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jueves, 24 de mayo de 2012

Un problema chino para el euro por Nicholas Hastings del WSJ

Un problema chino para el euro
Por NICHOLAS HASTINGS

LONDRES (Dow Jones)— China está sumando problemas al ya atribulado euro. La segunda mayor economía del mundo, una vez más, ha dejado de crecer tan rápidamente como se esperaba.

Esto significa que el crecimiento mundial en su conjunto también será decepcionante y la eurozona tendrá muchas más dificultades para salir de la recesión.

European Pressphoto Agency
Para todos los deudores periféricos de la eurozona que ya tienen problemas para cumplir con el pago de sus obligaciones, este menor crecimiento solo les dificultará la vida y aumentará mucho más los riesgos de una cesación de pagos.
Es posible que Beijing aún deba salir al rescate con alguna forma de flexibilización cuantitativa para ayudar a evitar una mayor desaceleración de la economía. Debido a que datos recientes mostraron que la inflación está cayendo nuevamente a 3,4%, desde un máximo de 6,5% en julio del año pasado, ciertamente el Banco Popular de China tiene margen para relajar la política monetaria.

No obstante, es poco probable que una política más relajada, que probablemente se produzca en la forma de otra reducción en los requisitos de reservas para los bancos, tenga un impacto inmediato en la economía en esta etapa.

El Banco Popular de China ya ha reducido los requisitos de reservas para los bancos en dos oportunidades desde diciembre del año pasado. Pero la economía china continúa desacelerándose más rápidamente de lo esperado.

Una serie de cifras recientes, incluida una abrupta e inesperada desaceleración de las importaciones chinas, una desaceleración de la producción industrial, una caída en el crecimiento de las inversiones en activos fijos, así como un menor crecimiento de las ventas minoristas, sugieren que la economía china podría aún tener un aterrizaje forzoso.

El impacto que esto tendrá sobre el crecimiento mundial ya se siente en Australia, el socio comercial más cercano de China, y ha alentado una serie de proyecciones pesimistas para la economía mundial.

Para los deudores periféricos de la eurozona, ya involucrados en programas de reducción de déficits que posiblemente contraigan sus economías en el futuro, las noticias van de mal en peor.

Con una caída de la demanda interna, las recuperaciones económicas de esos países, así como su capacidad para continuar pagando las deudas, dependerán principalmente del crecimiento de las exportaciones.

Pero si China y la mayoría de las otras grandes economías mundiales, incluso Estados Unidos, no pueden cumplir con sus expectativas de crecimiento, es muy posible que a los periféricos de la eurozona les resulte decepcionante el aumento de sus exportaciones y que la batalla para seguir cumpliendo con sus obligaciones de deuda sea imposible de ganar.

Este agravamiento del panorama para el crecimiento mundial no ha sido incluido en los varios programas de rescate que ya se han negociado, mucho menos en los que aún están siendo negociados.

Esto significa que la crisis de deuda de la zona euro probablemente sea un lastre por un tiempo más prolongado, que los costos finales de los rescates sean incluso más altos y que la amenaza para la supervivencia de la moneda única sea aún mayor.

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