Los autores señalan que Moscú empleó por primera vez sistemas navales no tripulados el 28 de agosto, cuando las fuerzas rusas utilizaron drones navales en una operación que terminó con el hundimiento del buque naval ucraniano Simferopol. El documento subraya que Rusia considera el cambiante entorno global un motor para ampliar el papel de las tecnologías robóticas en sus fuerzas armadas.

Los especialistas de la OTAN sostienen que, a medida que estas plataformas maduren, podrían aumentar la presión sobre la infraestructura costera de Ucrania y limitar su capacidad de operar. El informe añade que los drones marítimos rusos también podrían dirigirse contra buques suministrados a Kyiv por el Reino Unido, Francia, Suecia y Estados Unidos, ya sea cuando estén posicionados en el mar Negro o cuando operen a lo largo de los ríos Danubio y Dnipro.