Agro
robots reemplazan a los humanos en los cultivos
de las agroindustrias.
La
agricultura recurre a los robots para compensar la escasez de mano de obra
http://lat.wsj.com/articles/SB11819152361771894139504580599060304027460?tesla=y
Por ILAN BRAT
Viernes,
24 de abril de 2015 0:04
EDT
Nota del autor del blog. hay un video en la web del WSJ
Una máquina
desarrollada por un emprendedor español automatiza el proceso de recolectar
productos frescos como fresas. Foto: Stuart Palley para The Wall Street Journal
OXNARD,
California—Un cosechador
automático de 14 brazos atravesó hace poco hileras de plantas de fresas en esta
localidad, ilustrando una solución emergente para uno de los mayores problemas
de los cultivos: la escasez de mano de obra agrícola en Estados Unidos.
Utilizando potentes computadoras, sensores de color y pequeñas canastas
de metal adosadas a los brazos robóticos, la máquina sacó suavemente
fresas maduras de debajo de las hojas verdes, mientras ignoraba en su mayor
parte las frutas que aún no estaban maduras.
Esta clase
de tareas requiere desde hace tiempo el criterio entrenado y el intenso
esfuerzo de decenas de miles de trabajadores con salarios relativamente bajos.
Con los avances tecnológicos, se está volviendo posible que los robots se hagan
cargo de la tarea, cuando una menor disponibilidad de recolectores de frutas ha
aumentado el atractivo financiero de esta tecnología.
“Ya no se trata de un
problema de cuánto cuesta un cosechador de fresas”, dijo Juan
Bravo, inventor de Agrobot, la máquina recolectora. “Ahora se trata de cuánto sale
dejar un campo sin cosechar, y eso es mucho más costoso”.
El
Agrobot cuesta alrededor de US$100.000 y Bravo tiene en desarrollo un segundo prototipo de mayor
tamaño.
Otros aparatos también comienzan a asumir
tareas delicadas en distintas partes de la industria de cultivos frescos, desde
plantar semillas de plantones vegetales a cosechar
lechuga o trasplantar rosas.
Los
agricultores que se dedican al maíz y otros commodities
reemplazaron hace décadas la mayor parte de sus trabajadores por enormes
cosechadoras y otras máquinas que pueden cortar y recolectar granos con rapidez
para usar como alimento animal, materias primas para alimentos y etanol.
Pero
los agricultores que se dedican a cultivos frescos y plantas en su mayoría han
seguido acudiendo a recolectores humanos, en parte para evitar que máquinas torpes estropeen la
apariencia sin imperfecciones de los ítems que los consumidores ven en las
estanterías.
Una
abundante cantidad de trabajadores, en particular de México, dispuestos a
plantar, arrancar malezas y cosechar cultivos maduros por un salario
relativamente bajo había eliminado la necesidad de mecanizarse. No obstante, la
cantidad de inmigrantes no autorizados en la fuerza laboral de EE.UU. está en
declive desde su máximo de 2007, según el Centro de Investigación Pew, en parte
debido a mayores oportunidades laborales en México, así como a patrullas
fronterizas estadounidenses más estrictas.
Cuando hay
escasez de empleados, “la única forma de sacarle más provecho al
sol es aumentar la tecnología”, dijo Soren Bjorn, director de la unidad
para las Américas de Driscoll Strawberry Associates Inc., la mayor marca de
bayas de EE.UU.
El mayor
cultivador de bayas de Driscoll, Reiter Affiliated Companies LLC, financia en
parte el desarrollo del Agrobot.
Los robots
tienen sus propias desventajas. Necesitan
mantenimiento y reparaciones: Agrobot normalmente tiene 16 brazos, pero dos
estaban recientemente fuera de servicio. Algunos partidarios de los
trabajadores agrícolas temen que una mayor mecanización también pueda ayudar a eliminar empleos que aún se necesitan. Y otros temen que les dará una ventaja
extra a grandes propietarios que pueden invertir en los equipos más modernos.
