Llego
la estocada final para Brasil: Argentina devaluó de 9,8 pesos por dólar a 15
pesos.
El
peso argentino pierde casi un tercio de su valor frente al dólar
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ILLUSTRATION:
BLOOMBERG
Taos
Turner
Actualizado
Jueves, 17 de Diciembre de 2015 18:18 EDT
BUENOS
AIRES—La moneda
argentina, el peso, perdió casi un tercio de su valor frente al dólar el
jueves, un día después de que el nuevo gobierno del presidente Mauricio Macri
anunciara el fin de los controles de cambio, conocidos aquí como cepo
cambiario, con el objetivo de atraer a los inversionistas y reactivar la
economía.
A los pocos
minutos de haberse abierto la negociación, la cotización del dólar
estadounidense pasó de 9,8 pesos (el valor
oficial del día anterior) a casi 15 pesos en
algunas casas de cambio.
El
ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, se mostró satisfecho por el desarrollo del primer día de
operaciones tras la eliminación del cepo y destacó que en el mercado mayorista
el dólar se cotizó a 13,40 pesos.
“Estamos muy
tranquilos porque siempre creímos que empresas y el público tenían más dólares
de los que necesitaban”, sostuvo Prat-Gay en diálogo con periodistas.
El
miércoles, el ministro anunció el fin de una política de casi cuatro años de
vigencia, que establecía límites estrictos sobre la venta de dólares. Esta
política restringió las importaciones, hirió el crecimiento económico y dio
lugar a un próspero mercado negro.
La
devaluación era esperada por economistas y público en general, aunque había
expectativa acerca de cuán pronunciada sería.
La clave en
los próximos días será si el banco central argentino es capaz evitar que la
moneda se deprecie aún más y caiga en una devaluación desordenada. Para
mantener bajo control los aumentos de precios y atraer inversiones, el Banco Central de la República Argentina elevó el martes su
tasa de referencia hasta 38%. ¿???
“Todavía estamos pasando
por el proceso de descubrimiento de precios”, dijo Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs. “El
hecho de que no haya habido un movimiento loco desde la mañana temprano a las
15:50 o 16 horas [en que cerró el mercado]… es en sí mismo evidencia de que
[las autoridades económicas] prepararon el terreno y comunicaron la medida
relativamente bien, como para hacer de esto una experiencia exitosa”.
Otros
economistas también esperaban que la medida fuera un éxito.
“No espero ver grandes
presiones en el peso a corto plazo, llevar el tipo de cambio a 14 o 15 pesos es
algo que ya estaba asimilado” por el mercado, dijo José Luis Machinea, quien se desempeñó
como Ministro de Economía de Argentina entre 1999 y 2001.
“Mucho
dependerá de la presión inflacionaria en los próximos dos meses, ya que se han
tomado varias medidas de forma simultánea que podrían tener un fuerte impacto
en los precios justo cuando están por empezar las paritarias”, agregó Machinea.
Muchos
ciudadanos de a pie, acostumbrados a una larga historia de auges e implosiones
financieras, esperaban la devaluación, que se espera aumente la inflación del
país, actualmente en alrededor del 25 por ciento.
“Incluso a 14 pesos, el
tipo de cambio sigue siendo barato, eso es lo que cuesta una barra de
chocolate”, dijo
José Luis Mata, un inmigrante venezolano que trabaja en una tienda de discos.
“He visto cómo los controles de cambio han arruinado a mi país, y sacarlos va a
ayudar la economía argentina”.
Comerciantes
minoristas y proveedores han remarcado precios en previsión de una devaluación.
“Aumentamos
nuestros precios 40% antes de los anuncios para no perder dinero”, dijo
Marcela Ledesma, de 48 años, que dirige una tienda al por menor de venta de
equipos ortopédicos importados tales como sillas de ruedas y caminadores.
Los precios
subieron 1,2% en la primera semana de diciembre, el mayor aumento desde que
Argentina devaluó el peso 20% en enero de 2014, de acuerdo con Elypsis, una
firma de investigación económica.
En la semana
transcurrida desde que asumió su cargo, el presidente Macri se ha movido
rápidamente para deshacer el legado económico de 12 años de políticas
populistas de sus predecesores, Cristina Fernández de Kirchner y su difunto
esposo Néstor, quienes expandieron drásticamente el rol del Estado en la
economía, incluyendo la nacionalización de algunas grandes empresas, ampliando
subsidios y estableciendo controles de precios.
En su
primera semana como presidente, Macri
eliminó la mayoría de los impuestos a las exportaciones agrícolas, redujo
los impuestos sobre la renta personal, puso en marcha la reforma de la
desacreditada agencia nacional de estadísticas, reemplazó al presidente del
Banco Central y nombró por decreto a dos jueces de la Corte Suprema. Pero el
desmantelamiento de los controles de divisas es el movimiento más importante
hasta el momento, y dará forma a los próximos meses de su administración.
La decisión de dejar flotar el peso
busca incentivar el crecimiento al ofrecerle al gigantesco sector
agroindustrial de Argentina un tipo de cambio más competitivo, que le permita
volver a exportar y traer así los dólares muy necesarios para el país. También está dirigido a dar una
dosis de confianza a los inversionistas.
Pero la
medida también está llena de riesgos. “Los perdedores son los consumidores
argentinos, que ahora enfrentarán importaciones más caras; los inversionistas extranjeros que tienen activos en pesos
argentinos, y las empresas argentinas que tienen deudas en dólares pero
ingresos en pesos”, dijo Neil Shearing, economista jefe de mercados emergentes
de Capital Economics.
Argentina
tiene pocas reservas de dólares para defender al peso. Durante los últimos cuatro
años, las reservas de divisas del Banco Central cayeron de más de US$52.000
millones a alrededor de US$24.000 millones. Los economistas dicen que las
reservas netas reales son mucho más bajas debido a los pasivos del Banco
Central, como el dinero adeudado a los importadores, y los pagos de los bonos
en circulación.
Para aliviar
esos temores, Prat-Gay dijo el miércoles que Argentina
está camino de obtener entre US$15.000 millones y US$25.000 millones en dinero
fresco gracias a una combinación de acuerdos con bancos internacionales,
exportadores de granos y el banco central de China. Prat-Gay
agregó que los exportadores de cereales han acordado liquidar US$400 millones
al día de exportaciones agrícolas durante las próximas semanas.
Uno de los
problemas subyacentes de la economía argentina, además de la inflación, es su déficit fiscal, que representa aproximadamente 7% del
Producto Interno Bruto anual. Esa brecha entre lo que el Estado nacional
recauda y lo que gasta ha sido hasta ahora salvada con emisión monetaria, que a
su vez alimentó a la inflación. Macri ha prometido achicar el déficit y ha
anunciado recortes para los subsidios de energía.
— Alberto Messer en Buenos Aires, Ryan Dube en Lima, Perú,
Santiago Pérez en México, y Julie Wernau en Nueva York contribuyeron a
este artículo.
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