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lunes, 10 de junio de 2013

El negocio de los bancos rusos provoca la fuga de capitales por un monto de US$ 72,000,000,000 extraído de Ria Novosti

El negocio de los bancos rusos provoca la fuga de capitales por un monto de US$ 72,000,000,000 extraído de Ria Novosti

http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20130610/157271378.html

Anna Kalédina, RIA Novosti

 El negocio de los bancos provoca la fuga de capitales

“La situación macroeconómica, hay que reconocerlo, es muy y muy complicada”, así empezó su discurso en el Congreso Internacional Bancario, en San Petersburgo, el presidente del Banco Central (BC) de Rusia, Serguéi Ignátiev. Abandonará su cargo en junio y quizás por eso, si no exageró, pintó una realidad muy cruda.
La tasa de crecimiento del PIB, según el funcionario, se redujo a la mitad en comparación con el año pasado, se registra un descenso de la población activa, mientras que la situación en los mercados mundiales es inestable, lo cual afecta de forma inmediata el precio del petróleo, y, por consiguiente, a la “petróleo-dependiente” economía rusa.
“Me temo que he pintado una situación muy negra, en la que, al parecer, el Banco Central debería suavizar su política monetaria y crediticia”, resumió el presidente del BC antes de pasar a la parte principal de su discurso. Ignátiev se refería a que los bancos, el bloque económico del Gobierno y muchos economistas están convencidos de la misma cosa: la rigidez del BC es el principal escollo para que la situación se arregle. "Pero no lo haremos", advirtió Ignátiev alegando una alta tasa de inflación e incremento de los riesgos.
Si en abril la tasa de inflación se situó en el 7,2%, en mayo ascendió al 7,4%. En estas condiciones la reducción del precio de los préstamos, tendrá un impacto económico débil y de poca duración, en cambio la inflación aumentará. Esto hará que suban los precios de los créditos, además de forma progresiva.
El presidente del Banco Central dejó muchas cosas sin aclarar limitándose a lanzar indirectas. Sin embargo, de los datos que divulgó derivan algunas conclusiones muy curiosas.
La primera se refiere a la situación en el sector crediticio. ¿Realmente la rígida política del BC hace que el sector real "se ahogue" sin créditos? Ignátiev anunció que la cartera de créditos de los bancos rusos en el último año (desde mayo de 2012 hasta el mismo mes de 2013) aumentó en un 19%, o en un 11% si descontamos la tasa de inflación. Lo cual es un crecimiento notable, sobre todo si lo comparamos con el del PIB.
Además, el jefe del Banco Central desmintió las aseveraciones de la banca de que existe un déficit de recursos monetarios.
El crecimiento de la masa monetaria en circulación evidencia que la economía recibe importantes inyecciones de capital, y bastante frecuentes.
Según los datos del BC, para el 1 de mayo la masa monetaria ascendía a 27,8 billones de rublos (unos 933.000 millones de dólares), el 15,2% más que el año pasado. Un crecimiento impresionante, especialmente si tenemos en cuenta que a finales del año pasado este indicador no superaba el 10%.
También crece a pasos agigantados el volumen de los depósitos de personas físicas. Según el vicepresidente del BC de Rusia, Mijaíl Sújov, para finales de este año ascenderá a unos 17 billones de rublos (unos 566.000 millones de dólares).
El alto cargo pronosticó además que los bancos rusos mantendrán en 2013 los niveles de rentabilidad registrados en 2012 (un billón de rublos, unos 33.000 millones de dólares).
Así que resulta que no hay dinero suficiente para créditos pero sí para obtener enormes ganancias.
He aquí otro dato revelador: la fuga de capitales (que Serguéi Ignátiev calificó de masiva, inexplicable y constante) está vinculada a la actividad de los bancos rusos.
El presidente del BC informó de que en los últimos cinco meses los activos extranjeros netos de las entidades financieras rusas han aumentado en unos 30.000 millones de dólares, ascendiendo en total a unos 72.000 millones de dólares.
Faltan cálculos más precisos y datos estadísticos para sacar conclusiones, pero es evidente que el incremento de los activos en el extranjero se corresponde con los volúmenes de los capitales huidos del país en los cuatro primeros meses de este año (aproximadamente 26.800 millones de dólares en el primer trimestre, más unos 4.000 millones de dólares en abril).
Serguéi Ignátiev señaló que el incremento de los activos no se debe a grandes compras sino al aumento de los depósitos, en su mayoría de corto plazo.
 ¿Qué significa esto?
 Que los banqueros rusos han depositado su dinero en los bancos extranjeros y ahora esperan que suban los precios de las respectivas monedas.
Es decir, en lugar de invertir en el sector real de la economía nacional, las entidades financieras rusas prefieren guardar sus capitales en el exterior esperando ganar dinero aprovechando la diferencia entre cotizaciones.
Es mucho menos arriesgado.
Aunque sería justo señalar que este comportamiento de la banca no es únicamente resultado de su avidez y falta de perspicacia, sino que también denota la inestabilidad de la situación económica global.
En los momentos de incertidumbre más vale apostar por algo muy tradicional y conservador.
Es por este mismo motivo por lo que los ciudadanos llevan sus ahorros al banco.
Pero, por otra parte, la fuga de capitales contribuye a aumentar la inestabilidad ya que conduce al debilitamiento del rublo.
 Para las economías desarrolladas una devaluación moderada de la moneda es incluso deseable ya que aumenta la competitividad de los productos locales.
 No es así en Rusia, porque el debilitamiento de la moneda nacional lleva al encarecimiento de las importaciones y, como consecuencia, a la subida de los precios.

Nota del autor del blog ¿pero eso no favorece sus exportaciones de petróleo o de armas de rosoboronrexport ?algo así.


¿Merece la pena en este contexto suavizar la política monetaria y crediticia del Banco Central y seguir inyectando dinero en la banca? Tras la dimisión de Serguéi Ignátiev esta pregunta se la tendrá que plantear su sucesora, la exministra de Desarrollo Económico y Comercio Exterior y asesora económica del Kremlin, Elvira Nabiúlina. Ignátiev, quien aceptó ser su asesor, expresó su esperanza de que la nueva gobernadora de la entidad financiera conserve una política bastante rígida en este aspecto.

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