Elecciones en Colombia: "No está en juego la estabilidad económica del país"
- Cecilia Barría
- BBC News Mundo
Los colombianos votaron por un cambio inédito de su sistema político.
Cerca del 70% de los electores mostró su descontento con los partidos que han gobernado el país por décadas y le dieron el triunfo al izquierdista Gustavo Petro (con el 40,3% de los votos) y al representante de la derecha no tradicional, Rodolfo Hernández (28,1%).
Ellos se disputarán la presidencia de Colombia el 19 de junio.
La elección se dio en medio de una profunda polarización por el descontento social derivado de la inequidad y la pobreza, además de demandas para reducir la inseguridad en las ciudades, la corrupción y la violencia en las zonas rurales donde operan grupos armados ilegales dedicados al narcotráfico
En BBC Mundo conversamos con Adolfo Meisel, economista, rector de la Universidad del Norte, excodirector de la Junta Directiva del Banco de la República y exinvestigador del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER).
Final de Recomendamos
¿De qué manera se pone en juego la estabilidad económica que ha tenido Colombia con el giro político que muestra el resultado de la primera vuelta electoral?
No, gane quien gane no está en juego la estabilidad económica del país. Yo creo que todavía puede haber tranquilidad. Estamos en un proceso electoral normal, no veo elementos de riesgos mayores si uno los pondera probabilísticamente.
Pero han surgido muchas voces que alertan sobre el futuro económico de Colombia con los resultados de la primera vuelta electoral, argumentando que sí está en juego el modelo económico del país…
Yo no coincido con eso, pienso que eso no es cierto.
Gane quien gane, ninguno contará con mayorías en el congreso. Desde esa perspectiva, ambos tendrían que negociar con los partidos tradicionales, esos mismos a los que atacaron durante sus campañas…
Gane quien gane, vienen cuatro años que no serán fáciles, pero es parte de la democracia, es parte del sistema de peso y contrapeso.
En los últimos dos años la economía colombiana ha sido golpeada por la pandemia y luego por la inflación. ¿En qué situación se encuentra actualmente la economía del país?
Lo que nos ha pasado a nosotros no es diferente de lo que ha pasado en otras partes del mundo. La mayoría de esos efectos son de origen externo.
Ante eso hay una parte positiva para la economía colombiana, junto a otras economías emergentes, que es que somos exportadores de petróleo y el aumento del precio nos favorece.
Las remesas de los colombianos han aumentado y la economía en general ha ido repuntando.
En cuanto a la inflación, tenemos independencia del Banco Central y se ve que están haciendo lo que se necesita para controlar la inflación.
Y en el frente interno, por ejemplo, en cuanto a la estabilidad macroeconómica, ¿qué temas son prioritarios de resolver?
En cuanto a la estabilidad macroeconómica, el tema que hay que atender con relativa urgencia, sea cuál sea el próximo gobierno, es el tema del déficit fiscal a través de una reforma tributaria. Y hay margen para la reforma tributaria.
¿Qué tipo de reforma tributaria?
Hay, por ejemplo, muchas exenciones tributarias que se deben eliminar porque son exenciones que favorecen sobre todo a las personas de más altos ingresos. Eso es una medida obvia que hay que hacer.
Y hay que aumentar la eficiencia del gasto público a través de la focalización y enfrentar los problemas de corrupción.
Y sobre las propuestas económicas que están sobre la mesa por parte de los dos candidatos, ¿cuál le parece más controvertida?
Lo que pasa es que algunas de esas propuestas económicas habría que aterrizarlas para ver cómo se van a llevar a la práctica. Una cosa son las propuestas que se hacen en campaña y otra cosa es lo que se hace efectivamente en el gobierno.
¿Ha tenido usted contacto con el sector empresarial? ¿Cuáles son las preocupaciones de los empresarios respecto al futuro económico del país? ¿Qué pasa con una potencial salida de capitales?