Los
partidarios de la tecnología señalan que la mecanización de los cultivos frescos
podría impulsar la productividad, lo que en última instancia limitaría el
aumento de los precios. También podría ayudar a los agricultores en California,
que enfrentan una sequía desde hace años en el estado que más cultivos frescos
produce en EE.UU., a sacar más provecho de sus campos al compensar los mayores
costos con estas tecnologías.
La escasez
de mano de obra llevó a Tanimura & Antle Fresh
Foods Inc., uno de los mayores productores de vegetales de EE.UU., a
comprar el año pasado la startup española Plant Tape,
cuyo sistema trasplanta plantones de vegetales de invernaderos a campos usando
tiras de material biodegradable a través de un aparato de plantación operado
por un tractor.
Una mañana
hace poco en Salinas, California, el presidente ejecutivo de Tanimura & Antle, Rick Antle, observaba a dos
trabajadores que introducían plantones de lechuga romana —colocadas en las
tiras biodegradables como un cinturón de balas de ametralladora— en el aparato,
que cortó los plantones con precisión y los llevó a la tierra. La máquina
avanzaba a unos 10 kilómetros por hora, muy rápido para un campo de cultivos.
En pruebas comerciales, Plant Tape ha eliminado al
menos 10% o 15% de las horas laborales para cultivar lechuga romana y apio,
dijo Antle. Plant Tape está incrementando su producción para que más
campos de Tanimura & Antle puedan usar la técnica.
El mismo
día, el viejo método aún era exhibido en un campo cercano de apio de Tanimura
& Antle. La mitad del equipo de 16 trabajadores colocó plantones de apio en
una máquina impulsada por un tractor que los plantaba a centímetros de
distancia, formando filas. La otra mitad, avanzando por detrás, acomodaba la
tierra manualmente y enderezaba las plantas mal alineadas. La operación cubrió
más de nueve décimos de acre por hora, que cuando alcanzó su mayor ritmo fue
equivalente en promedio a 1,44 kilómetros por hora.
En años
recientes, Tanimura & Antle ha recurrido a
cientos de trabajadores de México con costosas visas temporales para ese tipo
de tareas. El sistema, que data de décadas atrás, debe ser reemplazado porque
“no tenemos el suministro ilimitado de empleados que solíamos tener”, indicó
Antle.
Las máquinas
están haciendo más que recolectar cultivos. Altman Specialty Plants Inc., uno
de los mayores viveros de EE.UU., ha estado usando ocho robots durante los
últimos dos años para trasladar más de 1,2 millones de
rosas plantadas y otras plantas conforme crecen de tamaño.
Las máquinas, que cuestan US$25.000 y se manejan solas, se
han atascado en el barro ocasionalmente, pero liberaron a ocho trabajadores de
otras tareas y cubrieron su precio en 18 meses,
dijo Becky Drumright, directora de marketing de Altman.
“Este es el empleo
menos deseable en toda la empresa”, aseguró. “Con las máquinas, no hay ningún tipo de quejas. Los robots
no tienen salarios, no se toman descansos”.
Reiter,
el proveedor de Driscoll,
está comenzando a desplegar máquinas controladas por joystick
y control remoto que cargan suministros para la construcción y cajas de
cultivos recolectados a través de los campos de bayas. Liberan cientos de horas
de trabajo humano al año que se puede usar en otras labores, sostuvo Nathan
Dorm, director de sistemas de cultivo de la empresa.
En tanto,
Bravo está planeando una nueva versión de su cosechadora de fresas Agrobot que tendrá 60 brazos robóticos, y requerirá
que la producción de fresas se realice en plataformas hidropónicas
elevadas en lugar de campos bajos de tierra. Los trabajadores simplemente se
sentarán sobre la máquina inspeccionando y empacando bayas que pasan sobre una
cinta transportadora. Planea comenzar con pruebas comerciales de campo para
esta máquina antes de fin de año.
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