La posible
"tormenta perfecta" de Europa
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/05/120505_europa_grecia_francia_elecciones_crisis.shtml
Paul Mason
BBC, editor de Economía
Sábado,
5 de mayo de 2012
La duda es si las
elecciones griegas traerán el caos político.
La noche
de este domingo podría evocar una "tormenta perfecta" en Europa:
inestabilidad política total en Grecia, un nuevo presidente en Francia elegido
en una ola de oposición al plan "Merkozy" (el
autor ha combinado las palabras Merkel y Sarkozy) de austeridad, el
desplome del crecimiento en todo el continente y el auge de partidos no
centristas.
En diciembre, después de que la
desastrosa cumbre de Cannes desatara una segunda crisis del euro, los países de
la Unión Europea (UE) finalmente se comprometieron a conformar una unión
fiscal.
El precio que exigieron Alemania
y sus aliados del norte de Europa fue establecer un nuevo tratado fiscal,
firmado por 25 de los 27 miembros de la UE.
El pacto requiere
presupuestos equilibrados a perpetuidad y obliga a algunos países a poner el
freno para cumplir metas en 2014. En resumen: austeridad obligatoria para un
continente ya en camino a la recesión.
Solución "salina"
¿Europa al rescate de
España?
A la vez
se endulzó la píldora. El Banco Central Europeo (BCE),
que siempre se había resistido a la flexibilización cuantitativa, y a
participar en el plan de rescate en todo el continente, de repente se abrió a un auxilio masivo al bombear tres préstamos a un año en la
banca con tasas de interés de 1% y un vencimiento de tres años.
Esto ha
sido como la conexión repentina de una solución salina por goteo a un paciente
en mal estado: se
eliminó la amenaza inmediata de contagio de Grecia y se propició un
"rescate controlado" de aquellos que prestaron a Grecia, pero no de
los propios griegos.
Ese hecho, combinado con
gobiernos no elegidos en Grecia e Italia, y la elección de un ejecutivo de
derecha proausteridad en España, pareció calmar las cosas.
¿Por qué el bloque comunitario ha
entrado en erupción una vez más?
Resultados limitados
En
primer lugar: la
vuelta a la austeridad en todo el continente parece haber ahogado lo que
quedaba de la recuperación de la UE.
La zona euro entró en recesión el
año pasado, está en recesión ahora y parece que va a permanecer en recesión
durante al menos otros tres meses.
Alemania y sus aliados del norte
de Europa exigieron establecer un nuevo tratado fiscal.
Aunque
los bancos parecen más seguros, esto sucede a costa de la reducción de los
préstamos bancarios, lo que está afectando a las empresas y la confianza del
consumidor.
En
segundo lugar: la
inyección de dinero en los bancos ha tenido resultados limitados.
Esas
instituciones depositaron la mayor parte de vuelta en el BCE a tasas de interés
de 0,25. Evidencias indirectas indican que los préstamos interbancario han
caído y el crédito bancario a la economía real se encuentra en territorio
negativo.
En
tercer lugar: el
tiempo se ha acabado para el gobierno tecnocrático impuesto al menos en Grecia.
¿Caos?
Se estima como poco probable que
los partidos tradicionales superen en Grecia el umbral de votos para llevar
estabilidad y es probable que el extremismo gane escaños en el parlamento.
Si la
elección griega trae caos político, entonces podríamos ver nuevas elecciones, o
algún gobierno de izquierda que no se haya cometido sólo con oponerse a la
austeridad, sino técnicamente con la socialización de la economía.
El bloque comunitario,
otra vez en erupción.
Esto
pondría en entredicho no sólo lo membresía del euro, sino la capacidad de
cumplir el Tratado de Copenhague y el Tratado de Lisboa.
Pase
lo que pase políticamente, parece claro que el "acuerdo" griego para
reducir la deuda del PIB al 120% en 2020, a través de recortes de gastos
masivos y alzas de impuestos, es letra muerta.
Y el camino para un segundo
incumplimiento queda despejado, lo que señalaría la puerta de salida de la zona
del euro, o al menos alguna forma de desligamiento.(ver otra entrada de
Swissinfo en mi blog 2 euros o ninguno )
Sin embargo, aunque dolorosa, la
tragedia griega es sólo un presagio de los problemas por venir en el resto del
asolado continente.
La salida
En
España el desempleo en marzo subió tres décimas y alcanzó el 24,1 %, la tasa
más alta de los 27 estados de la Unión Europea.
Sus
bancos se tambalean al borde de otro plan de rescate, con una reducción masiva
de los préstamos a la economía real, y el país puede verse obligado a buscar el
dinero del rescate del fondo provisional europeo.
En cuanto
a Francia, los mercados financieros piensan que Francois Hollande gane pero no
siga adelante con sus amenazas de renegociar el pacto fiscal.
A la vez
se espera que en Grecia, los principales partidos logren una nueva gran
coalición que evite el caos. (Pero no ocurrió y solo obtuvieron 35% la suma de los 2)
EL BCE
"de repente se abrió a un rescate masivo".
Sin
embargo, el rechazo de los votantes europeos a los partidos de centro está
cambiando las cosas.
La clase política que ha apostado
desde hace décadas por el centrismo proglobalizador ahora ve muy claramente que
algunos países no están lejos del terremoto político.
El ascenso de la derecha
nacionalista en Holanda, Dinamarca, Finlandia o Italia siempre le había
parecido controlable.
Pero si
las coaliciones de centro no pueden ofrecer lo que prometen, o terminan
haciendo exigencias inaceptables para la derecha nacionalista, los tecnócratas
verán su fragilidad.
El camino
de salida, por supuesto, es lograr el crecimiento. Esto es lo que se ha
prometido en el pacto fiscal original, y lo que Hollande, y por ejemplo, los
socialistas portugueses (y en silencio el FMI) quieren decir cuando llaman a
"aumentar el crecimiento" en adición al plan de austeridad.
Pero eso
no sucederá a menos que algo estimule la demanda: o bien una rápida
recuperación en el resto del mundo (Estados Unidos está claramente en
recuperación ¿?),
una veloz resolución de la crisis bancaria, un cambio de sentido en la política
fiscal impulsada por la creciente demanda de los votantes no-centristas, o un
giro brusco a las políticas de libre mercado propugnadas por la desregulación
del cabildeo bancario, con el fin de la "Europa social".
De todo
esto, sólo la recuperación externa está fuera del control de la élite política
europea, y (posiblemente no por casualidad) es lo único que probablemente
ocurra.
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