Lo bueno, lo malo y lo feo del presidente Chávez
por Moisés Naim
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/06/actualidad/1362583776_097287.html
La consecuencia más positiva de su mandato es que hizo
añicos la coexistencia de Venezuela con la pobreza; la peor, que no dejó un
país mejor que el que recibió. Chávez merece que se le recuerde como una
oportunidad perdida
MOISÉS
NAÍM
6 MAR 2013 - 16:29 CET
Ya antes de su muerte, Hugo Chávez se había sumado a
Fidel Castro y Ernesto Che Guevara en el panteón de líderes latinoamericanos a
los que se reconoce al instante en todo el mundo. Y, como Castro y Guevara,
Chávez es de lo más polémico. Es objeto de una profunda admiración que se
transforma enseguida en veneración apasionada, y de un antagonismo que se
convierte con la misma facilidad en odio intenso. Chávez murió el martes, a los
58 años, después de dos años de tratamientos contra el cáncer, según el
vicepresidente venezolano Nicolás Maduro.
Es inevitable que su labor sea tan difícil de valorar con
objetividad como la de otros dirigentes controvertidos como Mao y Perón. No obstante,
aunque los actos de Chávez susciten discusiones sin fin, su legado tiene
ciertos aspectos indiscutibles.
» Lo bueno. La consecuencia más duradera y positiva del
mandato de Chávez es que hizo añicos la pacífica coexistencia de Venezuela con
la pobreza, las desigualdades y la exclusión social. No fue el primer líder
político que convirtió a los pobres en el centro de la conversación nacional.
Ni tampoco fue el primero que aprovechó el aumento de los ingresos del petróleo
para ayudar a esos pobres. Pero ninguno de sus antecesores lo había hecho de
manera tan agresiva ni con un sentimiento de apremio tan apasionado como
Chávez. Y nadie tuvo tanto éxito como él a la hora de fijar esta prioridad en
la mentalidad colectiva e incluso exportarla a los países vecinos y más allá.
Además, su capacidad de hacer que los pobres sintieran que tenían a uno de los
suyos en el poder no tiene precedentes.
Otro
aspecto positivo de su legado es que acabó con la indiferencia política y la
apatía generalizadas, alimentadas durante decenios por un sistema en manos de
unos partidos políticos en descomposición y ajenos a la realidad.
El despertar
político del país que desencadenó Chávez ha absorbido a habitantes de las
barriadas, trabajadores, estudiantes universitarios, la clase media y, por
desgracia, también los militares. Y aquí es donde comienza el legado negativo
de Chávez.
» Lo malo. Tras 14 años en el poder, Chávez no ha
dejado el país con una democracia más fuerte ni una economía más próspera. A
pesar de sus constantes recordatorios de que por fin había logrado que los
pobres, tanto tiempo excluidos, vivieran con autonomía, y a pesar de que en su
presidencia se produjo el aumento más largo y desmesurado de los ingresos por
petróleo en toda la historia de Venezuela. Chávez y sus partidarios afirmaban
que, durante su mandato, se celebraron 15 elecciones nacionales y referendos, y
que sus programas sociales fomentaban la participación y la democracia
“directa” o “radical”. Sin embargo, como explica el prestigioso profesor estadounidense Scott Mainwaring, para que
exista democracia es necesario que haya “elecciones libres y justas para
designar el Gobierno y la cámara legislativa, el derecho casi universal al voto
de los adultos en la era contemporánea, la protección de los derechos políticos
y las libertades civiles y el control civil del Ejército. El régimen de Chávez
no cumple, ni mucho menos, la primera y la tercera de estas características de
la democracia. No existe igualdad de oportunidades electorales, y el respeto a
los derechos de la oposición se ha deteriorado gravemente. El Ejército está
mucho más politizado e interviene mucho más en política que antes de Chávez”.
En realidad, el presidente Chávez fue uno de los que
antes y con más destreza supo poner en práctica una estrategia política común
tras la guerra fría en muchos países que los politólogos califican de regímenes
autoritarios competitivos. En ellos, los dirigentes obtienen el poder mediante
elecciones democráticas pero luego cambian la Constitución y otras leyes para
debilitar el sistema de control al Gobierno, con lo que se aseguran la
continuidad del régimen y su autonomía casi absoluta y, al tiempo, conservan
una pátina de legitimidad democrática. No es casual que Chávez fuera el jefe de
Estado que más tiempo estuvo en el poder de toda América.
