Retorna el militarismo japones , pero esta vez
con 700 cabezas nucleares de plutonio.
Tokio apuesta por lo militar
http://www.monde-diplomatique.es/?url=mostrar/pagLibre/?nodo=3432ccd0-2b7f-4f3f-9aca-16ae5753b435
por
Christian Kessler
Historiador
y periodista, profesor en el Ateneo Francés de Tokio, docente en universidades.
Coautor del ensayo Des Samourais à Kukushima, Fayard, colección Pluriel, París,
2012.
Fotos de naves japonesas en Perú
"Aquel que domine el mar domina el comercio, el que
domina el comercio del mundo controla las riquezas del mundo y en consecuencia,
el mundo mismo"
Sir Walter Releigh
Última edición por Jeanluck; 23-Jun-2007 a las 00:01
fotos tomadas de una
web de Perú
¡Caray las naves del artículo estuvieron en Perú!
http://www.defensa.pe/showthread.php?p=76812
Desde hace más de una década, la influencia internacional
de Japón se erosiona a medida que su economía decae.
Aunque sea un país
pacifista según su constitución y sus discursos, Tokio cada vez se esfuerza más
en desarrollar y producir material sofisticado para la defensa militar.
Busca una nueva
vía de influencia que pasa particularmente por conceder “ayuda militar” a algunos países asiáticos.
El
XVII Foro de Defensa, celebrado entre 31 de octubre y el 1 de noviembre de 2012
en Tokio con la presencia de los países del sudeste asiático, pero asimismo de
la India, Estados Unidos y Canadá, deja constancia de este cambio.
En
2012, la ayuda militar de Japón superó, por primera vez desde la II Guerra
Mundial, los 2 millones de dólares; se destina principalmente
al entrenamiento de tropas para que puedan hacer frente a los desastres naturales
y construir carreteras, como en Camboya o en Timor Oriental.
También se han multiplicado los ejercicios de defensa que
se realizan de manera conjunta con otros países asiáticos y se han visto buques de guerra japoneses en
numerosos puertos de la región de Asia-Pacífico y más lejos.
Así, los barcos de guerra Kashima
y Shimayuki, además del destructor Matsuyuki, regresaron a Japón en octubre de
2012 después de un periplo de seis meses en catorce puertos localizados
en el sudeste asiático, en Oriente Próximo y en África
oriental (1). Su vuelta a casa dio lugar a escenas de alegría en los
muelles, donde les esperaban oficiales y miembros de su familia.
En un contexto marcado por el incremento de los
nacionalismos y de los peligros, y frente a las reivindicaciones territoriales
de una China dispuesta a enseñar los dientes, Japón podría comenzar a vender
aviones de patrulla marítima en la región y quizás hasta submarinos de propulsión diesel. Tokio había resistido
hasta ahora a las insinuaciones de Washington, que le pedía comprometerse más
como potencia regional.
Las tensiones en el norte de Asia, unidas a las
dificultades económicas de Estados Unidos, su principal protector y garante,
ocasionan una vulnerabilidad que Japón cree no poder aceptar más.
Durante la Guerra Fría, Tokio se contentaba
con seguir a Estados Unidos.
Con la China
actual, ha de procurar su propia lógica, tal y como estiman muchos analistas
japoneses.
La reciente y aplastante
victoria del Partido Liberal Demócrata en la Cámara Baja y la vuelta de Abe
Shinzo, nacionalista notorio, van en este sentido.
Para el nuevo
primer ministro, la diplomacia del talonario de cheques –aportar una contribución financiera antes que participar directamente
en operaciones militares–, hasta ahora ampliamente practicada, ya no es una
solución a las tensiones periódicas con sus vecinos chinos y coreanos respecto
de la soberanía sobre ciertas islas.
La presión china, incuestionable, con la
espectacular progresión de su Marina, preocupa a Tokio.
