Perspectivas para 2026 del economista jefe de Apollo
Al comenzar 2026, los inversores se enfrentan a una economía estadounidense resiliente pero bajo presión, una inflación persistente y fuertes impulsos fiscales y de inteligencia artificial. Analizamos qué significa esto para los inversores de todas las clases de activos y en todo el mundo.
El año en 14 chispas
La historia de 2026 no se resume en una sola tendencia, sino en un conjunto de fuerzas entrelazadas. Algunas frenan el crecimiento: el aumento de la morosidad de los consumidores, la desigualdad en el ahorro y una economía en forma de K cada vez más amplia. Otras nos impulsan hacia adelante: la mejora de las métricas crediticias, un dólar más débil y el continuo desarrollo de la inteligencia artificial.
Torsten Slok, economista jefe de Apollo, analiza estas dinámicas y otras más utilizando el mismo enfoque basado en gráficos y priorizando los datos que define a The Daily Spark, pero ampliado para ofrecer una visión integral de las perspectivas para 2026.
Conclusiones clave
- Las perspectivas para EE. UU. en 2026 son consistentes con un entorno estanflacionario.
Impulsados por la aceleración de los factores favorables, somos optimistas sobre las perspectivas a medio plazo para la economía estadounidense. Sin embargo, a corto plazo, la desaceleración del crecimiento —impulsada por las fricciones comerciales, las restricciones migratorias y los riesgos derivados de una economía en forma de K cada vez más profunda—, combinada con una inflación estancada cerca del 3%, sitúa a EE. UU. en un entorno de estanflación. Por lo tanto, cabe esperar que las tasas de interés se mantengan altas durante más tiempo, con implicaciones directas para todas las estrategias de inversión sensibles a las tasas. - El riesgo de recesión sigue siendo elevado y la vulnerabilidad de las ganancias está aumentando.
Los precios actuales implican una probabilidad de recesión del 30 % para EE. UU. en 2026. En una desaceleración, las acciones no relacionadas con la IA (el S&P 493) enfrentan un riesgo significativo de ganancias. La combinación de un crecimiento débil y una inflación persistente aumenta la probabilidad de nuevas turbulencias en el mercado, lo que obliga a los inversores a ser cautelosos al posicionar sus carteras en 2026. - La IA sigue siendo un motor central de las perspectivas macroeconómicas.
El desarrollo de la IA se ha convertido en el pilar fundamental del crecimiento de EE. UU., impulsando las inversiones de capital, las valoraciones de las acciones y la riqueza del consumidor. Si bien prevemos que el ciclo de la IA continuará en 2026, cualquier renovación tendría consecuencias negativas significativas para la inversión en centros de datos, los 7 Magníficos y la confianza del consumidor en general. Por lo tanto, estamos monitoreando de cerca todos los aspectos de la IA. - Está surgiendo una divergencia inusual y significativa entre EE. UU. y Europa.
El consenso prevé que la inflación estadounidense se mantendrá elevada debido a los aranceles vigentes. Europa no enfrenta ninguna de estas fricciones comerciales y, por lo tanto, es probable que la inflación y las tasas de interés caigan en 2026. Esta divergencia es inusual y cada vez más relevante para la asignación global de activos.


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