Vendan
rápido su arroz (digamos antes de 2 o 3 meses ) y no estén acaparando. Del WSJ
Nota del autor del blog: de acuerdo
a mi pequeñita opinión estos problemas están relacionados por la negativa del
gobierno Tailandes de Yingluck para la construcción del canal de Cra que tanto desean los chinos, que me imagino
son ellos los que financian las protestas.
Por supuesto que deben estar metidos
en los líos los gobiernos de Singapur malasia y de EEUU.
Tailandia
intentó controlar los precios globales del arroz y salió perdiendo
http://online.wsj.com/news/articles/SB10001424052702303704304579381374239953830?mod=WSJS_inicio_MiddleTop&mg=reno64-wsj&url=http%3A%2F%2Fonline.wsj.com%2Farticle%2FSB10001424052702303704304579381374239953830.html%3Fmod%3DWSJS_inicio_MiddleTop
By.
JAMES
HOOKWAY
ademasncontribuyeron
a este artículo.
Warangkana
Chomchuen,
Wilawan Watcharasakwet
y Nopparat Chaichalearmmongkol
.
Feb. 16,
2014 11:24 a.m. ET
El gobierno ha sido incapaz de vender
las grandes cantidades de arroz que tiene almacenado. Reuters
BAN
NON SON, Tailandia—Los
intentos para influir en los precios del mercado raramente terminan bien. Si
no, pregúntele al gobierno de Tailandia. Bajo una intensa presión, la primera
ministra del país prometió el miércoles pagar millones de dólares en mora a los
cultivadores de arroz que han salido damnificados de un controvertido programa
de subsidios.
El plan, que
fue una promesa de campaña de Yingluck Shinawatra,
se implementó en 2011 y contemplaba la compra de
arroz por parte del gobierno a precios
hasta 50% por encima de la cotización de
mercado, con la idea de acapararlo y presionar al alza los precios
internacionales del grano. La medida dejó al gobierno tailandés con unas 18 millones de toneladas de arroz (casi el
doble de lo que el país exporta tradicionalmente cada año).
El precio
del grano, sin embargo, se ha desplomado debido a un alza de la oferta global,
lo que ha dificultado que el gobierno venda su arroz sin sufrir pérdidas.
El plan expira el 28 de febrero, luego de que el gobierno
reconociera que no cuenta con los recursos para renovarlo.
La situación
para los arroceros es dramática y se ve en poblaciones como Ban Non Son, al noreste de Tailandia, donde los
familiares y vecinos de Thongma Kaisuan tratan de comprender el suicidio del
agricultor de 64 años. Según personas cercanas, la muerte se debe a la apuesta
del gobierno por controlar los precios del arroz.
Inversionistas
y gobiernos han a menudo soñado con controlar los mercados globales de materias
primas con la idea de elevar los precios y las ganancias.
En los años
70, los hermanos Hunt, multimillonarios
estadounidenses, trataron de controlar el mercado de la plata, pero su posición colapsó.
Yasuo
Hamanaka, el principal
operador de cobre de Sumitomo Corp.
8053.TO +0.08% , compró en los años 90
5% del suministro global del metal rojo. Su posición también colapsó, causando
una pérdida de US$2.600 millones. Otros intentos para manejar los precios del
oro, el estaño y hasta la cebolla han fracasado.
Thongbai
Kaisuan, viuda de un
cultivador de arroz que se suicidó debido a que no recibió pago del gobierno y
al aumento de sus deudas. James Hookway/The Wall Street Journal
Ahora,
Tailandia ha pasado a engrosar la lista de especuladores frustrados. El plan
del gobierno de acaparar arroz ha dejado a la primera ministra en el ojo del
huracán y a agricultores como Thongma sumidos en una enorme deuda.
La tragedia
de este arrocero empezó hace dos años y medio cuando Yingluck
lanzó una iniciativa para transferir más efectivo hacia la economía rural al
comprar arroz a los agricultores a US$550 la tonelada,
cerca de 50% más que el precio de mercado. La primera ministra y sus
asesores también calcularon que podrían llevar al alza los precios globales del
grano al almacenar los suministros y evitar que llegaran a los mercados
internacionales.
El plan se
basaba en el hecho de que apenas 7% de la
producción de arroz mundial se comercia de forma transfronteriza. Esto
significa que una interrupción en un lugar puede tener un impacto importante en
los precios internacionales.
En 2008,
algunos países como India y Vietnam, preocupados
por el alza del arroz en el mercado interno, restringieron temporalmente las
exportaciones. Esto causó un salto en los precios de US$300
la tonelada a US$900 la tonelada, según el Banco Mundial.
El plan de
Yingluck tuvo éxito en un aspecto: muchos habitantes de las regiones rurales de
Tailandia se vieron súbitamente inundados de efectivo. A lo largo del país, los
tailandeses empezaron a comprar televisores y teléfonos inteligentes. La deuda de los hogares se disparó a más de
80% del Producto Interno Bruto, un nivel peligroso de acuerdo con el banco
central del país.
Thongma, por
su parte, pidió un crédito de unos 400.000 bahts (cerca de US$12.000), de una
cooperativa agrícola para ayudar en el pago de una minivan para que su yerno
formara un pequeño negocio de transporte. "Teníamos confianza en el préstamo
porque el programa del gobierno parecía garantizar un ingreso estable",
cuenta Thongbai Kaisuan, la viuda de Thongma. Pero la realidad pronto los
golpeó.
El programa del gobierno no pudo
haberse implementado en un peor momento.
Justo cuando Tailandia
empezó a almacenar el arroz, India reactivó las exportaciones del grano
luego de una larga ausencia de los mercados internacionales.
Algunos de
los mayores importadores, como Filipinas,
golpeados por el alza de los precios en 2008, también empezaron a producir más
arroz. En lugar de subir, los precios cayeron desde un máximo de US$1.000 la
tonelada en 2008 al actual nivel de US$390 para
las variedades más transadas.
Tailandia no
pudo competir en el mercado y no logró vender sus enormes existencias por algo
remotamente cercano a lo que pagó por ellas. Las pérdidas en papel de las dos primera cosechas, en 2011 y 2012, alcanzaron US$4.000
millones, y el ex presidente del banco central,
Pridiyathorn Devakula, calcula que la pérdida
total podría ascender a los US$12.000 millones.
La firma
CIMB Securities estima que el costo del programa para Tailandia
fue de alrededor de US$9.200 al año, cerca de 2,5% del PIB.
El plan de
subsidio se quedó sin dinero, lo que causó retraso en los pagos a los
arroceros. También desató protestas callejeras. Los manifestantes, en su
mayoría de clase media, ven el subsidio como síntoma de lo que consideran el
populismo irresponsable de Thaksin Shinawatra,
el hermano mayor de la primera ministra, y quien fue derrocado en un golpe de
estado en 2006.
Ahora,
Yingluck enfrenta una investigación por corrupción que podría terminar en un
juicio en el Senado y en su destitución. Yingluck ha defendido el plan diciendo
que ayudó a elevar los ingresos rurales y responsabilizó a los manifestantes
por el retraso en los pagos a los agricultores.
La viuda de
Thongma dice que el arrocero había esperado cuatro meses por el pago de su
cosecha más reciente sin recibir dinero alguno. "No paraba de preocuparse,
al final fue demasiado", dice.
—Warangkana
Chomchuen, Wilawan Watcharasakwet y Nopparat Chaichalearmmongkol contribuyeron
a este artículo.
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