No
cabe duda de que la protección estadounidense siempre está ahí, pero esta
protección pertenece a una nación extranjera.
Más allá de un refuerzo de los vínculos defensivos con
los estadounidenses, Abe desea, de común acuerdo con éstos, llevar a cabo una
portentosa mejora militar.
Así,
las fuerzas de autodefensa japonesas se transformarían progresivamente en
fuerzas ofensivas.
No obstante, y
aunque el primer ministro emplee todas sus fuerzas en esta batalla, las
dificultades para hacer una modificación
importante de la Constitución pacifista, unidas a la enorme deuda del país,
entrañarían el riesgo de limitar las posibilidades de recibir ayuda
exterior.
Sin
embargo, la explosión del presupuesto militar de China podría cambiar las
reglas del juego.
Las dos grandes fuerzas políticas,
el Partido Liberal Demócrata en el poder y el Partido Social Demócrata (PSD)
discuten acerca de una lectura más flexible de la Constitución que, en un
momento dado, debería permitir cambiar los límites que separan una fuerza
defensiva de una fuerza ofensiva. La actual Constitución, impuesta por los
estadounidenses tras la derrota de Japón en 1945, ya se ha modificado en varias
ocasiones para posibilitar el envío de tropas al
extranjero (a Afganistán y a Irak), no solamente dentro del estrecho
marco de la ayuda humanitaria, sino asimismo desplegando buques cisterna en el océano Índico para abastecer barcos de guerra
estadounidenses.
Cada una de estas revisiones constitucionales desencadenó
la ira del partido en la oposición, el PSD, y originó virulentas polémicas en
los medios de comunicación.
Así pues, tras los ataques al buque cisterna para
productos químicos Golden Nori, en octubre de 2007,
y al petrolero Takayama –liberado gracias a la
ayuda la Marina alemana–, en abril de 2008, y al petrolero Socotra Island, en
abril de 2011, la instalación en Yibuti de la primera base
militar japonesa en el extranjero desde 1945 se realizó con la
mayor discreción posible. Una discreción que ya no conviene actualmente.
La estrategia que surge parece clara: construir su propia
zona de influencia junto con otras naciones. “Queremos
nuestra propia coalición en Asia para oponernos a China”, afirma Soeya Yoshihide,
director del Instituto de Estudios sobre Asia Oriental en la Universidad de
Keio.
Retomando estas declaraciones, el viceministro de Defensa
Nagashima
Akihisa declaró en una entrevista:
“Simplemente
no podemos esperar a que Japón decaiga”.
Durante una conferencia en Australia, el teniente general chino
Rein Haiquan recordó inmediatamente que Japón se acercaba así a la nación
militarista que, en su tiempo, bombardeó la ciudad de Darwin en Australia.
Pero la reacción de muchos países asiáticos con respecto
a la historia es sorprendente. “Hemos dejado a un lado nuestras
pesadillas de la II Guerra Mundial a causa del peligro chino”, tal y
como comentó Rommel Banlaoi, un experto en seguridad
del Instituto de Investigación por la Paz, la Violencia y el Terrorismo con
base en Manila.
Malasia, Filipinas y Vietnam ya reciben con los
brazos abiertos la ayuda del archipiélago.
En noviembre de 2012, veintidós guardacostas provenientes
de una docena de países asiáticos y africanos participaron en ejercicios de
defensa en la bahía de Tokio.
Antes de abandonar el puerto, se alinearon frente a los
guardacostas japoneses y les hicieron reverencia durante un buen rato. “Japón
se une a Estados Unidos y Australia para ayudarnos a hacer frente a China”,
asegura Mark Lim, un oficial de Filipinas que se
había desplazado (2).
De hecho, el país se considera como el único apto para
rivalizar en el plano marítimo con Pekín.
Es cierto que no posee misiles de largo
alcance, ni submarinos atómicos, ni aviones de transporte capaces de enviar
importantes fuerzas al exterior.
