Análisis de CNN :El
revés de Pakistán en Yemen
http://mexico.cnn.com/opinion/2015/04/14/opinion-el-reves-de-pakistan-en-yemen
Que Pakistán
se mantenga neutral en el conflicto yemení puso en el centro de los reflectores
las tensiones geopolíticas en Medio Oriente
Por Rina Mussali
Martes,
14 de abril de 2015 a
las 14:09
Nota del
editor: Rina Mussali es analista,
internacionalista y conductora de Vértice Internacional
y de la serie 2014: Elecciones en el Mundo, en el Canal del Congreso. Síguela
en su cuenta de Twitter: @RinaMussali
(CNNMéxico) –La decisión de Pakistán de
mantenerse neutral en el conflicto yemení ha vuelto a poner en el centro de los
reflectores las tensiones geopolíticas en Medio Oriente. Arabia Saudita se ha quedado helada por la negativa
pakistaní de apoyar con soldados, armamento y equipo aéreo los bombardeos
contra el grupo de rebeldes hutíes que progresivamente han ganado terreno gracias
a la ayuda de Irán, el enemigo regional de Arabia Saudita.
No obstante
es Irán quien ató a Pakistán a la neutralidad,
pues requiere mantener una buena relación para poder cubrir sus necesidades
energéticas. La decisión de Pakistán –un país con capacidad para producir armas
nucleares- es tan sólo una muestra de la difícil partida de ajedrez que se está
librando en torno a Yemen.
Yemen tiene
una configuración histórica y particular que el mundo occidental le cuesta
trabajo entender. Es un país de historia tribal donde los conflictos étnicos,
las divisiones sectarias y las agrupaciones armadas están presentes de forma
cotidiana. Son los arreglos tribales y los acuerdos de lealtades los únicos
capaces de garantizar los mínimos estándares de gobernabilidad. Hay un
proverbio yemení que ha sido citado en numerosas ocasiones por el expresidente
Saleh "Gobernar Yemen es como bailar sobre cabezas de serpientes".
Yemen es un
país con sus propias costumbres y tradiciones que se hilan a través del islam y
la religión, un modelo de civilización que no está basado en los conceptos
eurocentristas de la democracia, secularismo y capitalismo. A este país de
inestabilidad crónica hay que agregarle la preocupación de la comunidad
internacional por la proliferación de armas, pues 6 de
cada 10 habitantes poseen un arma de fuego, siendo así el segundo país
del mundo con pistolas por habitante, después de Estados Unidos, esto de
acuerdo a la Encuesta de Pequeñas Armas del Instituto Superior de Estudios
Internacionales y de Desarrollo de Ginebra.
En
territorio yemení se han generado los determinantes para levantar un polvorín,
la lucha intestina entre diversos grupos que encuentran ventaja en la
existencia de un Estado no consolidado: los chiitas al norte bajo la rebelión
de los llamados hutíes, quienes están apoyados por el régimen de Teherán,el
gobierno sunita representado por el actual gobierno del presidente
Abd-RabbuMansourHadi, cuyo aliado principal es Arabia Saudita y a quien se le
acusa de seguir estrechando lazos con el expresidente Saleh, derrocado como
producto de la Primavera Árabe, las facciones que apoyan el movimiento
separatista del sur, así como las dos células terroristas, rivales y
antagónicasde Al Qaeda en la Península Arábiga y el Estado Islámico (EI).
La fractura
chiita y sunita es teatro de operaciones en Yemen. Arabia Saudita y los países
que conforman el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) decidieron lanzar
ataques aéreos, desde finales de marzo, como una forma de frenar el
expansionismo de los rebeldes hutíes.
Washington también le dio su bendición a esta
coalición, desde la
retaguardia y evitando implicarse en la primera línea de fuego para golpear a
Irán a través del debilitamiento de los rebeldes hutíes. Cabe señalar, que Washington dio apoyo logístico y de inteligencia, en un momento delicado cuando todavía no se
alcanzaba un acuerdo preeliminar sobre las negociaciones nucleares con
Teherán.
Yemen:
la guerra entre Irán y Arabia Saudita
La crisis en
Yemen ha dejado de ser un problema local para convertirse en una conflictiva de
dimensiones regionales e internacionales. Esta guerra intraislámica es una
guerra religiosa y étnica pero también es una guerra de posiciones geopolíticas
que se ancla en la rivalidad maestra entre dos potencias regionales en ascenso:
Irán y Arabia Saudita.
Nota del autor del blog: creo que como Irán es el fascismo musulmán,
(una forma de capitalismo) es ella la que está en ascenso, mientras que Arabia
Saudita es una monarquía feudal del pasado que solo subsisten con la ayuda de tropas norteamericanas en territorio
saudita.
No olvidemos
el posicionamiento regional e internacional de Arabia Saudita, el país sede del
nacimiento de la fé islámica y de dos sitios sagrados como La Meca y Medina,
cuna de la interpretación del islam sunita que se contrapone con Irán, la otra
potencia en ascenso y máximo exponente de la religión chiita que ha expandido
su poder hacia Siria, Líbano, Irak y Yemen. No
perdamos de vista que entre Arabia Saudita e Irán se cruzan Estados Unidos e
Israel; el primero, aliado incondicional saudí, mientras
que el segundo ha sido el gran enemigo de Irán.
Esto muestra
que Yemen está justo en medio de los juegos geopolíticos regionales y globales,
especialmente por su paso fundamental al Canal del Suez
y su ubicación inmediata en el Cuerno de África.
El factor geográfico, más sus recursos petroleros lo hace un punto clave para
los suministros mundiales del petróleo y para los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) que exportan el
oro negro hacia Europa y otros continentes. El miedo se apodera de Estados
Unidos y las monarquías del Golfo Pérsico precisamente ante la amenaza de que
la ruta marítima de Yemen caiga sitiada por los terrorismos que practica Al Qaeda en la Penísnula Arábiga y Al Shabab en Somalia.
Como
resultado de los tirones geopolíticos, las relaciones entre Arabia Saudita e
Irán se complican aún más sabiendo que Estados Unidos
logró pactar un acuerdo nuclear con Teherán. La percepción de muchos es
que Washington le ofreció mucho a Irán con este pacto que está invitando a una
nueva escalada nuclear de corte regional, tomando vuelo en Arabia Saudita. Para
Riad, un alto a las sanciones económicas, financieras y diplomáticas contra
Irán significaría la expansión del radio de acción de su enemigo regional:
Teherán.
Las
opiniones expresadas en este texto pertenecen exclusivamente a Rina Mussali.
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