Funcionario de Morgan Stanley investment recomienda privatizar todas las empresas estatales de países emergentes y gestionar ellos sus activos pues creo son la empresa mas grande de su tipo en el mundo.
Nota del autor del blog: pero cuando ocurrió la crisis en EEUU
las fabricas como las automotrices estaban en la quiebra como General Motors, y
casi todos los bancos grandes y el estado norteamericano los rescato a casi
todos excepto a Bearn stearn. y Lehman Brothers.
Ademas el autor de este articulo es de Morgan stanley
el cual fue rescatado en 2007 por ... por empresas estatales chinas
que le dieron 5,000 millones de dolares.En 2008 Morgan stanley
vuelve a ser rescatado por el banco de Japón Mitsubishi por
9000 millones de dolares ademas La FED lo
rescata por 107,000 millones de dolares.
Por otro lado Chile,
el país mas adelantado de Sudamérica con su empresa de
cobre Codelco esta en manos del estado y se ha beneficiado tremendamente con
el cobre desde que fue estatizado por el presidente Allende.en 1971 creo.
a parte que MSI tienen una sumatoria de multas, juicios y
fraudes.
SPANISH June
26, 2013, 5:51 p.m. ET
Para
recuperar el brío, los mercados emergentes deben retomar las privatizaciones.
http://online.wsj.com/article/SB10001424127887323419604578570012129713262.html?mod=WSJS_inicio_MiddleTop
Por RUCHIR
SHARMA
Chad Crowe
Las economías emergentes han perdido
en torno a US$2 billones (millones de millones) de valor bursátil desde el
inicio de la crisis global financiera a finales de 2007.
La culpa absoluta de este descalabro les
corresponde a sus empresas estatales,
que representan un tercio de la capitalización de mercado de estos países, que
ronda los US$9 billones.
En los
últimos cinco años, el valor de las empresas del sector privado en las
economías emergentes —incluyendo Brasil, Rusia, India y
China, al igual que México, Indonesia y Turquía— ha permanecido
generalmente estable. Al mismo tiempo, el valor de las empresas estatales (es
decir, compañías en las que el gobierno tiene una participación de al menos
30%) ha caído más de 40%.
Hoy, solo
una empresa estatal (PetroChina 601857.SH +0.41% ) figura entre las 10
compañías más valiosas del mundo, desde cinco en 2008.
Estas
pérdidas sugieren que los mercados globales nunca creyeron mucho la opinión
generalizada que imperó en los años post-crisis financiera en que las portadas
de las revistas pregonaron "El Ascenso del
Capitalismo Estatal" y los libros pronosticaban "El Fin del
Libre Mercado". La mayoría de estos pronósticos comenzaron con China, que
respondió a la crisis financiera al impulsar a los bancos estales a prestar a
industrias prioritarias a tasas bajas. Beijing también instruyó a las firmas
estatales a que prestaran e invirtieran agresivamente, y a expandir el control
estatal de las empresas.
Nota del autor del blog: pero cuando ocurrió
la crisis en EEUU las fabricas como las automotrices estaban en la quiebra como General
Motors, y casi todos los bancos grandes y el estado norteamericano los rescato
a casi todos excepto a Bearn st
Cuando China
salió relativamente ilesa de la recesión global, muchos gobiernos de mercados
emergentes, desde Rusia a Brasil, trataron de seguir el ejemplo y muchos siguen
promoviendo el capitalismo de Estado.
Podrían ser
obligados a reconsiderar. Los inversionistas han estado votando con su dinero y
saliendo de estos mercados. Pero no sólo han caído los precios de las acciones.
Las menores ganancias de las empresas estatales se traducen en menos dinero
para las arcas fiscales y menor crecimiento de productividad para la economía
en general.
A mediados
de los años 2000, una ola de liquidez estaba saliendo de EE.UU. y Europa, y los
inversionistas comenzaron a hacer apuestas que subieron los precios bursátiles
en forma indiscriminada de empresas en los mercados emergentes, tanto privadas
como estatales. Los inversionistas apostaron a que la creciente demanda de
China seguiría apuntalando los precios de los commodities industriales y colocaron su dinero en cualquier empresa
relacionada con la energía o las materias primas, sectores a menudo controlados
por el gobierno en los mercados emergentes.
