Informe
secreto sobre la corrupción generalizada en la élite del partido comunista chino extraído del diario el país.
http://elpais.com/especiales/2014/chinaleaks/
CHINALEAKS
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Los
escándalos de corrupción erosionan al poder comunista.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/21/actualidad/1390296841_035946.html
El enriquecimiento de las élites
aumenta el malestar ciudadano al crecer los escándalos.
153 diputados figuran entre los 1.000
chinos más ricos
F. G. / A.
R. / J. S. G. 21 ENE 2014 - 22:00 CET41
Bo
Xilai, exsecretario del
partido en la municipalidad de Chongqing y exmiembro del Politburó, en un
momento de su juicio. / CORDON PRESS
En el lado
norte de la plaza Tiananmen, en Pekín, un retrato gigante de Mao Zedong preside
la entrada a la Ciudad Prohibida, hogar de los emperadores durante casi 500
años. El cuadro —objeto de veneración de toda una generación de chinos,
educados desde la infancia en el culto al líder y el Partido
Comunista Chino (PCCh)— es utilizado de fondo en las fotografías que
millones de turistas nacionales y extranjeros se hacen cada año cuando acuden
como peregrinos a visitar la más famosa de las plazas del país.
Poco queda hoy de la herencia
ideológica y las teorías del fundador de la República Popular China, creada en 1949 tras vencer los
comunistas de Mao en la guerra civil a los nacionalistas de Chiang Kai-shek. El Gran Timonel murió en septiembre de 1976, y su
sucesor, Deng Xiaoping, desmontó con habilidad y pragmatismo la herencia
maoísta y embarcó a China en un proceso de apertura y reformas, que desencadenó
una de las mayores y más veloces transformaciones que ha experimentado un país
en la historia de la humanidad.
Nota del autor del blog : Teng Xiao
ping restauro el capitalismo en China
El Pequeño
Timonel implantó la economía de mercado socialista, basada en el llamado
socialismo con características chinas, que sustituyó a la economía central
planificada soviética imperante con Mao, y exhortó a sus compatriotas a
trabajar por el progreso chino con la famosa frase "Hacerse rico es
glorioso", que se convertiría en el mantra de un país deseoso de
dejar atrás la pobreza.
Mientras en las capitales prolifera
el lujo, en ciertas zonas rurales no hay agua corriente
Pero con el salto al capitalismo y la reestructuración de la economía
llegó el rápido enriquecimiento de un
sector de la población, gracias, en muchos casos, a sus relaciones con el
partido y a la corrupción, una lacra que afecta en la actualidad a todas las
capas de la sociedad, pero que ha alcanzado su máximo entre representantes de
las élites políticas y empresariales, hasta el punto que los propios
dirigentes han reconocido que supone un serio peligro para la supervivencia del
PCCh.
El mundo de
Mao —aquel de la sociedad igualitaria, la eliminación de las clases adineradas
y la supresión de la propiedad privada— es ya solo un recuerdo nostálgico entre
los mayores, muchos de los cuales ven con enojo los excesos de una parte de la
clase dirigente y añoran los tiempos en los que la gente creía en una casi
religión llamada comunismo y no solo en "hacerse rico".
Funcionarios
corruptos sacaron de China 90.000 millones a lo largo de 15 años
En mayo del
año pasado, la inclusión de Kong Dongmei, nieta de Mao Zedong, en una lista de las personas más
acaudaladas del país provocó una oleada de críticas y acusaciones de hipocresía
en las siempre activas redes sociales chinas, a pesar de que muchos de los
internautas nacieron cuando el Gran Timonel era ya un cuerpo embalsamado
expuesto en su mausoleo de Tiananmen. Kong, de algo más de 40 años, y su marido, Chen Dongsheng, ocupaban la posición 242 de la
clasificación de la revista financiera Nueva Fortuna, con una riqueza estimada
en 5.000 millones de yuanes (605 millones de euros).
Kong abrió en 2001 una librería en Pekín con publicaciones sobre Mao, después
de haber estudiado en Estados Unidos. En 2011, se casó con Chen, que controla
una compañía de seguros y una casa de subastas, entre otros negocios.
Algunos
internautas chinos acusaron a Kong de traicionar la posición de "gran
maestro de la revolución proletaria" de su abuelo. "La descendiente del
presidente Mao, quien nos condujo a la erradicación de la propiedad privada, se
casó con un capitalista", criticó Luo Chongmin, un consejero
gubernamental.
