Los
efectos económicos de las medidas migratorias de Obama
http://lat.wsj.com/articles/SB10474751865245904227504580289330726025808?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB10474751865245904227504580289330726025808.html
Damian
Paletta
jueves,
20 de noviembre de 2014
17:39 EDT
Pedro, de 45
años, ingresó sin documentos a EE.UU. desde El Tambo, Ecuador y trabaja
limpiando un restaurante en Baltimore. Las nuevas medidas podrían darle un
camino a normalizar su situación. Miguel Juarez Lugo/Zuma Press
WASHINGTON—La medida del presidente Barack Obama
de potencialmente ofrecer un estatus laboral legal a varios millones de inmigrantes indocumentados generará efectos
impredecibles en la economía estadounidense, instigando a muchos a buscar trabajos con mejores salarios e
intensificando la competencia por puestos en varios sectores, afirman los
economistas.
Aquellos que
estudian el potencial impacto de la orden ejecutiva del presidente apuntan a la
Ley de Reforma y Control de Inmigración
(IRCA, por sus siglas en inglés), que permitió que alrededor de 1,7 millones de inmigrantes indocumentados
se convirtieran en residentes legales permanentes y alrededor de un millón de
trabajadores agrícolas solicitaran un mayor nivel de estatus legal.
La ley de 1986, que tuvo un alcance legal mayor a la medida de
Obama, tuvo un impacto en el mercado laboral casi inmediato, según la
investigación del gobierno y estudios realizados por varios economistas,
sociólogos y demógrafos.
Datos
federales mostraron que los inmigrantes en trabajos de agricultura y ventas fueron los más propensos a trasladarse a trabajos
mejor pagados en diferentes industrias.
Para cuando
se naturalizaron a principios de los 1990, solo 4% de los trabajadores
agrícolas estaban en la misma industria, mientras que alrededor de un cuarto de
esos trabajadores se habían cambiado a la construcción y otros trabajos
manuales con mejores salarios, según un estudio publicado en 2002 por el
organismo federal que gestionaba la política de inmigración.
Sin embargo,
otros trabajadores fueron menos propensos a trasladarse. Un tercio de los inmigrantes indocumentados que trabajaban en el sector
de servicios o en empleos profesionales, gerenciales y técnicos permanecieron
en su sector incluso después de naturalizarse.
Los
economistas y políticos tienen perspectivas muy variadas sobre el impacto que
la medida ejecutiva de Obama tendrá sobre el mercado laboral y la economía, y
mucho depende de los detalles que presente.
Los
simpatizantes de una
reforma inmigratoria estiman que la concesión de un estatus legal incorporará a más trabajadores al sistema
tributario y apuntalará los ingresos del gobierno, pero muchos críticos han dicho que abrumará los programas de prestaciones sociales y arrebatará los
puestos de muchos trabajadores. Pueden señalar numerosos estudios contradictorios
que respaldan ambas declaraciones.
Además, los
pronósticos conflictivos han estado basados en los impactos proyectados de
impuestos e ingresos de anteriores esfuerzos fallidos de transformar las normas
de inmigración en 2006 y 2013, conclusiones que tienen poca relevancia a las
medidas de la Casa Blanca.
La ley de
1986 ofrece los hallazgos más concretos, en parte debido a que fue la última
vez en que una gran cantidad de trabajadores indocumentados obtuvo estatus
legal e ingresó de inmediato a la fuerza laboral.
Para cuando
los trabajadores fueron legalmente autorizados a principios de los 1990 bajo la ley de 1986, vieron aumentos salariales de entre 5% y
16%, comparado con lo que habrían ganado sin estatus legal, según los
investigadores.
Sherrie
Kossoudji, profesora adjunta en la escuela de trabajo social en la Universidad
de Michigan, estudió el impacto de la ley de 1986 e indicó que llevó a muchos
inmigrantes a buscar rápidamente mejores empleos.
Mencionó
como ejemplo a los inmigrantes que trabajaban en cocinas de restaurantes, que
habían sido incapaces de mudarse a puestos con mejor remuneración antes de que
se aprobara la ley.
“Una vez que tienes
documentos legales de trabajo, puedes avanzar al frente del restaurante”, dijo. “Puedes conseguir un mejor empleo si tienes un empleador que está
pagando sueldos no aceptables. Tienes movilidad”.
En un nuevo
cálculo del Instituto de Política de Migración, alrededor de 18% de los 8,2 millones de trabajadores indocumentados de
16 años o más trabaja en campos relacionados a la hotelería,
16% trabaja en la construcción,
12% en manufactura y
9% en
puestos minoristas.
Randy Capps,
director de investigación para programas de EE.UU. del Instituto de Política de
Migración, dijo que algunos sectores podrían experimentar mayor competencia
laboral que otros una vez que el programa de la Casa Blanca sea implementado.
Muchos inmigrantes indocumentados recientemente se han alejado de los trabajos
de manufactura y de empleadores como empacadoras de carne, por temor a redadas
de las autoridades inmigratorias.
“La apertura
de más oportunidades con un permiso de trabajo definitivamente resultaría en
algo de competencia”, dijo, agregando que los empleadores tendrían una mayor
oferta de trabajadores para escoger.
Los
economistas sin embargo están divididos en cuanto a cómo será la competencia. George Borjas, economista laboral de la Universidad de
Harvard, calculó en un estudio para el Centro de Estudios de
Inmigración, el cual tiene una afiliación de derecha, que un aumento de 10% en
un grupo laboral reduciría “el salario de los afroamericanos en ese
grupo en alrededor de 2% y los hispanos nacidos en EE.UU. en hasta 4%”.
Lindsay
Lowell, directora de estudios de política en el Instituto para el Estudio de
Migración Internacional de la Universidad de Georgetown, predijo que los cambios
económicos serán profundos para los que obtengan un estatus legal pero más
insignificantes para otros y particularmente para la economía más amplia.
“Estamos hablando de
alrededor de 2% a 3% de la fuerza laboral, y esta fuerza laboral tiene un promedio
de nueve años de educación”, indicó. “Puede haber mucha hipérbole en ambos lados”.
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