Todo esto
cambió después de la crisis. Los inversionistas se volvieron a concentrar en la
rentabilidad y, una vez más, han vuelto a considerar a las empresas estatales como gigantes lentos, propensos a invertir y
construir en exceso. Según nuestros
estudios en Morgan Stanley Investment Management,
los inversionistas ahora. valoran a las
empresas estatales a la mitad del precio de las firmas privadas en la misma
industria, desde la banca a las telecomunicaciones
A nivel
mundial, los inversionistas también están trasladando su dinero desde los
commodities a la tecnología. Esto ayuda a explicar porqué Estados Unidos —un
centro de la innovación tecnológica— ahora alberga a nueve de las 10 empresas
más valiosas en el mundo. Mientras tanto, las compañías estatales de los países
emergentes están quedando rezagadas. La
innovación tecnológica nunca ha sido una fortaleza de los burócratas.
Hasta hace
algunos años, numerosos gobiernos en el mundo emergente también consideraban a
las empresas estatales como gigantes lentos, que arrastraban sus economías.
En los años
90, muchos comenzaron a privatizar sus empresas estatales, con la esperanza de
que la propiedad privada elevaría la rentabilidad y productividad nacional. A
menudo funcionó. La reforma de las empresas de propiedad del Estado ayudó a
sostener el "milagro económico" chino. El gobierno despidió a
millones de trabajadores ineficientes e incorporó a equipos más profesionales
para ayudar a gestionar algunas de sus empresas más grandes.
En década
siguiente, sin embargo, la popularidad de privatización se había disipado,
desacreditada por intentos fallidos en países como Rusia, en dónde la venta de
empresas estatales se convirtió en una liquidación de valiosos activos estatales
que terminaron en manos de los oligarcas. Por otra parte, el auge de los
mercados emergentes hizo que el crecimiento pareciera fácil, tanto para las
empresas estatales como para las privadas.
Ahora que
los capitales están saliendo de sus economías, las naciones emergentes
necesitan retomar el camino de las reformas, incluyendo las privatizaciones y
una menor injerencia del gobierno en la economía.
En los
últimos años, la rentabilidad de las empresas estatales ha estado descendiendo,
y ahora el crecimiento de los ingresos está bajando rápidamente. Llama la
atención que China parece ser uno de los primeros países en reconocer la
necesidad de un cambio.
Desde que
asumió el poder en marzo, el premier chino Li Keqiang ha estado hablando sobre
la necesidad de una revolución "autoimpuesta" para reducir el poder
del gobierno y promover "mecanismos del mercado" para el crecimiento.
Muchos comentaristas en Occidente se siguen maravillando sobre cómo China
pareció esquivar la recesión global al implementar un enorme programa de
estimulo de medio billón de dólares en 2009. En China, sin embargo, la
perspectiva que parece prevalecer en este momento es que los fondos fueron mal asignados a proyectos derrochadores como
plantas de acero y aluminio que no se necesitaban. La agencia estatal de
noticias Xinhua incluso ha publicado
editoriales sobre cómo un nuevo estímulo sería contraproducente.
Es evidente
que las autoridades chinas reconocen que las empresas estatales no lograron
hacer un uso productivo del brusco aumento del crédito bancario orquestado por
el gobierno después de 2009. En efecto, según la investigación de mi firma,
desde entonces el retorno sobre el capital de esas empresas ha caído desde 10% a menos de 6%.
Para
recuperar el brío, los gobiernos de los mercados emergentes harían bien en
reducir el rol del Estado y colocar una mayor parte de sus empresas en manos
privadas. De otra manera, estas compañías seguirán destruyendo riqueza y
socavando las perspectivas de crecimiento económico de estos países.
Sharma es jefe de mercados emergentes de
Morgan Stanley Investment Management y autor de "Breakout
Nations: In Pursuit of the Next Economic Miracles" (Norton, 2012). En español, "Países emergentes:
en busca del milagro económico" (Aguilar, 2013).
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