarían normalmente.
Durante su
testimonio ante el Congreso en octubre, Marcelo Odebrecht se mostró confiado.
Antes de que la policía lo escoltara fuera del recinto, el empresario estrechó
la mano y les dio una palmada en la espalda a algunos legisladores.
—Luciana
Magalhães contribuyó a este artículo.
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