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jueves, 17 de diciembre de 2015

Receta para salvar a los países emergentes de la recesión: 1) deciden no pagar la deuda externa ni los bonos valorizados en dólares. 2) se ponen todos de acuerdo para comercializar entre ellos sin dirigir su mercadería a EEUU . Deducido del articulo de Ian Talley en el WSJ

Receta para salvar a los países emergentes de la recesión: 1) deciden no pagar la deuda externa,  ni los bonos valorizados en dólares. 2) se ponen todos de acuerdo para comercializar entre ellos sin dirigir su mercadería a EEUU .


El ajuste monetario en EE.UU. pone presión sobre el resto del mundo

http://lat.wsj.com/articles/SB11851889988345913555904581420723689223558?tesla=y

 La desaceleración económica de China podría ser un presagio de los problemas que se avecinan en los mercados emergentes.




La desaceleración económica de China podría ser un presagio de los problemas que se avecinan en los mercados emergentes. PHOTO: WONG CAMPION/REUTERS


Por IAN TALLEY


Jueves, 17 de Diciembre de 2015 0:07 EDT


El aumento de tasa de la Reserva Federal por primera vez en casi una década está provocando temores de una nueva ola de turbulencias en los mercados emergentes, que ya han sido afectados por tormentas financieras, el aumento de los niveles de deuda y una demanda anémica.


Los inversionistas ya han retirado unos US$500.000 millones netos de los mercados emergentes en 2015, la primera salida anual en décadas. La pregunta ahora es si la medida de la Fed provocará una estampida.


Un fortalecimiento del dólar inducido por la Fed podría significar un dolor más agudo para países como Turquía, Rusia y Brasil, donde las empresas han tomado prestado fuertemente en la moneda estadounidense. El debilitamiento de las divisas locales hace que el pago de la deuda en dólares sea mucho más caro.


“La mayor preocupación para los mercados emergentes se relaciona con la moneda”, dice Megan Greene, economista jefe de John Hancock Asset Management. “Mientras que los otros bancos centrales sigan flexibilizando y la Fed suba (las tasas) gradualmente, el dólar se seguirá fortaleciendo”.



Una de las claves será ver qué señales dará el banco central estadounidense acerca de la trayectoria de futuros aumentos de tasas. Un camino más enérgico, como el que han sugerido algunos funcionarios de la Fed, podría poner nerviosos a los mercados.


“Usted podría tener una tormenta perfecta en algunos de estos mercados emergentes si hay una interrupción repentina de los flujos de capital”, dice Ayhan Kose, jefe de la unidad de pronósticos económicos del Banco Mundial. “Deberían esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor”, advierte.


“Sigue habiendo un riesgo claro de que el camino para las tasas EE.UU. podría ser más pronunciado de lo previsto y que la Fed se aleje de la previsibilidad en sus medidas”, dice Sonja Gibbs, directora de mercados de capital del Instituto de Finanzas Internacionales, en referencia a esos países.




Muchas monedas de mercados emergentes ya están bajo presión en momentos en que los inversionistas se preocupan por la salud de esas economías.

El Banco Mundial advirtió la semana pasada sobre “el comienzo de una era de crecimiento débil para los mercados emergentes”, señalando el fortalecimiento del dólar,
las malas perspectivas de crecimiento,
 los bajos precios de las materias primas y
 la disminución de la productividad.

El Fondo Monetario Internacional ha estado agitando la bandera de alarma durante meses. El organismo estima que los países emergentes han tomado prestado miles de millones de dólares más de lo que sería prudente considerando los precios de las materias primas y la demanda mundial.

Si bien gran parte de esa deuda fue tomada por empresas, los problemas del sector privado podrían fácilmente derramarse en los mercados financieros y pesar sobre las finanzas públicas. Esa es una razón por la cual el FMI instó en repetidas ocasiones a la Fed a retrasar la subida de tasas hasta 2016.


Los efectos colaterales que esta subida puede tener en todo el mundo no son triviales: los países en desarrollo representan ahora casi 40% de la producción mundial.

China, la segunda economía más grande del mundo, es una evidencia de ello. La desaceleración económica de ese país es citada como uno de los motores principales de la caída de los precios de las materias primas. La caída de los precios y la reducción de la demanda china están obligando a gobiernos y economistas a rebajar sus previsiones de crecimiento para una serie de países de todo el mundo. China también ha sido un prestatario importante.


“Mi escenario de pesadilla es que haya una cascada de cesaciones de pago y que el gobierno intervenga para salvar a todos”, dice Greene.

Incluso en países en los que el endeudamiento no parece ser un problema, la deuda de los mercados emergentes todavía podría dispararse en un instante. Los costos por préstamos podrían dispararse si los inversionistas se asustan y se apresuran a las salidas.


Carmen Reinhart, economista de la Universidad de Harvard, dice también que la carga de la deuda ha sido probablemente subestimada por un amplio margen. “Si es así, la magnitud de la inversión en curso en los flujos de capital que las economías emergentes están experimentando puede ser mayor de lo que generalmente se cree, potencialmente lo suficientemente grande como para desencadenar una crisis”, señala.


Sin dudas, los mercados emergentes tienen mejores defensas que durante las crisis de América Latina y de Asia en las décadas anteriores. Muchos países han acumulado reservas de divisas y adoptado tipos de cambio flexibles, los cuales pueden absorber las perturbaciones causadas por la fuga de capitales.


En general, sin embargo, los gobiernos tienen mucho menos espacio en sus presupuestos para reactivar el crecimiento. Y los bancos centrales no tienen el poder de fuego que tenían en los últimos años, cuando las tasas de expansión eran mucho más altas.

“El espacio de políticas es bastante limitado”, dice Kose.

Antes de la recesión global de 2009, los gobiernos de mercados emergentes tenían en promedio excedentes presupuestarios. Ahora, esos gobiernos se han cavado a sí mismos en el hoyo de un déficit promedio de 4% del Producto Interno Bruto.

La caída de las monedas está creando problemas de inflación para muchos bancos centrales, especialmente para los exportadores de materias primas, lo que obligó a los funcionarios a elevar los costos de endeudamiento para controlar el alza de precios. Y a pesar de que la caída de los precios del petróleo les ha dado a los bancos centrales de los países importadores de crudo más margen para recortar las tasas, las presiones inflacionarias podrían reanudarse una vez que el efecto de los menores precios del petróleo disminuya.


Los economistas advierten que los problemas de deuda de los mercados emergentes no han llegado plenamente a muchas economías. Los problemas de estas podrían acelerarse si la Fed sigue un camino más enérgico en el aumento de tasas, empujando hacia arriba los costos tanto del dólar como del endeudamiento.

Mientras tanto, la incertidumbre política está empeorando las cosas, deteriorando aún más el panorama de inversiones.

La profundización de un escándalo de corrupción amenaza con paralizar el gobierno de Brasil.
Rusia ha sido objeto de sanciones internacionales por dos años.

Los inversionistas se muestran escépticos sobre el compromiso de Beijing para reformar la economía china.

Los gobiernos de India y Sudáfrica están luchando para superar las limitaciones de la economía.

El economista jefe de Deutsche Bank, David Folkerts-Landau, dice que el crecimiento en los mercados emergentes podría recuperarse, aunque débilmente, si las contracciones en Rusia y Brasil se moderan.


“Sin embargo, 2016 será un reto para los mercados emergentes conforme la caída de precios de las materias primas y el débil crecimiento del comercio mundial extienden la experiencia reciente de las presiones presupuestarias y de balanza de pagos”, indica.

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