La
desastrosa guerra de Arabia Saudí en Yemen
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=198019
Michael
Horton
Traducido
del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Nota del autor del blog: la parte de
Yemen del sur ha sido aliada en el pasado de la ex unión Soviética y ahora estaría
en competencia con funcionarios pro rusos y Al Qaeda..
En lo que
han sido tres décadas de guerras insensatas en Medio Oriente, la guerra de
Arabia Saudí en Yemen puede ser la más insensata de todas.
La
“Operación Tormenta Decisiva” el nombre irónico de la campaña aérea de Arabia
Saudí en Yemen, no ha conducido a nada decisivo más allá de asegurar que el
país siga siendo un Estado fallido y un campo
fértil para organizaciones como al-Qaida en la
Península Arábiga (AQAP). Mucho antes del comienzo de “Operación
Tormenta Decisiva”, Yemen, el país más pobre de Medio Oriente, enfrentaba una
cantidad de problemas que iban de la
grave escasez de agua, la inseguridad alimentaria y una economía moribunda a
una antigua insurgencia en múltiples frentes.
La guerra de
Arabia Saudí en Yemen ha exacerbado todos estos problemas y podría ser el golpe
de gracia para un Yemen unido y relativamente estable.
El martes 21
de abril, el Gobierno de Arabia Saudí anunció abruptamente que terminaba la
“Operación Tormenta Decisiva” y que reduciría su campaña aérea en Yemen.
La
“Operación Tormenta Decisiva” será reemplazada por la “Operación Restauración de la Esperanza”,
un nombre desafortunado para una operación militar dado que también fue el
nombre de la intervención estadounidense destinada al fracaso en 1992-1993 en Somalia.
No está
claro qué se propone lograr la “Operación Restauración de la Esperanza”, sin
embargo la primera fase de la guerra de Arabia Saudí en Yemen ha sido
desastrosa.
Según la
Organización Mundial de la Salud, más de 900 personas han muerto en Yemen desde
el comienzo, el 25 de marzo, de la campaña aérea dirigida por los saudíes.
Además 150.000 yemeníes han sido desplazados y la cantidad de personas
afectadas de inseguridad alimentaria ha aumentado a más de 12 millones. Debido
al continuo bloqueo de sus puertos –Yemen importa más de 90% de sus alimentos– los
precios de los alimentos básicos han aumentado y existe una escasez
generalizada.
En Adén,
donde las temperaturas aumentan rutinariamente a altísimos niveles, la mayor
parte de la ciudad de más de 500.000 habitantes no tiene acceso al agua.
En todo el país los suministros de gasolina y
gas se han agotado.
A los
hospitales, que ya tienen problemas para enfrentar la falta de medicinas y
suministros, les queda poco o ningún combustible para los generadores. Es
probable que los pacientes de las unidades de cuidados intensivos de Yemen
mueran, ya que las máquinas salvavidas dejan de funcionar por falta de
electricidad.
Hasta ahora AQAP ha sido el único
beneficiario de la guerra de Arabia Saudí en Yemen.
En el sudeste de
Yemen, en la gobernación de Hadramawt, al-Qaida en la Península Arábiga (AQAP)
se ha apoderado de la quinta ciudad de Yemen, Mukalla,
y también tomó el control del aeropuerto y del puerto de la ciudad. La
“Operación Tormenta Decisiva” atacó a los huthíes, una
milicia zaidí que es enemiga declarada de al-Qaida. El bombardeo de
Arabia Saudí también se concentró en las Fuerzas Armadas Yemenitas, aliadas con
los huthíes y el antiguo presidente yemenita Ali Abdullah Saleh. Esas mismas
unidades militares, incluida la Fuerza Aérea Yemenita que ha sido destruida en
gran parte, también eran críticas para combatir AQAP y sus aliados. La “Operación Tormenta Decisiva” ha
neutralizado efectivamente dos fuerzas responsables de impedir el progreso de
AQAP en grandes sectores del sur y del este de Yemen.
¿Qué esperaban lograr los saudíes con
la “Operación Tormenta Decisiva”? El Gobierno de Arabia Saudí afirmó que había lanzado
operaciones militares contra Yemen para restaurar al Gobierno exiliado del
presidente yemenita Abd Rabbuh Mansur al-Hadi quien huyó de Yemen a Arabia
Saudí el 25 de marzo.
