Neumonía bilateral: así es la enfermedad que sufrió el papa Francisco.. Nota del autor del blog , creo debieron darle colistina y a su edad no debería estar saludando a tanta gente de besito en la mejilla, todos los gérmenes patógenos resistentes a los antibióticos de toda la humanidad lo atacaban .
El papa Francisco, máximo líder de la Iglesia Católica desde 2013, ha muerto este lunes 21 de abril a los 88 años..
"Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 horas de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados", anunció el cardenal Kevin Joseph Farrel, camarlengo de la Iglesia.
Y continuó: "Con inmensa gratitud por su ejemplo como discípulo del Señor Jesús recomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios Uno e trino". Este vídeo mensaje, grabado en la capilla de la Casa Santa Marta, contó también con la presencia del secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y el sustituto de la secretaría de Estado, el venezolano Edgar Peña Parra.
El fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio se produjo a las 7:35 horas (5:35 GMT) en su residencia de la Casa Santa Marta, según confirmaron fuentes vaticanas. Con su muerte, el mundo pierde al primer Papa jesuita de la historia y a una figura que ha marcado profundamente el rumbo de la Iglesia Católica durante la última década.
La muerte del Papa llega tras un proceso de enfermedades que lo mantuvieron ingresado. Fue diagnosticado con neumonía bilateral tras ser ingresado en el Hospital Gemelli de Roma. Lo que comenzó como una bronquitis evolucionó a una neumonía bilateral, una afección más seria que requiere cuidados médicos específicos, especialmente considerando los 88 años del Pontífice.
¿Qué es exactamente la neumonía bilateral?
La neumonía bilateral constituye una inflamación que afecta al tejido pulmonar de ambos pulmones simultáneamente. Esta condición resulta más grave que la neumonía unilateral precisamente porque compromete la capacidad respiratoria total del individuo. El proceso inflamatorio ocurre principalmente en el tejido intersticial, situado entre los alvéolos pulmonares, pequeñas cavidades donde se produce el vital intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.
Cuando este tejido se inflama, el proceso de oxigenación sanguínea se ve notablemente comprometido, lo que desencadena problemas respiratorios de diversa consideración. En los casos más severos, particularmente en personas de edad avanzada como el pontífice, esta patología puede derivar en insuficiencia respiratoria aguda en cuestión de días si no se aplica un tratamiento adecuado con prontitud.
Síntomas y manifestaciones clínicas
La neumonía bilateral puede manifestarse con un amplio espectro de síntomas cuya intensidad varía en función de diversos factores como la causa específica, la edad del paciente y su estado general de salud. Entre los síntomas más habituales que se observan en esta dolencia respiratoria destacan:
- Fiebre elevada: representa una de las respuestas defensivas más comunes del organismo ante la infección. En adultos mayores, la temperatura puede superar los 38,5°C.
- Tos persistente: puede presentarse en forma seca o productiva, es decir, acompañada de expectoración mucosa que en ocasiones contiene estrías sanguinolentas.
- Disnea: la dificultad para respirar o sensación de falta de aire aparece como consecuencia directa de la inflamación pulmonar, que obstaculiza el correcto intercambio gaseoso.
- Escalofríos: temblores involuntarios que acompañan frecuentemente a los episodios febriles.
- Astenia: fatiga generalizada y debilidad que pueden limitar considerablemente la actividad cotidiana del paciente.
- Malestar general: sensación difusa de encontrarse enfermo, frecuentemente acompañada de dolores musculares y articulares.
Resulta fundamental señalar que no todos los pacientes presentan el cuadro sintomático completo. El diagnóstico definitivo se establece tras una valoración clínica exhaustiva que incluye la auscultación pulmonar, complementada con pruebas como analíticas sanguíneas, radiografías torácicas o ecografías, fundamentales para confirmar la afección y evaluar su alcance y gravedad.
Grupos de riesgo y factores predisponentes
Determinados colectivos presentan una especial vulnerabilidad ante la neumonía bilateral, tanto en términos de probabilidad de contraerla como de desarrollar complicaciones potencialmente graves. Entre estos grupos de mayor riesgo se encuentran:
- Personas con patologías crónicas previas: pacientes que padecen diabetes, cardiopatías (como insuficiencia cardíaca), o enfermedades respiratorias crónicas (asma, EPOC) presentan un sistema inmunitario menos eficiente frente a infecciones pulmonares.
