Venezuela
se acerca a un 'default' y a la hora de la verdad
http://lat.wsj.com/news/articles/SB10001424052970203364104580154542437505252?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB10001424052970203364104580154542437505252.html
Por
MARY ANASTASIA O'GRADY
lunes,
15 de septiembre de 2014
0:02 EDT
Nicolás
Maduro, presidente de Venezuela. Reuters
Los precios
de los bonos venezolanos se desvanecieron la semana pasada debido a renovados
rumores de que el gobierno del presidente Nicolás
Maduro podría declarar pronto la cesación de pagos de hasta US$80.000 millones de deuda externa.
El rendimiento del
bono del gobierno con vencimiento en 2022 alcanzó el 9 de septiembre su
punto más alto en seis meses, con 15,8%. David Rees de la firma Capital Economics, con sede en
Londres, y que el año pasado advirtió de los riesgos que la bajada del precio
del petróleo representaba para Venezuela, le dijo a Bloomberg
News por teléfono que "el mercado de bonos finalmente está
comenzando a despertarse".
Eso podría
ser cierto.
Está claro que las divisas que
Venezuela recibe por sus exportaciones de petróleo no pueden pagar sus
importaciones y los intereses de su deuda.
Hay escasez
extrema de bienes industriales y de consumo, así como de servicios. Por algún
lado tiene que romperse el saco, y la probabilidad es que el ajuste que
requiere la economía no será la primera opción del gobierno.
Sin embargo,
a los bancos de inversión de Wall Street les conviene
que siga en marcha la pirámide de préstamo y gasto.
Los
rendimientos son buenísimos y las comisiones de colocación ayudan mucho a
incrementar sus bonificaciones de fin de año. Mientras Venezuela pueda financiar sus déficits,
nadie pierde dinero. Es por eso que el default quizás no sea tan inminente como
algunos temen. Aun así, puede ser inevitable.
Cuando Hugo
Chávez asumió el poder en 1999, PDVSA producía 3,5 millones de barriles de
crudo por día (bpd). Para 2004, otros 900.000 barriles se habían sumado al
flujo diario. Venezuela se destacaba entre los miembros de la Organización de
Países Exportadores de Petróleo porque también vendía en el mercado mundial
productos refinados del crudo.
Pero los
problemas se estaban gestando desde 2002. Fue en ese entonces cuando PDVSA
despidió a cerca de 20.000 empleados por motivos políticos y los reemplazó con
chavistas leales que no estaban adecuadamente capacitados para el trabajo
petrolero.
Los
activos petroleros en manos extranjeras fueron nacionalizados.
La inversión
se fue a pique y los accidentes causados por un mal mantenimiento se
incrementaron. En 2012 estalló la enorme refinería Amuay. La OPEC dice que Venezuela produce actualmente 2,3 millones de barriles de crudo al día.
Más de la mitad de esta producción no
genera divisas.
Cerca de 700.000 barriles al día abastecen el
mercado interno y de esos, los expertos calculan que aproximadamente 100.000 bpd son enviados de contrabando al
mercado libre colombiano por funcionarios corruptos. Cuba y otros vecinos
del Caribe no pagan en efectivo por los 300.000 bpd que
reciben.
Cerca
de 650.000 bpd son enviados a China. Pero buena parte de eso se usa para pagar decenas de miles de millones en préstamos que se gastaron
hace mucho tiempo.
La edición
de julio del boletín Veneconomy Monthly,
producido en Caracas, examinó el informe anual
de 2013 de PDVSA. Los editores indicaron que pese a contar con 627 páginas
había "poca información creíble sobre lo que sucede" al
interior de la compañía.
"Lamentablemente,
la poca información disponible confirma las percepciones de que PDVSA se dirige
hacia la insolvencia".
No obstante,
eso no explica la escasez. Entre los bienes de consumo, por ejemplo, es difícil
encontrar desde pañales, champú, carne, leche y pan hasta autopartes y
baterías, alcohol para heridas y medicamentos.
La
producción local ha sido paralizada. Según el banco central, en 2013 un 69% de las
importaciones fueron insumos que los productores locales usan para hacer
productos terminados. No obstante, también hay que pagarles a los
proveedores.
La tasa oficial de cambio es de 6,3 bolívares por dólar.
Pero debido a que el banco central incrementó la oferta de efectivo en 70% en
los últimos 12 meses y en 63% en los 12 meses previos a eso, el valor del
bolívar se ha ido a pique. El banco central perdería todos sus dólares de la
noche a la mañana si satisficiera la demanda de dólares a la tasa oficial. En
cambio, vende una cantidad limitada a tasas más altas (pero no de mercado). Los
negocios "prioritarios" tienen permitido comprar algunos dólares
todas las semanas a poco menos de 12 bolívares por
dólar y algunos otros afortunados hacen compras a una proporción de 50 bolívares por dólar.
La liquidez
en dólares se está esfumando. Un analista independiente me dice que las ventas
de dólares del gobierno en el primer semestre de 2013 cayeron cerca de 20%
frente al mismo período del año anterior y que las ventas en la primera mitad
de 2014 fueron alrededor de 30% menores que en el mismo período de 2012.
La
tasa de cambio del mercado negro de 90 bolívares por dólar, que deben pagar aquellos sin
conexiones, es demasiado alta para los productores que se encuentran sujetos a
controles de precios sobre sus productos terminados. Súmele a eso unas leyes
laborales que harían sonrojar a Mussolini y puertos dirigidos por Cuba en los
que los bienes se mueven a paso de tortuga y podrá ver fácilmente por qué la
producción ha colapsado.
Las
preocupaciones por un default son exacerbadas por la noticia publicada hace unos
meses de que PDVSA ha puesto en venta Citgo Petroleum,
valorada en cerca de US$10.000 millones.
Caracas
puede estar tratando de recaudar capital, pero también puede que esté tratando
de minimizar su exposición a incautaciones de activos en EE.UU. si dejara de
pagar a sus acreedores.
Venezuela dice que pagará sus deudas. Pero a
medida que la epidemia de inflación y pobreza empeora, ¿a quién no se le ocurre
que los socialistas del siglo XXI encontrarán más fácil culpar a los
capitalistas que a sí mismos?
Escriba a O'Grady@wsj.com
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