Esos temas siempre se plantean, pero si uno mira los movimientos del dólar, no se ve nada para pensar que eso está sucediendo de manera masiva. En el frente cambiario hay relativa estabilidad en este momento.
Estamos en un proceso en donde, como siempre, hay incertidumbre. Obviamente después de una crisis como la de la pandemia éstas iban a ser unas elecciones difíciles, pero no creo yo que sea de los niveles de otros países de América Latina.
Creo que la estabilidad que ha caracterizado a Colombia en el frente macroeconómico se va a mantener.
Desde una visión más histórica, ¿le parece a usted que esa estabilidad de las últimas décadas ha sido una ventaja para el país o más bien un lastre en el sentido de los costos sociales que ha dejado en el camino -como la pobreza- y el hecho de que Colombia sea el país más desigual de la región?
Yo creo que la estabilidad ha sido una ventaja para el país. En los países que han tenido gran inestabilidad, los que más sufren son las personas de más bajos ingresos. Por supuesto los ajustes en términos de empleo, de quién paga el costo de esos ajustes, son los sectores más vulnerables.
No le veo a la estabilidad colombiana un efecto negativo.
Y hablando precisamente del costo que deben pagar las familias de menores ingresos y desde una perspectiva más bien histórica, no coyuntural, ¿cuál cree usted que es el problema de fondo de la economía colombiana?
Hay un tema que es de fondo que es la mala distribución del ingreso. Esto no es una cosa reciente. Es un problema de muy larga data, con profundas raíces históricas, pero el país ha mejorado mucho en sus niveles de vida en las últimas décadas.
Estamos muchísimo mejor ahora que hace 50 años. Pero, dicho eso, cuando la gente está mejor, es cuando la gente aspira a cambios.
Cuando la gente vive a nivel de subsistencia y con poca educación, acepta las desigualdades casi como un destino. Pero cuando la gente tiene mayor educación, mayor salud, mejor información, aspira a más.
Eso se ha visto reflejado en las protestas de 2019 y 2021, ¿no?
Sí, y es que en la medida que la gente mejora, aspira a más. Obviamente hay un sector que cae dentro de las grietas y eso significa un cambio muy grande, eso no lo habíamos visto en Colombia nunca, en el sentido de la caída del ingreso per cápita que tuvimos durante los encierros por la pandemia.
Eso llevó a una caída del PIB que no se vio en Colombia ni siquiera en la Gran Depresión. Esto sí fue nuevo, sí fue un golpe duro.
Colombia ha sido considerado como el país más conservador de la región. ¿cómo se explica ahora que cerca de un 70% de la población emitiera un voto antisistema, es decir, que votara contra el status quo?
Probablemente tiene que ver con el aumento del tamaño del Estado en la última década. La corrupción se ha elevado a niveles que generan un rechazo de la población. Buena parte de la opinión pública está en contra de la corrupción y yo creo que ambos candidatos acertaron al tema del cambio.
¿Cómo pueden las propuestas de los dos candidatos influir en el futuro económico del país?
Más que las propuestas formales que hacen en campaña, hay que ver cómo las desarrollan, porque hay cosas que aún están por definirse. De Hernández, por ejemplo, no conocemos quiénes formarán su equipo económico. En el caso de Petro es más conocido su equipo económico y la gente que lo rodea.
Yo diría que entre los candidatos, el equipo de Hernández es el más desconocido. Me imagino que en los próximos días anunciará quiénes lo acompañarían si gana las elecciones.
Con todo el nivel de incertidumbre que existe actualmente, ¿cómo ve el futuro de Colombia?
Estoy optimista, yo creo que hay que mirar el lado positivo. En el pasado, cuando estábamos en medio del conflicto más violento, las opciones de cambio estaban cerradas electoralmente por el tema de la guerrilla.
La derecha tenía un margen político mayor, el establecimiento tenía un margen político mayor.
En la medida que ese conflicto lo hemos ido superando, eso le da un margen mayor a quienes quieran entrar al establecimiento. Esto es una apertura democrática finalmente.
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