Receta
para salvar a los países emergentes de la recesión: 1) deciden no pagar la
deuda externa, ni los bonos valorizados
en dólares. 2) se ponen todos de acuerdo para comercializar entre ellos sin
dirigir su mercadería a EEUU .
El
ajuste monetario en EE.UU. pone presión sobre el resto del mundo
http://lat.wsj.com/articles/SB11851889988345913555904581420723689223558?tesla=y
La
desaceleración económica de China podría ser un presagio de los problemas que
se avecinan en los mercados emergentes. PHOTO: WONG CAMPION/REUTERS
Por IAN TALLEY
Jueves,
17 de Diciembre de 2015
0:07 EDT
El aumento
de tasa de la Reserva Federal por primera vez en casi una década está
provocando temores de una nueva ola de turbulencias en
los mercados emergentes, que ya han sido afectados por tormentas
financieras, el aumento de los niveles de deuda y una demanda anémica.
Los
inversionistas ya han retirado unos US$500.000 millones
netos de los mercados emergentes en 2015, la primera salida anual en
décadas. La pregunta ahora es si la medida de la Fed provocará una estampida.
Un
fortalecimiento del dólar inducido por la Fed podría significar un dolor más
agudo para países como Turquía, Rusia y Brasil,
donde las empresas han tomado prestado fuertemente en la moneda estadounidense.
El debilitamiento de las divisas locales
hace que el pago de la deuda en dólares sea mucho más caro.
“La mayor preocupación para
los mercados emergentes se relaciona con la moneda”, dice Megan Greene, economista jefe
de John Hancock Asset Management. “Mientras que los otros bancos centrales
sigan flexibilizando y la Fed suba (las tasas) gradualmente, el dólar se
seguirá fortaleciendo”.
Una de las
claves será ver qué señales dará el banco central estadounidense acerca de la
trayectoria de futuros aumentos de tasas. Un camino más enérgico, como el que
han sugerido algunos funcionarios de la Fed, podría poner nerviosos a los
mercados.
“Usted podría tener una
tormenta perfecta en algunos de estos mercados emergentes si hay una
interrupción repentina de los flujos de capital”, dice Ayhan Kose, jefe de la unidad
de pronósticos económicos del Banco Mundial. “Deberían esperar lo mejor, pero
prepararse para lo peor”, advierte.
“Sigue habiendo un
riesgo claro de que el camino para las tasas EE.UU. podría ser más pronunciado
de lo previsto y que la Fed se aleje de la previsibilidad en sus medidas”, dice Sonja Gibbs, directora de
mercados de capital del Instituto de Finanzas Internacionales, en referencia a
esos países.
Muchas
monedas de mercados emergentes ya están bajo presión en momentos en que los
inversionistas se preocupan por la salud de esas economías.
El Banco Mundial advirtió la semana pasada sobre “el
comienzo de una era de crecimiento débil para los mercados emergentes”,
señalando el fortalecimiento del dólar,
las
malas perspectivas de crecimiento,
los bajos precios de las materias primas y
la disminución de la productividad.
El
Fondo Monetario Internacional ha estado agitando la bandera de alarma durante meses. El organismo
estima que los países emergentes han tomado prestado
miles de millones de dólares más de lo que sería prudente considerando
los precios de las materias primas y la demanda mundial.
Si bien gran
parte de esa deuda fue tomada por empresas, los problemas del sector privado podrían fácilmente derramarse en los mercados
financieros y pesar sobre las finanzas públicas. Esa es una razón por la
cual el FMI instó en repetidas ocasiones a la Fed a
retrasar la subida de tasas hasta 2016.
Los efectos
colaterales que esta subida puede tener en todo el mundo no son triviales: los países en desarrollo representan ahora casi 40% de la
producción mundial.
China, la segunda economía más grande del
mundo, es una evidencia de ello. La desaceleración económica de ese país es
citada como uno de los motores principales de la caída de los precios de las
materias primas. La caída de los precios y la
reducción de la demanda china están obligando a gobiernos y economistas a
rebajar sus previsiones de crecimiento para una serie de países de todo el
mundo. China también ha sido un prestatario importante.
“Mi escenario de pesadilla
es que haya una cascada de cesaciones de pago y que el gobierno intervenga para
salvar a todos”,
dice Greene.
Incluso en
países en los que el endeudamiento no parece ser un problema, la deuda de los
mercados emergentes todavía podría dispararse en un instante. Los
costos por préstamos podrían dispararse si los
inversionistas se asustan y se apresuran a las salidas.
Carmen
Reinhart, economista de la Universidad de Harvard, dice también que la carga de la deuda ha sido
probablemente subestimada por un amplio margen. “Si es así, la magnitud de la
inversión en curso en los flujos de capital que las economías emergentes están
experimentando puede ser mayor de lo que generalmente se cree, potencialmente
lo suficientemente grande como para desencadenar una crisis”, señala.
Sin dudas,
los mercados emergentes tienen mejores defensas que durante las crisis de América Latina y de Asia en las décadas anteriores.
Muchos países han acumulado reservas de divisas y adoptado tipos de cambio
flexibles, los cuales pueden absorber las perturbaciones causadas por la fuga
de capitales.
En general,
sin embargo, los gobiernos tienen mucho menos espacio en sus presupuestos para
reactivar el crecimiento. Y los bancos centrales no tienen el poder de fuego
que tenían en los últimos años, cuando las tasas de expansión eran mucho más
altas.
“El espacio de
políticas es bastante limitado”, dice Kose.
Antes de la
recesión global de 2009, los gobiernos de mercados
emergentes tenían en promedio excedentes presupuestarios. Ahora, esos
gobiernos se han cavado a sí mismos en el hoyo de un déficit
promedio de 4% del Producto Interno Bruto.
La caída de
las monedas está creando problemas de inflación para muchos bancos centrales,
especialmente para los exportadores de materias primas, lo que obligó a los
funcionarios a elevar los costos de endeudamiento para controlar el alza de
precios. Y a pesar de que la caída de los precios del petróleo les ha dado a
los bancos centrales de los países importadores de crudo más margen para
recortar las tasas, las presiones inflacionarias podrían reanudarse una vez que
el efecto de los menores precios del petróleo disminuya.
Los
economistas advierten que los problemas
de deuda de los mercados emergentes no han llegado plenamente a muchas
economías. Los problemas de estas podrían acelerarse si la Fed sigue un
camino más enérgico en el aumento de tasas, empujando hacia arriba los costos
tanto del dólar como del endeudamiento.
Mientras
tanto, la incertidumbre política está empeorando
las cosas, deteriorando aún más el panorama de inversiones.
La
profundización de un escándalo de corrupción amenaza con paralizar el gobierno de Brasil.
Rusia
ha sido objeto de sanciones internacionales por dos años.
Los
inversionistas se muestran escépticos sobre el compromiso de Beijing para
reformar la economía china.
Los
gobiernos de India y Sudáfrica están luchando para superar las limitaciones de la economía.
El economista jefe de Deutsche Bank, David Folkerts-Landau,
dice que el crecimiento en los mercados emergentes podría recuperarse, aunque
débilmente, si las contracciones en Rusia y Brasil se
moderan.
“Sin embargo, 2016 será
un reto para los mercados emergentes conforme la caída de precios de las
materias primas y el débil crecimiento del comercio mundial extienden la
experiencia reciente de las presiones presupuestarias y de balanza de pagos”, indica.
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