La nieta de Mao es solo una entre los
muchos casos de familiares y personas próximas a los héroes de la revolución y
empresarios que se han enriquecido hasta extremos insospechados en las tres
décadas transcurridas desde el inicio de las reformas, gracias a sus conexiones
con el poder.
Una
investigación hecha pública en junio de 2012 por la agencia de noticias
estadounidense Bloomberg reveló que, a
medida que el hoy presidente Xi Jinping ascendía
en el escalafón del Partido Comunista Chino, miembros de su familia, tanto
directa como política, expandieron sus intereses empresariales con
participaciones en compañías de los sectores
minero, inmobiliario y de telecomunicaciones. Según documentos a los que
tuvo acceso la agencia, esos intereses incluyen inversiones en firmas con unos activos de 275 millones de euros, una
participación indirecta del 18% en una
empresa de tierras raras con 1.268 millones de euros en activos, y un
holding de 14,8 millones de euros en una compañía cotizada. Ninguno de los
bienes estaba ligado a Xi, su esposa —Peng Liyuan— o su hija, ni había indicios
de que Xi hubiera actuado para favorecer las operaciones de sus familiares o
que él o sus familiares cometieran delito alguno.
Los
documentos mostraron que la familia tenía al menos siete propiedades en Hong Kong;
entre ellas, un chalé valorado en 23,1
millones de euros. La mayoría de los activos de la familia eran propiedad
de la hermana mayor de Xi Jinping, Qi Qiaoqiao; su
marido, Deng Jiagui, y la hija de Qi, Zhang Yannan. Xi ascendió a
secretario general del PCCh en noviembre de 2012 y a presidente de China en
marzo de 2013.
Otra
investigación, llevada a cabo por The New York
Times y publicada en octubre de 2012, reveló que familiares del que
fuera primer ministro entre 2003 y 2013, Wen Jiabao,
entre ellos, su madre, hijo, hija, hermano menor y cuñado, se hicieron "tremendamente
ricos" durante el tiempo de Wen en el poder.
"Un examen de los
registros empresariales y regulatorios indica que los parientes del primer
ministro, algunos de los cuales tienen facilidades para llevar a cabo negocios,
incluida su esposa, han controlado unos activos de 2.700 millones de dólares
(1.980 millones de euros)", señaló la investigación.
La
información sobre la familia Wen fue elaborada a
partir de los registros existentes en corporaciones y organismos regulatorios entre 1992 y 2012.
Las inversiones abarcan desde el sector
bancario a complejos turísticos, telecomunicaciones, el negocio de las joyas y
proyectos de infraestructuras.
Los nombres de los propietarios de los activos
fueron ocultados a menudo mediante la utilización de vehículos
offshore o estructuras empresariales complejas. La mayoría de la fortuna
se amasó desde que Wen fue nombrado viceprimer ministro en 1998. El diario no
encontró ningún grupo de compañías a nombre del propio Wen.
Zhou
Yongkang, responsable de
seguridad interior del país durante el mandato del anterior presidente, Hu
Jintao. / NELSON CHING (BLOOMBERG)
Los
resultados de la investigación, publicados tres semanas antes de que se
produjera la renovación de la cúpula del partido, con la llegada al poder de Xi
Jinping y los otros seis miembros del Comité Permanente del Politburó (el
máximo órgano de poder), desató la ira de Pekín y supuso un duro golpe para la
credibilidad de Wen Jiabao, que había cultivado con mimo durante su mandato una
imagen de hombre austero, cercano al pueblo y reformista, que luchaba contra
los abusos y la corrupción dentro del partido.
Como publica
hoy EL PAÍS, tanto familiares de Xi como de Wen han recurrido a paraísos fiscales a través de
empresas creadas por ellos mismos o su participación en otras ya
constituidas, según revelan los archivos obtenidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación
(ICIJ, en inglés). Es el caso de Deng Jiagui
—cuñado de Xi—, y el hijo y el yerno de Wen Jiabao —-Wen Yunsong y Liu Chunhang,
respectivamente.
La
nobleza roja y las
élites empresariales se han enriquecido y beneficiado de su posición
privilegiada, en medio del desencanto y el resentimiento de una parte de la
población, que, da por sentado, que han logrado el éxito gracias a sus buenas
conexiones y relaciones, término conocido en China como guanxi.
