Ex embajadores de la UE advierten: el silencio de Europa sobre Gaza es complicidad
En una carta abierta, 58 ex enviados de la UE instan al bloque a poner fin a las exportaciones de armas, sancionar a Israel y actuar para detener lo que llaman crímenes atroces.
A los Presidentes del Consejo Europeo, de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo, y al Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad,
A los Jefes de Gobierno y Ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembros de la UE,
Nosotros, 58 exembajadores de la Unión Europea, nos sentimos consternados e indignados por la masacre de israelíes inocentes y la toma de rehenes perpetrada el 7 de octubre de 2023 por Hamás y otros. Ninguna causa puede justificar tales actos y los condenamos rotundamente.
Hoy, sin embargo, estamos siendo testigos del horroroso espectáculo de Israel llevando a cabo, a diario, crímenes atroces contra el pueblo palestino, sobre todo en Gaza, pero también en Cisjordania ocupada, lo que equivale a una campaña sistemática de brutalización, deshumanización y desplazamiento.
La Unión Europea y casi todos sus Estados miembros no han respondido de manera significativa a estos horribles acontecimientos.
Como exembajadores de la UE, dedicamos nuestra vida profesional a defender y promover los valores europeos fundamentales y el derecho internacional, a fortalecer la reputación de la Unión Europea y a defender los intereses de sus ciudadanos. Estos intereses y esta reputación se encuentran ahora en grave peligro como consecuencia de la inacción de la UE.
Durante más de 21 meses, el gobierno de Netanyahu ha librado una implacable campaña de violencia y destrucción en Gaza. Alrededor del diez por ciento de la población de Gaza, incluyendo decenas de miles de niños, ha muerto, ha resultado mutilada o gravemente herida por los bombardeos indiscriminados del ejército israelí. La mayor parte de Gaza ha quedado reducida a escombros. Quienes sobreviven a las bombas y las balas se enfrentan al hambre, la desnutrición, las enfermedades y un sistema de salud colapsado, blanco de ataques deliberados de Israel.
El asedio continuo está provocando hambruna en la población al bloquear el suministro de ayuda humanitaria de las agencias de la ONU y las ONG internacionales. Reemplazar a la UNRWA y a otros proveedores internacionales de ayuda a Gaza por una operación de ayuda politizada y militarizada dirigida por mercenarios constituye una violación de los principios humanitarios de la ONU de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia, que todos los Estados miembros de la ONU, incluido Israel, deben respetar en su totalidad.
Las medidas humanitarias concretas, según se informa, acordadas en virtud del acuerdo alcanzado con Israel por la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, no se han hecho públicas, ni las autoridades israelíes han confirmado dicho acuerdo. Por el contrario, desde el anuncio de la Sra. Kallas , cientos de hombres, niños y mujeres han muerto a manos de soldados israelíes mientras buscaban desesperadamente comida y agua para sus familias. Esto incluye un alarmante número de muertes de civiles causadas por disparos militares israelíes en Zikim, uno de los pasos fronterizos clave, que, según entendemos, formaba parte del acuerdo humanitario de la UE con Israel.
Ahora, con una previsibilidad alarmante, los líderes israelíes están obligando a grandes sectores de la población de Gaza a trasladarse a zonas de concentración: recintos militarizados diseñados para confinar a la población civil en condiciones intolerables, con el claro objetivo de obligarla a desplazarse voluntariamente. Esto, junto con otras políticas ilegales israelíes en Cisjordania, constituye de facto un traslado forzoso de población, un grave crimen de guerra según el derecho internacional. Los ministros israelíes de defensa, finanzas y seguridad han pedido abiertamente la expulsión permanente de los palestinos de Gaza, y se ha creado una administración de migración de alto nivel para facilitarla. Estas son medidas calculadas para la limpieza étnica.
Mientras tanto, en Cisjordania, colonos israelíes violentos, con plena protección del ejército israelí, han librado una campaña de terror contra las comunidades palestinas. Se incendian viviendas, se asesina a habitantes, se expulsa a familias, se envenenan fuentes de agua, se roban animales de pastoreo, se destruyen olivares y se anexionan tierras en violación del derecho internacional. Los perpetradores, que actúan con impunidad, están armados y alentados por funcionarios estatales. Estos colonos no son actores corruptos, sino agentes de primera línea de una agenda gubernamental para anexar y limpiar étnicamente el territorio palestino.
Las pruebas de la mala praxis israelí y su flagrante violación de todas las leyes humanitarias y de derechos humanos conocidas son abrumadoras. Naciones Unidas, organizaciones humanitarias y observadores independientes, incluyendo voces israelíes y judías, han documentado estos crímenes en detalle. La Corte Internacional de Justicia ha determinado que existe un riesgo plausible de genocidio en Gaza y que la prolongada ocupación israelí de Palestina no solo es ilegal, sino que incluso constituye el delito de segregación o apartheid. La opinión pública europea y la mayoría de los jóvenes, incluso en países como Alemania e Italia, están claramente a favor de que sus gobiernos actúen para detener este horror.
