PARÍS—El Grupo de las Siete principales economías quiere imponer un precio tope a las exportaciones de petróleo ruso. El desafío es imponerlo a los compradores de todo el mundo.
Los líderes del G-7 dijeron el martes después de su cumbre en Alemania que estaban explorando la prohibición de la prestación de servicios marítimos a los petroleros que transportan petróleo ruso, a menos que el petróleo se vendiera por debajo de un precio determinado. Los partidarios dicen que la propuesta lograría dos objetivos: reducir las ventas de petróleo ruso que están engordando las arcas de divisas de Moscú y reducir los precios mundiales del petróleo que han aumentado desde la guerra en Ucrania.
Rusia, uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, ha visto aumentar sus ingresos petroleros a pesar de los movimientos de Occidente para dejar de comprar crudo ruso. En cambio, Moscú ha dirigido sus envíos a China, India, Turquía y otras naciones en desarrollo que han comprado enormes cantidades de petróleo ruso desde que comenzó la guerra en febrero con un descuento de más del 20% en comparación con los precios del petróleo occidental. El petróleo ruso también sigue fluyendo hacia Europa, que ha decidido prohibir la mayoría de las compras de petróleo ruso, pero solo a partir de finales de año.
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