La
otra herencia paradójica —y negativa— de Hugo Chávez es una economía que es un
desastre. Es paradójica porque su mandato coincidió con una
subida de los precios de las materias primas y la presencia de un sistema
financiero internacional lleno de dinero en efectivo y dispuesto a prestar a
países como Venezuela. Además, el presidente tenía libertad para adoptar
cualquier política económica que quisiera sin limitaciones nacionales,
internacionales ni institucionales de ningún tipo. Sin embargo, en el momento
de su muerte, pocos países sufren unas distorsiones económicas semejantes.
Venezuela posee uno de los mayores déficits
fiscales del mundo, la mayor tasa de inflación, el peor ajuste del tipo de
cambio, el incremento más rápido de la deuda y una de las mayores caídas de la
capacidad productiva, incluso en el crítico sector del petróleo. Además, durante la era de Chávez, el país cayó a los últimos
puestos de las listas que miden la competitividad internacional, la facilidad
para hacer negocios y el atractivo para los inversores extranjeros, y subió a
los primeros puestos entre los países más corruptos del mundo. Este
último dato es otra paradoja más de un líder cuyo ascenso al poder se basó en
la promesa de eliminar la corrupción y aplastar a la oligarquía. La burguesía bolivariana -—los boliburgueses, como
llaman los venezolanos a la nueva oligarquía, formada por los más estrechos
aliados de las autoridades del régimen, sus familias y amigos— ha amasado enormes fortunas gracias a contratos corruptos con el
Gobierno. Y eso también forma parte de la desgraciada herencia dejada
por Chávez.
» Lo feo. El presidente Chávez deja una sociedad
ferozmente polarizada. Aunque siempre existieron divisiones sociales, el estilo
político de Chávez hacía demasiado hincapié
en alimentar los resentimientos, la rabia y la venganza, hasta niveles antes
desconocidos. Tendrá que pasar mucho tiempo y habrá que hacer muchos
esfuerzos para sanar las heridas causadas por las inmensas dosis de conflicto
social que el presidente promovió y de las que se aprovechó. Otra faceta
desagradable del mandato de Chávez es que, durante su presidencia, Venezuela se convirtió en uno de los países
con más asesinatos del mundo. Kabul y Bagdad son más seguros que Caracas, donde
los homicidios y los secuestros se han vuelto parte de la vida diaria. Los
organismos internacionales de policía consideran asimismo que el país es un refugio de falsificadores,
blanqueadores de dinero y traficantes de seres humanos, armas y, por supuesto,
drogas. Según Naciones Unidas, Venezuela se ha convertido en el principal
proveedor de drogas de Europa. El Departamento del Tesoro estadounidense ha
acusado a ocho miembros destacados de la Administración de Chávez, incluidos el
antiguo responsable de los servicios de inteligencia y el ministro de Defensa,
de encabezar redes de narcotráfico.
Ante todo ello, Chávez permaneció callado insólitamente y
pasivo. Su complacencia mientras veía cómo su país caía en una espiral de
asesinatos y crímenes es uno de los aspectos más desagradables e imperdonables
de sus años de mandato.
» La oportunidad perdida. El pueblo venezolano dio a
Chávez un cheque político en blanco y, gracias al boom prolongado de los
precios del petróleo, contó también con un cheque económico en blanco. Pocos
jefes de Estado han podido aunar el enorme apoyo popular y los inmensos
recursos económicos de los que disfrutó Chávez durante 14 años. Su control
absoluto de todas las palancas del poder le permitió hacer lo que quería. Y lo
hizo. Modificar el nombre del país, cambiar su bandera, imponer una zona
horaria nueva y especial para Venezuela. Y mucho más. Lo que no hizo fue dejar el país en mejor situación que cuando llegó a
la presidencia. Hugo Chávez merece que se le recuerde como una oportunidad
perdida.
Traducción de María Luisa
Rodríguez Tapia
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