Sin embargo, Tokio dispone de submarinos a propulsión
diesel considerados como los mejores del mundo, así como cruceros capaces de
destruir misiles en pleno vuelo, dos grandes destructores que llevan a bordo
helicópteros de ataque y, llegado el caso, aviones de despegue vertical.
En 2013, la duplicación prevista de la ayuda
militar a Indonesia y las negociaciones en torno a la venta de
submarinos a Vietnam, con otros compradores
posibles como Malasia y Australia, muestran una
vez más que Japón está dispuesto a ampliar su papel y a
encabezar un grupo de países frente a China.
Por ahora, y como respuesta a las incursiones navales y
aéreas chinas en las aguas de las islas Senkaku,
el PLD en el poder ha previsto aumentar, por primera
vez desde hace once años, el presupuesto militar: 40.000 millones de yenes
suplementarios (320 millones de euros) para el año fiscal 2013-2014.
Los guardacostas verán la modernización de sus equipos y
se incrementará considerablemente el número de buques de vigilancia y el de
efectivos.
Según el programa oficial, se asignarán igualmente
partidas para posibilitar la devolución, al espacio territorial nacional, de las islas del Norte, actualmente
bajo control ruso desde 1945.
Lo mismo sucede con las islas
Takeshima, disputadas a los coreanos, que
las denominan Dokdo. Según esta estrategia
oficial, el desarrollo de la influencia militar japonesa está aprobado por
plebiscito, a pesar de la deuda causada en parte por el aumento del presupuesto
militar para la modernización del Ejército.
(1) Filipinas (en el puerto de Manila),
Tailandia (Bangkok), la India (Bombay), Maldivas (Malé), Yibuti, Arabia Saudí
(Yeda), Turquía (Marmaris), Tanzania (Dar es-Salam), Seychelles (Victoria),
Omán (Salalah), Pakistán (Karachi), Sri Lanka (Colombo), Bangladés
(Chittagong), Camboya (Silhanouk).
(2) Japan Defense Focus (JDF), Ministerio de Defensa,
n°35, diciembre 2012.
……………………………………
Programa atómico de Japón
http://es.wikipedia.org/wiki/Programa_at%C3%B3mico_de_Jap%C3%B3n
Estado nuclear De facto
Buenas
los numeritos son referencias
Mientras en la actualidad no existen planes para producir
armas nucleares en Japón, se ha argumentado
que Japón posee la tecnología, los materiales y el capital suficiente para
producir armas nucleares en menos de un año, si fuese
necesario, y muchos analistas consideran que, por esta razón, es un país
nuclear de facto.22 Por esta razón Japón es habitualmente reconocido como un
"poseedor virtual"23 24 lejos de poseer armamento nuclear.
Cantidades significativas de plutonio medianamente enriquecido son
generadas como un subproducto de la industria de la energía nuclear, y
además Japón ha declarado en diciembre de 1995
poseer 4,7 toneladas de plutonio, bastante para producir 700 cabezas
nucleares.
Japón también posee su propia planta de enriquecimiento
de uranio plant25 el cual podría ser hipotéticamente utilizado para hacer
uranio enriquecido susceptible de uso armamentístico.
Japón también ha desarrollado el cohete de combustible
sólido M-V, muy similar al norteamericano LGM-118A
Peacekeeper ICBM, el cual puede ser utilizado como vehículo de carga, también
tiene experiencia en la tecnología de transporte del
tipo (OREX,HOPE-X).
Ha sido puesto de manifiesto que mientras Japón goza de
los beneficios de un estatus de ser un país "potencialmente
preparado" esta no es razón para que en la actualidad produzca armamento
nuclear, ya que aunque tiene la capacidad de producción en muy corto plazo,
Japón dispone de la protección de Estados Unidos lo que le permite una posición
de igualdad con especto a sus países vecinos China y Rusia.26
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