¿Por qué toda la inflación preocupa?
BERKELEY – En los últimos tres años, los avances tecnológicos han ofrecido alrededor de un punto porcentual de crecimiento del salario real garantizado en Estados Unidos cada año –en verdad, sólo la mitad de la tasa de tiempos anteriores, pero al menos algo-. Sin embargo, los salarios reales están actualmente 4% por debajo de su valor garantizado a partir de sumar la tendencia de productividad fundamental subyacente al nivel del Índice de Costo de Empleo (ECI) del salario real pre-pandemia. ¿Esto le suena como un mercado laboral de “alta presión”?
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Quienes están preocupados por la inflación luego sostienen que la crisis del COVID-19 ha dañado permanentemente el lado de la oferta de la economía al causar muchas jubilaciones tempranas, así como una alteración duradera de las cadenas de suministro eficientes de las que había dependido gran parte de la productividad y la prosperidad. Tal vez. Pero argumentos similares a comienzos de los años 2010, luego de la crisis financiera global de 2008, apuntaban a justificar políticas que no apretaban a fondo el acelerador e intentaban rápidamente re-emplear a los llamados trabajadores de “producto marginal cero”. Una consecuencia de esta timidez fue la elección de Trump, cuyo ascenso se vio alimentado por la furia de quienes pensaban que a las “elites” les importaban más los inmigrantes y las minorías que los obreros cuyas oportunidades económicas nunca habían recuperado los niveles previos a 2008.
Por último, algunos dicen que, más allá de si el mercado laboral es rígido o no, la inflación –ya sea impulsada por el lado de la oferta o por factores del lado de la demanda- es tan alta y destacada que las empresas y los hogares lentamente la incorporarán a sus expectativas. En consecuencia, la serpiente inflacionaria tiene que ser abatida ahora, mientras es pequeña, antes de que crezca y devore todo lo que tenga valor. Pero hasta ahora, la creciente inflación no ha sido incorporada a ninguno de los precios “rígidos” en la economía, según la medición realizada por la Reserva Federal de Atlanta. Es verdad, la tasa de inflación implícita de 30 años actual del mercado financiero, a 2,35%, es más de la mitad de un punto porcentual por encima de donde se asentó en la segunda mitad de los años 2010. Pero la tasa de hoy es similar a la de la primera mitad de la década, y está ligeramente por debajo del nivel que sería consistente con la meta de inflación del 2% anual de la Reserva Federal de Estados Unidos. Es sumamente probable que el repunte actual de la inflación de Estados Unidos simplemente sea neumático en el camino, resultado de la recuperación post-pandemia. No hay ninguna señal de que las expectativas de inflación se hayan desanclado. El mercado laboral sigue siendo tan débil que los trabajadores no pueden exigir aumentos sustanciales en los salarios reales. (nota del autor del blog , será por eso que hay 11 millones de vacantes de empleos que nadie quiere , que el autor del articulo los convenza que trabajen por menos dinero.) Los mercados financieros son indiferentes a la posibilidad de una creciente inflación. Y una contracción fiscal sustancial ya está en marcha. Frente a estos hechos, ¿por qué alguien diría que el “pecado original” fue el “Plan de Rescate Estadounidense sobredimensionado” y que ajustar la política monetaria a partir de ahora es la manera apropiada de expiarlo? Yo, personalmente, no entiendo esa lógica.
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