Acogemos con satisfacción la reciente condena de las acciones de Israel en Gaza y Cisjordania por parte de 28 ministros de Asuntos Exteriores, incluidos los de 20 Estados miembros de la UE, pero las palabras no bastan. Hacemos un llamamiento urgente a todos los líderes y gobiernos de la UE, especialmente a aquellos que impidieron que el Consejo de Asuntos Exteriores del 15 de julio actuara contra las atroces violaciones humanitarias y de derechos humanos cometidas por Israel, para que adopten todas las medidas necesarias y viables, de conformidad con el derecho internacional, europeo y nacional, para poner fin a estas atrocidades. Las medidas deberían incluir lo siguiente:
1. Reanudar de inmediato y a gran escala los envíos de ayuda internacional e inundar la Franja de Gaza con suministros humanitarios, respetando plenamente los principios básicos del derecho internacional humanitario.
2. Suspender con efecto inmediato todas las exportaciones de armas y productos de doble uso a Israel.
3. Prohibir el comercio con los asentamientos ilegales de Israel en el territorio palestino ocupado y prohibir las relaciones comerciales y de inversión de la UE y de los Estados miembros con cualquier entidad o empresa que haga negocios en los asentamientos ilegales de Israel o se beneficie de ellos.
4. Suspender todos los acuerdos comerciales preferenciales para Israel en virtud del Acuerdo de Asociación.
5. Cancelar la participación de Israel en Horizonte Europa y todos los programas de investigación, académicos y tecnológicos de doble uso de la UE.
6. Imponer sanciones específicas a los ministros, funcionarios gubernamentales, comandantes militares y colonos violentos israelíes responsables de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, facilitación del genocidio y ejecución de terrorismo sancionado por el Estado.
7. Apoyar los mecanismos judiciales internacionales y nacionales –incluida la Corte Penal Internacional y los tribunales nacionales de jurisdicción universal– para llevar a los autores ante la justicia.
8. Brindar apoyo político, jurídico y financiero a las víctimas civiles palestinas, a los defensores de los derechos humanos y a las organizaciones humanitarias que operan en condiciones imposibles.
9. Reconocer el Estado palestino para crear el requisito necesario para una solución de dos Estados.
El 17 de julio, Día de la Justicia Penal Internacional, el Servicio Europeo de Acción Exterior recordó que, respecto a los crímenes contra la humanidad, los crímenes de guerra, los genocidios… “la historia tiene demasiados momentos en los que el silencio siguió al horror…”
El mundo recordará cómo la UE y sus Estados miembros respondieron a esta catastrófica tragedia. El silencio y la neutralidad ante el genocidio constituyen complicidad. La inacción envalentona a los perpetradores y traiciona todos los principios que la Unión y sus Estados miembros dicen defender.
Mientras sigue pidiendo incesantemente el retorno de los rehenes, un alto el fuego permanente y el fin de la guerra, la Unión Europea, desde hace tiempo defensora de los derechos humanos y del Estado de derecho, debe actuar ahora en nombre del derecho internacional, la humanidad y la justicia para el pueblo palestino, o corre el riesgo de perder su credibilidad, su influencia y su prestigio moral en el mundo.
Firmantes:
Mikael Barfod
Geoffrey Barrett
Alexander Baum
Thierry Bechet
Kenny Bell
Aad Biesebroek
Jean-Claude Boidin
Giorgio Bonacci
Laurens Jan Brinkhorst
Jean-Francois Cautain
Peter Beck Christiansen
Tim Clarke
Philippe Darmuzey
Dominique Dellicour
Aldo Dell'Ariccia
Wiepke Van Der Goot
Michael Doyle
Sean Doyle
Giacomo Durazzo
Michael Emerson
Manfredo Fanti
Carlo De Filippi
Karen Fogg
Erwan Fouere
Marc Franco
David Geer
Gerardus Gielen
William Hanna
Geert Heikens
Gilles Hervio
Andrew Jacobs
Rupert Joy
Androulla Kaminara
John Kjaer
Michael Laidler
Eneko Landaburu
Jeremy Lester
David Macrae
Christian Manahl
Brian McDonald
Hugues Mingarelli
James Moran
Francesca Mosca
Amir Naqvi
Luigi Narbone
Attilio Pacifici
Corrado Pampaloni
Elisabeth Pape
Marc Pierini
Rensje Teerink
Daniela Tramacere
Philippe Van Damme
Marcel van Opstal
Sven Kuhn von Burgsdorff
Alan Waddams
Claudia Wiedey
Marc F Wolff
Richard Wright
Las opiniones expresadas en este artículo son de los autores y no reflejan necesariamente la postura editorial de Al Jazeera.
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