Sin embargo
la restauración del gGbierno de Hadi, que tenía poco apoyo antes de que él y
sus ministros llamaran abiertamente a los saudíes y sus socios a bombardear su
propio país, sigue siendo poco probable. Hadi, quien fue durante mucho tiempo
el vicepresidente de Saleh, fue elegido para ese puesto por Saleh por un
motivo: Hadi no tiene una base de poder en Yemen.
Es un sureño que no
tiene vínculos con las tribus perennemente poderosas del norte de Yemen y como
sureño que apoyó a Saleh y al norte en la guerra civil de 1994, es considerado
traidor por muchos del sur.
También es
importante señalar que los partidarios de Hadi que combaten contra las milicias
huthíes y sus aliados en el sur de Yemen lo hacen bajo la bandera de la República Democrática Popular de Yemen (PDRY). La
mayoría de los que combaten en Adén y en otras ciudades del sur no combaten por
Hadi, sino por la independencia del norte debido a una larga lista de agravios
no solucionados.
Nota :es un mapa del pasado como la parte azul era pro soviética , en aquellos tiempos, al revés, los de Arabia Saudita contrataban a mercenarios de Yemen del norte para que los combatan.
Hasta
unos meses antes de su partida a Arabia Saudí los servicios de seguridad bajo
el control de Hadi perseguían y arrestaban a miembros de al-Hirak, el
Movimiento Separatista del Sur.
El segundo
objetivo de la campaña aérea dirigida por los saudíes era obligar a los huthíes
a desarmarse.
Esto era tan poco probable como la
restauración del Gobierno de Hadi.
Los
huthíes han librado seis guerras contra las Fuerzas Armadas Yemenitas desde
2004 y han rechazado
exitosamente a las fuerzas saudíes en 2009-2010. Aunque la guerra aérea de
Arabia Saudí indudablemente debilitó algunas capacidades militares de los
huthíes y puede haber llevado a la pérdida de lo que ya se puede decir que es
un apoyo limitado a los huthíes y sus aliados, de ninguna manera derrotó a los
huthíes, que han resistido cosas peores con mucho menos recursos de los que
tienen ahora.
Después de
bombardear Yemen durante casi un mes y provocar lo que podría ser una
prolongada guerra civil, el Gobierno de Arabia Saudí puede haber llegado
finalmente a la conclusión de que el único camino hacia adelante en Yemen es
mediante el diálogo y la negociación. Ningún partido o facción en Yemen es
capaz de establecer el del país, incluso con el apoyo de una potencia regional,
sea Arabia Saudí o Irán.
El antiguo presidente yemenita Ali Abdullah Saleh, un maestro en política maquiavélica con un
conocimiento enciclopédico de tribus y clanes de Yemen, nunca pudo ejercer un
control total sobre el país. Durante gran parte de sus 33 años en el poder
se refirieron burlonamente a Saleh como el
“alcalde
de Saná porque su poder no se extendía mucho más allá de la capital. En muchos
aspectos Yemen puede describirse como un “asilo de libertad”.
El poder se ha dispersado históricamente entre
varias facciones. Esta dispersión del poder milita contra una fuerte autoridad
centralizada.
En una
entrevista del 19 de abril a Russia Today, Jamal Benomar, quien renunció como Consejero
Especial de las Naciones Unidas sobre Yemen el 16 de abril, antes de que
empezase el bombardeo afirmó que en Yemen había negociciones entre todas las
partes y se acercaban a una exitosa conclusión provisoria. En su vago discurso
del 19 de abril, el líder huthi Abdul Malek al-Huthi,
prometió no rendirse pero también indicó que los huthíes se mantienen abiertos
a negociar. El antiguo partido gobernante de Yemen, el Congreso
General Popular, y su exlíder Ali Abdullah Saleh, han llamado a nuevas
negociaciones.
Yemen tiene
un abundante acervo de tradiciones que, si se permite que funcionen, pueden
limitar conflictos y favorecer acuerdos negociados. Esas tradiciones se
evidenciaron durante el propio levantamiento popular de Yemen en 2011, que
aunque violento no condujo, entonces, al tipo de guerras civiles brutalmente
violentas que han afectado completamente a Libia y Siria. La guerra de Arabia
Saudí en Yemen, si continúa, podría destruir muchas de esas tradiciones y
asegurar que Yemen sea la próxima Siria o Libia. La
guerra ya ha causado la muerte de cientos de civiles, ha destruido
infraestructura crítica, ha empobrecido a miles de yemeníes más y ha permitido
que AQAP expanda drásticamente las áreas bajo su control.
Michael
Horton es escritor y analista de Medio Oriente
Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/04/22/saudi-arabias-disastrous-war-in-yemen/
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