Las disparidades entre los ricos y los pobres en el país
asiático se encuentran entre las mayores del mundo, algo que desde hace años
intentan solucionar los líderes sin mucho éxito. Mientras en las calles de las
grandes ciudades como Pekín y Shanghái abundan
coches deportivos Ferrari, Lamborghini o Porsche, conducidos por los hijos de
grandes empresarios y la nomenclatura, en las zonas rurales aún hay pueblos sin
agua corriente, calles asfaltadas o servicios sanitarios.
Según la lista Hurun de los Mil Más Ricos de China de 2013,
publicada en septiembre pasado por el instituto de investigación del mismo
nombre, sito en Shanghái, el número de milmillonarios en dólares ha pasado de ninguno hace una década a 64 en 2012, y
a 315 en 2013. El más rico de esta clasificación, que elabora el
empresario británico Rupert Hoogewerf, es el
magnate inmobiliario y del ocio Wang Jianlin,
con una fortuna estimada en 16.132 millones de euros. Wang, de 59 años, y
propietario de la compañía Wanda, es dueño del
mayor número de salas de cine del mundo. La media de edad de los 10 más ricos
es de 52 años. De los integrantes de la lista, 153 son
miembros de la Asamblea Popular Nacional o de su órgano consultivo.
Algunos de los potentados lo son
gracias a la corrupción.
La lista de
empresarios y políticos investigados en los últimos años por lo que la prensa
oficial llama de forma eufemística
"violación
de la disciplina del partido y la ley" ha crecido sin cesar. Entre
otros, destacan Bo Xilai, exsecretario del partido en la municipalidad de
Chongqing y exmiembro del Politburó, y Liu Zhijun,
exministro de Ferrocarriles.
China figura
en el puesto 80 de 177 países y territorios en
la clasificación de corrupción de Transparencia Internacional de 2013. Una posición
más alta indica un sector público más limpio.
Muchos de
quienes se han enriquecido durante el auge económico chino se han llevado la
fortuna fuera del país.
Funcionarios corruptos sacaron de
China 124.000 millones de dólares (90.929 millones de
euros) procedentes de desfalcos u obtenidos ilegalmente en un periodo de
15 años, según un
informe del banco central chino publicado por Financial
Times en 2011.
Alrededor de
17.000 miembros del partido, funcionarios
judiciales y ejecutivos de empresas estatales abandonaron China entre mediados
de los años 1990 y 2008, año en el que fue
redactado el informe. El estudio fue publicado en la página web del
departamento de lucha contra el blanqueo de dinero del banco central chino en
junio de 2011, pero fue retirado rápidamente después de que empezara a causar
reacciones de protesta.
La nueva
generación de líderes, llegados al poder en el congreso quinquenal del PCCh en
2012, ha emprendido una cruzada contra la corrupción, ante la amenaza que
supone para la supervivencia del partido. Así lo ha vuelto a recordar
recientemente Xi Jinping. "Evitar que el Partido sea
corrupto en el gobierno a largo plazo del país es una misión política
fundamental. Y debemos hacerlo de forma correcta", dijo el lunes
de la semana pasada en una reunión de la Comisión
Central de Inspección de la Disciplina del PCCh.
Xi prometió
tolerancia cero con los sobornos y dijo que castigaría con dureza a los
implicados. "Cada funcionario del PCCh debe tener en mente que todas la manos
sucias serán atrapadas".
La prensa
oficial ha respaldado en tromba la campaña de Xi. El Diario del Pueblo —órgano
oficial del partido— ha publicado editoriales en los que ha advertido a los
funcionarios que "el culto al oro y las posesiones materiales" son
una vía hacia la ruina.
Pekín
comenzará este año a realizar comprobaciones aleatorias sobre los activos y
otras informaciones personales que deben proporcionar los funcionarios al
partido, y castigará a aquellos que oculten bienes, ante la presión pública
para que se incremente la transparencia. Las declaraciones no son hechas
públicas, y en el pasado la falta de supervisión ha reducido en gran parte el
sistema a una formalidad.
La decisión
de Deng Xiaoping y sus más allegados de
salvaguardar la supremacía del PCCh les llevó a poner a sus familias al frente
de la apertura y la reforma, lanzada en 1978, lo que tuvo como resultado la
concentración de riqueza y poder en manos de unos pocos. En la década de 1980, muchos fueron elegidos para dirigir los
conglomerados estatales.
El proceso
de desarrollo se puso en marcha y ha sacado a cientos de millones de chinos de
la pobreza. Pero con este vino la corrupción y el enriquecimiento desmesurado
de una parte de la población. La sociedad igualitaria dejó de serlo.
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