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martes, 11 de noviembre de 2014

Algunas empresas de gas de esquisto son víctimas de su propio éxito del WSJ



Algunas empresas de gas de esquisto son víctimas de su propio éxito


http://lat.wsj.com/articles/SB11550989027533334316504580253052927390656?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB11550989027533334316504580253052927390656.html


Por Erin Ailworth
martes, 11 de noviembre de 2014 11:53 EDT


Hay gasoductos en construcción en sitios como Harmony, Pensilvania, diseñdos a trasladar gas de la formación de esquisto Marcellus. Sin embargo, los analistas no prevén que habrá suficiente capacidad disponible en el estado sino hasta 2017. Keith Srakocic


Las empresas que perforan en busca de gas natural en el estado de Pensilvania, en Estados Unidos, enfrentan una creciente amenaza: su propia productividad.

La fracturación hidráulica y otras nuevas técnicas de perforación han disparado la cantidad de gas que emana de la formación de esquisto Marcellus en los últimos años.

La producción alcanzará 16.000 millones de pies cúbicos al día el próximo mes, casi el doble que hace dos años, según estimaciones del gobierno de Estados Unidos.

El auge de la fracturación hidráulica ha abrumado los gasoductos, generando un exceso de suministro que ha provocado un derrumbe de los precios y obligado a las empresas a replantearse la lógica de sus operaciones. La situación se volvió más apremiante a mediados de año, cuando los reguladores estadounidenses retrasaron la construcción de un ducto que tenía por objetivo ayudar a los productores a transportar más gas para fin de año. Algunos analistas no prevén que nuevos gasoductos entren en operación antes de 2017.

“Marcellus ha explotado”, afirma David Tameron, analista sénior en Colorado de Wells Fargo Securities LLC. Los gasoductos “no dan abasto”.

El gas natural proveniente de esta formación de esquisto llegó a transarse en jornadas recientes a apenas US$1,44 por millón de unidades térmicas británicas (BTU, por sus siglas en inglés), menos de la mitad del precio de referencia en EE.UU., que ronda los US$4 por BTU. El descuento favorece a los fabricantes y consumidores del área de Pensilvania, pero perjudica a los productores.

Una de las empresas más golpeadas es Cabot Oil and Gas Corp. , domiciliada en Houston y uno de los mayores productores del yacimiento Marcellus. Su acción acumula una caída de más de 20% este año. La empresa cuenta con algunos de los pozos más productivos, pero también con algunos de los peores accesos a los gasoductos, señalan los analistas. En tanto, los inversionistas dudan si Cabot logrará despachar todo el gas que planea extraer en los próximos años a un precio razonable.

Aunque Cabot sigue siendo rentable, su presidente ejecutivo, Dan Dinges, reconoce que su desempeño anterior fue mejor y que los inversionistas esperan más. “Creo que la mayoría estaría de acuerdo en que no hemos avanzado”, señaló en una conferencia reciente.

En el primer semestre, Cabot registró una ganancia neta de US$225 millones y una facturación de US$1.000 millones. El precio que obtuvo por su gas, sin embargo, descendió cerca de 7% en el segundo trimestre frente al mismo lapso del año previo. La empresa dice que sigue empeñada en completar más gasoductos proyectados en la formación Marcellus, pero también está trasladando más inversión a yacimientos de gas fuera de Pensilvania. Cabot anunció el mes pasado la compra de unas 12.000 hectáreas adicionales en la formación de esquisto Eagle Ford, en Texas, por US$210 millones.

La construcción de gasoductos es cara y está sujeta a las regulaciones federales, de modo que las empresas no los empiezan a construir sin tener contratos con quienes extraen el combustible. Los productores, por su parte, son renuentes a realizar compromisos hasta constatar el desempeño de los pozos.


El problema es tan grave que cerca de 1.750 pozos en Pensilvania en buen estado no están produciendo gas porque no tienen una conexión con un gasoducto, según un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania.

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