La
fiesta de las alzas bursátiles se vuelve global
http://lat.wsj.com/articles/SB12137103610859144613404580554741291252082?tesla=y
Por Tom Lauricella
Miércoles,
1 de abril de 2015 19:41
EDT
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Illustration by Stephen Webster for the Wall Street
Journal
Las acciones
en Estados Unidos y los grandes mercados del mundo tienen numerosas razones
para destapar la champaña y empezar a celebrar una seguidilla de records.
Al menos 17 índices bursátiles batieron
máximos históricos en países como EE.UU., Gran Bretaña, Alemania e India,
cortesía de las políticas de crédito
barato de los bancos centrales y señales de estabilidad en algunas economías.
Las bolsas de España, Japón y Francia rondan sus
mayores niveles en 12 meses.
En el caso
de EE.UU., el Promedio Industrial Dow Jones y el índice S&P 500 batieron
marcas, pero la racha alcista perdió bríos a fines de marzo ante las
preocupaciones por el impacto del alza del dólar en las ganancias de las
empresas.
Los
inversionistas indican que las tasas de interés sumamente bajas que imperan en
el mundo son una de las grandes razones por las que esperan que las alzas
continúen en numerosos países, lo que impulsa a los inversionistas a buscar
opciones de mayores retornos, como las acciones. El impacto de las políticas de estímulo del banco central no
se limitó a la renta variable y también abarcaron los mercados de divisas y de
deuda soberana.
Tras el
lanzamiento en marzo del gigantesco programa de compra
de bonos del Banco Central Europeo, una política conocida como
flexibilización cuantitativa, el rendimiento del bono
del gobierno alemán a 10 años descendió a 0,18% y el del bono francés de idéntica duración a 0,48%. El bono del
Tesoro de EE.UU. a 10 años rinde 1,93%, una baja
frente al 2,17% de fines de 2014.
“¿Si no inviertes en
acciones, entonces dónde?”, pregunta Dennis Stattman,
gestor del fondo Global Allocation Fund de BlackRock,
que gestiona US$54.800 millones.
Muchos
inversionistas, no obstante, enfatizan que el crédito
fácil no es el único motor de auge. También observan una mejora
incipiente en economías importantes, como la zona euro y Japón.
Esto, sin
embargo, no significa que las economías de países que antes estaban en aprietos
ahora estén prosperando. De todos modos, “se está viendo una mejoría modesta y
con eso basta”, afirma Vincent Montemaggiore, gestor del fondo Fidelity
Overseas Fund que administra unos US$3.700 millones.
Paul
Ehrlichman, director del equipo global de acciones subvaloradas de ClearBridge
Investments, que gestiona unos US$2.700 millones, dijo que los esfuerzos para
reestructurar las economías de Japón, China y la zona
euro, con la colaboración de las bajas tasas de interés, apuntan a una
recuperación de la economía global. “Estamos pasando a motores de crecimiento
insostenibles a motores de crecimiento sostenibles”, manifestó.
También hay
otros factores en juego, como el impacto de la caída en los precios de la
energía. Esto debería beneficiar a economías que dependen de las importaciones
de petróleo, como Japón, así como a las acciones de empresas de consumo.
Otro impacto
tiene lugar en los mercados de divisas, donde muchos inversionistas prevén que
la fortaleza del dólar continuará y están
comprando acciones de compañías que se ven favorecidas por el debilitamiento de
sus monedas, como los exportadores alemanes y japoneses.
El dólar
acumula un alza en torno al 13% frente al euro en lo que va del año, como
resultado de las compras de bonos soberanos de la zona euro de parte del BCE.
Los mercados, asimismo, anticipan un alza de las tasas de interés de corto
plazo en EE.UU.
Estas dos
fuerzas incentivan la compra de dólares, puesto que el alza en las tasas de interés generan un mayor retorno sobre la
moneda.
Sin embargo,
un dólar más fuerte perjudica las ganancias y encarece los productos de las
multinacionales domiciliadas en EE.UU. y cuya presencia domina la composición
del Promedio Industrial Dow Jones y el índice S&P 500. El resultado es que
pese a que la racha alcista de la bolsa estadounidense ya dura seis años,
podrían haber escollos en el camino.
Un factor
positivo, en todo caso, es el abaratamiento de los precios de la energía. Scott
Migliori, quien administra US$17.800 millones como director de inversión de
renta variable en EE.UU. de Allianz Global Investors, dice que es sólo cuestión
de tiempo antes de que los beneficios de los menores precios de la gasolina
empiecen a aparecer. “Los consumidores no han tenido el tiempo
suficiente para adaptarse a la caída en los precios del petróleo”,
indica.
Un riesgo de
aquí en adelante, dicen los expertos, es la alta valuación de las acciones
estadounidenses. El S&P 500 se transa a 16,7 veces
las ganancias previstas de los próximos 12 meses, por encima del promedio de 10 años de 14,1, según la proveedora de datos FactSet.
“El mercado
estadounidense parece menos atractivo que otros mercados importantes”, señala
Stattman, de BlackRock. “No es que tengamos una opinión negativa sobre Estados
Unidos”, aclara. “Pero opinamos que se puede ganar más dinero fuera de EE.UU.”.
Otra posible
señal de advertencia para los inversionistas es la posibilidad de que la Fed
empiece a subir las tasas de corto plazo este año. El banco central
estadounidense, no obstante, ha indicado que espera seguir adelante con un
ritmo muy moderado de incrementos y algunos indicadores muestran que los
inversionistas no anticipan un alza hasta septiembre.
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