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jueves, 20 de febrero de 2025

Alice Weidel, «la princesa de hielo» de Alternativa para Alemania

 

Alice Weidel, líder de la AfD

Alice Weidel, líder de la AfDAFP

Perfil

Alice Weidel, «la princesa de hielo» de Alternativa para Alemania

Las contradicciones que le atribuyen sus contrincantes son la clave de su éxito

La candidata de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, nació el 6 de febrero de 1979, es una mujer emprendedora, tenaz, economista de éxito fruto de sus méritos, feminista, lesbiana y unida a una pareja asiática, Sarah Bossard, una directora de producción de cine y televisión originaria de Sri Lanka, con la que comparte dos hijos. Weidel es una persona que vive muy al margen de lo tradicional.

Al mismo tiempo es una mujer que puede presumir de un currículo y una cualificación profesional impecable.

En el anuario del instituto de Versmold, en Westfalia Oriental, sus compañeros de entonces le atribuyen a 'Lille', como apodaban a Alice, un «carácter fuerte y dominante» y una actitud «extremadamente asertiva» que a algunos les parecía «arrogante». Todos tenían claro que Lille llegaría lejos.

Tras graduarse como la mejor de su promoción con una nota de sobresaliente en la Universidad de Bayreuth, la joven licenciada en Ciencias Empresariales y Económicas se incorporó a «Goldman Sachs», un banco que era entonces su «empleo soñado».

Sus otros puestos también han sido de alto nivel, pero breves: ya sea en «Goldman Sachs» o más tarde en «Allianz Global Investors», rara vez permaneció más de dos años en un mismo lugar. Su trayectoria vital tiene algo de inquieto. Weidel pasó la mayor parte del tiempo en China, donde escribió su tesis doctoral hasta 2011 y trabajó para el Banco de China.

Siempre ha destacado por ser el ala más derechista de la AfD

La última etapa de Weidel como empleada la llevó en 2013 de vuelta a la provincia de Alemania Occidental, a Heristo AG en Bad Rothenfelde, una empresa de procesamiento de carne y piensos.

Luego pasó a ser asesora independiente de empresas emergentes, con domicilio oficial en Überlingen, a orillas del lago de Constanza. Con todo, Weidel nunca ha renunciado a su estilo de vida internacional. Ha residido en la pequeña ciudad de Biel, en Suiza, a unos 200 kilómetros de Überlingen con su pareja y sus hijos y está empadronada desde 2014, donde está la casa de sus padres.

En cuanto a su trayectoria política, inicialmente Weidel fue miembro del Partido Democrático Libre (FDP) pero se unió a la Alternativa para Alemania en octubre de 2013 porque se sintió atraída por su oposición al euro. Fue elegida para el comité ejecutivo federal de la AfD en junio de 2015. En abril de 2017 fue elegida candidata colíder del partido y de ahí fue elegida por el congreso del partido como representante de este en las elecciones federales de 2017 junto a Alexander Gauland.

Alice Weidel, líder del AfD alemán

Alice Weidel en una imagen de archivoAFP

Desde el 30 de noviembre de 2019, ha sido portavoz federal adjunta de su partido y, desde febrero de 2020, presidenta de la asociación estatal de la AfD en Baden-Wurtemberg.

En política siempre ha destacado por ser el ala más derechista de AfD: desde que entró en la AfD, motivada por su director de tesis Peter Oberender, la economista ha mantenido una crítica fundamentalista del euro. Se ha pronunciado claramente a favor de una «salida de la UE». Más tarde se ha mantenido fiel a su rechazo de la «UE centralista». Lo mismo puede decirse de su fuerte oposición al islam radical declarando que «no quería tener nada que ver con los «adeptos confesos de la sharía», esa gente que nunca se habían distanciado de las «prácticas de la Edad de Piedra» de su religión».

Y respecto a la inmigración y la delincuencia asociada a esta ha afirmado sin complejos: «Como mujer, quiero poder coger el último tren de cercanías por la noche sin miedo», dejando claro que los extranjeros son el peligro.

Sus enemigos la denominan «Frozen, la princesa de hielo» por el personaje de Disney, y hay un cierto parecido, hay dulzura y frialdad en ella, pero sobre todo es una mujer que no se corta, es desinhibida, rompe continuamente las fronteras de lo políticamente correctos. Dice las cosas sin eufemismos: acusa a la «clase política» de destruir el «futuro social y cultural de Alemania» a través de la globalización, el relativismo cultural, la diversidad y la supuesta justicia de género. Habla sin complejos de «Re-emigración». Para muchos es «la mujer con el intelecto más agudo de todo el escenario político» e, incluso para sus opositores es «la competidora por excelencia».

Siendo muy alemana en sus formas tiene un gran desparpajo en su discurso (aunque esto no encaje perfectamente en los caracteres germanos), es muy libre en su forma de debatir. Incluso, las contradicciones que le atribuyen sus contrincantes son la clave de su éxito: Tener una pareja asiática del mismo sexo y haber formado una familia nueva y al tiempo defender a la familia tradicional, o estar en un partido al que se acusa de homofobia. Ser económicamente una liberal «libertaria», miembro de la Fundación Friedrich von Hayek, y a la vez ser una gran admiradora de Margaret Thatcher y sus políticas conservadoras. Ser una mujer moderna o posmoderna en su vida y al tiempo declararse representante de los valores cristianos. Negar las políticas de género muy contundentemente oponiéndose a la educación sexual a los niños antes de la pubertad: «No quiero que nadie se acerque a mis hijos con su idiotez de género o sus primeras clases de sexualización». Estar en contra de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y apoyar la protección de la familia tradicional, mientras ella misma vive con libertad una unión con alguien del mismo sexo. Despreciar la corrección política y el 'wokismo' que los denomina el «basurero de la Historia», es decir, algo que hay que barrer.

Esta brillante mujer encara en sí misma lo que supone esa «nueva derecha europea».

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