Explicación sobre la posible formación del
gobierno de Benjamín Netanyahu con ayuda
de 2 partidos que están en contra de sus aliados naturales,osea los partidos ultra ortodoxos que predican la
guerra contra el islam. extraído del
diario israelí Aurora Digital
El insólito pacto Lapid-Bennett con la aprobación
de Stanley Fischer ex presidente del banco central israelí doblega a Netanyahu
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Principal/50029/
Acorralado por un inquebrantable pacto entre los partidos
religioso nacional Habait Hayehudí y de centro Yesh Atid, el primer ministro, Biniamín Netanyahu, deberá optar por un
Gobierno reducido del que, posiblemente, dejará
fuera a sus aliados tradicionales ultra ortodoxos.
Nota del autor del blog Esto es los buscapleitos estudiosos de la Tora (algo asi como las madrazas
islámicas) que no trabajan y que azuzan a la gente a la guerra contra los palestinos
pero que tampoco se enrolan en el
ejrcito.
En la cuenta atrás del plazo para consolidar una
coalición que supere la barrera de 61 de
los 120 diputados del parlamento, Netanyahu afronta serias dificultades
para convencer a futuros aliados y, en cuatro
semanas de negociaciones, sólo ha conseguido la firma del partido Hatnuá, de la ex ministra de Exteriores Tzipi Livni.
"Vamos
al tiempo de descuento", aseguró el periódico Israel
Hayom, aliado al primer ministro, al
informar de que los ultra ortodoxos
podrían quedar temporalmente fuera para no tener que acudir nuevamente a elecciones.
Al anochecer del sábado, Netanyahu pedirá al jefe del
Estado, Shimón Peres, el plazo extra
de dos semanas que contempla la ley para tratar de superar el obstáculo que le
han colocado los dos políticos revelación de las últimas elecciones.
Yair Lapid, al frente del centrista laico Yesh Atid (19 escaños),
y Nafatlí Bennett, que encabeza el partido religioso nacionalista Habayit Hayehudí (12 escaños),
han conseguido bloquear la formación de Gobierno con una alianza atípica
-tienen políticas muy divergentes, en particular sobre el proceso de paz con
los palestinos- pero inquebrantable.
Ambos defienden a capa y espada que los ultra ortodoxos sean
enrolados en el Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) y que el
reparto de las obligaciones ciudadanas sea más equitativo, eje central de sus
campañas electorales y que los ha convertido en aliados a pesar de las críticas
internas.
"Bennett no fue a las elecciones con la campaña de
Lapid", se quejó en ese sentido el ministro de Ciencias, Daniel Hershkovitz, al recordar la promesa de su
formación de apoyar la candidatura de Netanyahu a primer ministro.
Desplazado por Bennett de la Presidencia del partido,
Hershkovitz le exigió cumplir esa promesa y "dejar de retrasar la entrada
en el Gobierno", porque en el pasado cometieron el error de provocar la
caída de Netanyahu y "ése no es el camino deseado".
Se refería a las elecciones de 1999, provocadas por la
retirada del partido Mafdal (antecesor de Habayit Hayehudí) de la coalición que
gobernaba al país y que ganó el entonces laborista Ehud Barak.
Un año después, éste acudió a la cumbre de Camp David con
un plan de paz para entregar a los palestinos la mayor parte del territorio
conquistado en 1967, que fue rechazado por Yaser Arafat.
El compromiso mutuo entre Bennett y Lapid de "o los
dos entramos o ninguno" busca en un principio debilitar el tradicional poderío de los partidos ultra ortodoxos Shas
(sefardí) y Judaísmo Unido de la Biblia
(askenazí), que se oponen a la demanda de enrolamiento militar y a una
reducción de las millonarias ayudas que reciben los "haredim" del
Gobierno a pesar de contribuir poco o nada a las arcas públicas.
"El
problema está en que la táctica se ha convertido en estrategia",
consideró Hershkovitz, que no ve ninguna razón para una
alianza que, de todas formas, se romperá inmediatamente después de
formarse el Gobierno, según acordaron los dos
políticos.
Sin
ambos, y con los ultra ortodoxos, Netanyahu sólo alcanza una coalición de entre
55 y 57 escaños, insuficientes para gobernar, por lo que se verá obligado a
claudicar para no arrastrar al país a un nuevo proceso electoral. Con Bennett y
Lapid supera cómodamente los 61.
Una de las opciones que baraja el primer ministro es que
el Shas y el Judaísmo Unido de la Biblia se sumen a su coalición en la segunda
mitad del año, después de tener aprobados los presupuestos del Estado, posibilidad que los dos partidos ultra
ortodoxos no contemplan.
"No habrá examen de recuperación (para Netanyahu),
ni seremos premio de consolación", dijo Ari Deri,
uno de los líderes de Shas, al diario Yediot
Aharonot.
Fuerza
dominante de la política interna desde 1988 y aliado tradicional
de la derecha nacionalista, Shas asegura no
tener problema con "sentarse en la oposición" y defender las
políticas sociales junto con el Partido Laborista, según Deri.
Para Netanyahu se trata de una nueva y quizás más
complicada trampa, porque tarde o
temprano emergerán las divergencias ideológicas sobre el proceso de paz entre
Lapid y Bennett y su Gobierno quedará desarmado o paralizado. EFE y Aurora
...........................
No hay comentarios:
Publicar un comentario