EEUU
envía ‘drones’ para ayudar al Gobierno de Irak contra los yihadistas
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/07/actualidad/1389120525_722794.html
El Ejército
ha cercado Faluya y ha atacado ya posiciones en Ramadi
Estados
Unidos ha prometido acelerar el suministro de misiles y dispositivos de
vigilancia
DAVID ALANDETE Jerusalén
7 ENE 2014 - 21:34 CET4
Milicianos
suníes protestan contra el gobierno iraquí en Faluya el martes 7 de enero. /
STR (AP)
En Irak la
revuelta suní tiene cada vez más la apariencia de una guerra.
El ejército
desplegó este martes tanques y artillería alrededor de la ciudad de Faluya,
para cercar a los insurgentes que desde el jueves han hecho suyas diversas
partes de la provincia de mayoría suní de Al Anbar.
El
presidente, el chiíta Nuri al Maliki, aceptó el
domingo la demora de esa contraofensiva en Faluya, para darle la oportunidad a
las tribus suníes locales de que expulsen a los insurgentes, muchos de ellos
afiliados a Al Qaeda y que han tomado edificios públicos, mezquitas y
prisiones.
En Ramadi, la otra ciudad capturada, las batidas de la
fuerza aérea y los ataques con artillería y misiles provocaron este martes al
menos una treintena de bajas insurgentes.
En esta
revuelta ha tomado especial protagonismo el Estado
Islámico de Irak y Siria, un grupo yihadista en el que militan numerosos
extranjeros, procedentes de lugares que abarcan desde Chechenia
a Yemen. Esa formación lucha abiertamente contra el régimen de Bachar el Asad y, desde la semana pasada, contra el
gobierno de Al Maliki.
Los conflictos
en ambos países tienen un gran componente sectario. En Siria una mayoría suní
combate al régimen que lidera la confesión alauí —una derivación del chiísmo— a
la que pertenece El Asad. Más de un 60% de la población iraquí es chií, como lo
es también el presidente y su principal aliado en la escena internacional, el
régimen de los ayatolás en Irán.
Desde el
lunes varios líderes tribales suníes de Al Anbar
han formado un consejo para gestionar la ciudad, con sus propios grupos
armados, en un intento de contener el empuje de Al
Qaeda, alineándose tácitamente
con el gobierno chiíta de Al Maliki,
lo que da idea de que la fuerza de los insurgentes en la región es limitada. “Se
puede decir que el proyecto de establecer un eje único desde Siria a Irak para
desestabilizar la zona comienza a fallar, aunque no cabe duda de que el Estado
Islámico tratará de seguir intentándolo”, según Aymenn Jawad al Tamimi, investigador Shillman-Ginsburg
en la organización Middle East Forum.
Cientos de
familias han abandonado las localidades asediadas de Ramadi
y Faluya, hacia el sur, a la provincia de Kerbala,
que es de mayoría chiíta.
El ejército se ha desplegado en varios de sus
accesos instalando puestos de control, en un intento de que con los refugiados
internos no entre en esa región parte de los insurgentes que han convertido en
los pasados días a Al Anbar en un campo de
batalla. Kerbala es uno de los lugares más sagrados de la vertiente
chií del islam, pues allí se halla enterrado alguien a quien veneran, Hussein,
nieto del profeta Mahoma.
Los
enfrentamientos en Al Anbar los desató la decisión de Al Maliki el 30 de
diciembre de desmantelar a la fuerza una acampada de protesta contra su
gobierno en Ramadi, que es capital provincial. La indignación que provocó entre
la población la fuerza del ejército llevó a este a replegarse, algo que
permitió la revuelta que lideraron varios grupos suníes y los yihadistas afines
a Al Qaeda que militan en el Estado Islámico. Pronto esos insurgentes tomaron
lo edificios públicos y mezquitas, y abrieron las puertas de varias prisiones.
En sus nueve
años de guerra en Irak, las tropas norteamericanas sufrieron un tercio de sus
4.486 bajas en Al Anbar, epicentro de la resistencia suní tras la caída del
régimen de Sadam Hussein. Hubo dos feroces batallas por Faluya en 2004, que según varios analistas pusieron a prueba a las
tropas estadounidenses como no lo había hecho un enemigo desde los peores años
de la guerra de Vietnam. En esa localidad llegaron a entrar 10.000 soldados
estadounidenses. Es un punto estratégico
también porque se halla apenas 40 kilómetros al oeste de Bagdad, la capital.
Finalmente
dos factores lograron inclinar la balanza del lado norteamericano: la decisión
de varias tribus suníes de alinearse con EE UU y el nuevo gobierno chiíta que
este puso en pie, y el refuerzo ordenado por el expresidente George W. Bush en
2007, de un total 20.000 soldados. Las tropas norteamericanas se replegaron por
orden de Barack Obama en diciembre de 2011.
La revuelta
suní de Al Anbar es la primera gran prueba a la que se somete el ejército
iraquí, entrenado y armado a un elevado precio por el Pentágono. La negativa
del gobierno de Al Maliki de prometer inmunidad a las tropas norteamericanas
impidió que quedara en Irak una presencia, aunque fuera testimonial, de ellas,
que ahora podría apoyar al débil gobierno en su intento de recuperar el control
de Al Anbar. Según anunció el lunes la Casa Blanca, EE UU enviará remesas de misiles Hellfire y drones
[dispositivos aéreos no tripulados] Scan Eagle y Raven
al gobierno iraquí.
Al Maliki
fue elegido en 2006. El gobierno debe renovarse en abril. En los últimos meses
Irak ha visto un repunte de la violencia como no se veía desde los años en que
EE UU mantenía una fuerte presencia militar en el país, sobre todo con
atentados con explosivos y de corte suicida. En 2013 hubo más de 8.000 muertos
en ese tipo de ataques, una cifra muy elevada para un país que nominalmente ya
no está en guerra y, de hecho, la más alta desde 2008.
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