- Fumadores: el consumo de tabaco deteriora progresivamente la función pulmonar y los mecanismos de defensa respiratorios, facilitando el desarrollo de infecciones.
- Personas mayores: los individuos que superan los 65 años, como el papa Francisco, experimentan un declive natural de su sistema inmunitario que incrementa sustancialmente el riesgo de complicaciones graves derivadas de la neumonía.
- Población infantil: los niños, especialmente los menores de 5 años, cuentan con sistemas inmunológicos aún inmaduros que les hacen particularmente susceptibles a infecciones respiratorias.
- Individuos inmunodeprimidos: aquellas personas cuyo sistema inmunitario se encuentra debilitado a causa de enfermedades como VIH/SIDA, procesos oncológicos o tratamientos inmunosupresores, presentan mayor propensión a desarrollar neumonías y a sufrir complicaciones derivadas.
Abordaje terapéutico de la neumonía bilateral
El tratamiento de esta patología se determina considerando múltiples factores: el agente causal de la infección, la severidad del cuadro clínico y el estado de salud basal del paciente. En términos generales, el protocolo terapéutico suele incluir:
- Antibioterapia: cuando la neumonía tiene origen bacteriano, resulta imprescindible la administración de antibióticos específicos para combatir el microorganismo causante.
- Antivirales: si la etiología es viral, pueden emplearse fármacos antivirales específicos, aunque su eficacia varía según el tipo de virus implicado.
- Oxigenoterapia: en casos donde existe compromiso respiratorio significativo, se proporciona oxígeno suplementario para mejorar la saturación sanguínea y aliviar la dificultad respiratoria.
- Corticoterapia: los corticosteroides, como la cortisona, pueden prescribirse para reducir la respuesta inflamatoria pulmonar y facilitar la recuperación del tejido afectado.
- Medidas de soporte: el reposo absoluto y una adecuada hidratación constituyen pilares fundamentales para favorecer la recuperación orgánica.
¿Qué pronóstico tiene la neumonía bilateral en personas mayores?
El pronóstico de la neumonía bilateral en personas de edad avanzada como el papa Francisco depende de múltiples variables. Los factores determinantes incluyen la rapidez del diagnóstico, la instauración temprana del tratamiento adecuado, la presencia de enfermedades concomitantes y el estado general del paciente previo a contraer la infección.
En personas mayores de 80 años, la neumonía bilateral representa una condición potencialmente grave que requiere vigilancia médica estrecha. Las estadísticas señalan que la tasa de mortalidad en este grupo etario puede oscilar entre el 15% y el 30%, especialmente cuando existen comorbilidades significativas.
No obstante, los avances en el ámbito médico y el acceso a cuidados sanitarios de calidad, como los que recibe el Sumo Pontífice en el Hospital Gemelli, considerado el "hospital de los Papas", incrementan notablemente las posibilidades de recuperación incluso en pacientes de edad avanzada.
Medidas preventivas frente a la neumonía
La prevención juega un papel crucial para evitar el desarrollo de neumonías, especialmente en personas vulnerables. Entre las principales medidas profilácticas destacan:
- Vacunación: las vacunas antineumocócicas y contra la gripe constituyen herramientas fundamentales para reducir el riesgo de neumonía, particularmente en personas mayores y con patologías crónicas.
- Higiene respiratoria: adoptar prácticas como cubrirse la boca al toser o estornudar, preferiblemente con pañuelos desechables, reduce la propagación de patógenos respiratorios.
- Lavado de manos: la higiene frecuente y adecuada de las manos disminuye significativamente la transmisión de gérmenes causantes de infecciones respiratorias.
- Evitar el tabaquismo: abandonar el hábito tabáquico contribuye notablemente a preservar la salud pulmonar y fortalecer las defensas respiratorias. Mantener un estilo de vida saludable: una alimentación equilibrada, actividad física regular y descanso adecuado fortalecen el sistema inmunitario, aumentando la resistencia frente a infecciones.
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