(Reuters)
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Desde que Mauricio Macri anunció el inicio de las negociaciones con el FMI, las acciones y los bonos argentinos no dejaron de caer. El riesgo país volvió a superar el nivel de 500 puntos (había arrancado el año en 350), reflejando la desconfianza que persiste aún tras la fuerte decisión adoptada por el Gobierno. Y el dólar no sólo continuó subiendo, sino que el techo de $ 25 fijado por el Banco Central volvió a ser testeado fuertemente esta semana.
No existe la posibilidad de realizar el experimento contrafáctico. ¿Qué hubiera pasado si no se acudía al FMI? Lo más probable es que la evolución de los indicadores financieros hubiera sido todavía mucho peor. Sobre todo teniendo en cuenta que el contexto internacional no mejoró en absoluto para los mercados emergentes y que incluso Brasil atravesó semanas muy duras a partir de la huelga de camioneros y el derrumbe de las acciones de Petrobras, cerca de 40% en dos semanas. Y el real siguió depreciándose, agregando presión al peso.
 El monto de la ayuda financiera que está dispuesto a desembolsar el FMI es ahora un aspecto crucial. Para engrosar la cifra sumarán al BID, Banco Mundial y CAF
Los mercados muestran inquietud por las condiciones que tendrá el acuerdo con el Fondo. Pero no se trata de la meta fiscal, que a esta altura es más o menos conocida por todos.
El tema que ahora realmente importa para los inversores es el monto que tendrá el "stand by de acceso amplio" que otorgará el organismo. La cifra más probable hoy roza los USD 25.000 millones. Pero de alguna manera el Gobierno se las ingeniaría para mostrar un paquete total que supere  USD 30.000 millones, como trascendió ni bien arrancaron las conversaciones.
Argentina podría acceder a un préstamo que represente como máximo el 475% de la cuota que posee con el organismo, que es de USD 4.500 millones. Esto arrojaría un total levemente inferior a los USD 22.000 millones.
 Existen varios ejemplos de países que recibieron mucho más que el máximo que les permite la cuota en el Fondo. Pero es improbable que suceda lo propio en el caso argentino
Si embargo, hay varios ejemplos de excepciones en los últimos años, en las que el Fondo otorgó un monto mucho mayor al máximo que hubiera correspondido según la cuota aportada por cada país. La consultora Econviews, dirigida por Miguel Kiguel, detalló los casos en los que se dio esta situación, siempre a través de líneas "stand by":
. En 2010 Grecia recibió un préstamo excepcional equivalente a 32 veces su cuota.
. Ucrania en 2014 obtuvo USD 17.000 millones, 8 veces la cuota.
. Por último, Hungría accedió a USD 15.700 millones en 2008, 10 veces la cuota. Si la Argentina pudiera acceder a un monto equivalente, estaría en condiciones de recibir USD 45.000 millones.
En diálogos con el ministro de Finanzas, Luis Caputo, varios banqueros de inversión de primera línea expresaron sus dudas por el monto que finalmente recibirá la Argentina. Y los mensajes son coincidentes: "Para que el mercado se calme hacen falta no menos de USD 40.000 millones".
Claro que también se está terminando de cerrar un paquete con organismos como el Banco Mundial, BID y Corporación Andina de Fomento que se sumarían a la ayuda del Fondo. El objetivo del Gobierno será acercarse todo lo posible a ese número.
Se impone aquella frase que hizo famosa la película "Jerry McGuire", interpretada por Tom Cruise en 1996: "Show me the Money", le gritaba por teléfono el jugador de fútbol americano interpretado por Cuba Gooding al propio Cruis, quien quería ser su representante. Ahora, los inversores también quieren ver la plata del Fondo antes de volver a comprar bonos argentinos.
Estos USD 40.000 millones que precisaría la economía argentina expresan la inquietud por los grandes desequilibrios que arrastra la economía, especialmente un déficit de cuenta corriente superior a 5% del PBI. Esto implica la necesidad de acceder a no menos de USD 30.000 millones anuales para tapar la demanda de turismo, rojo comercial, intereses de la deuda, además del atesoramiento de divisas del sector privado.
 El Fondo no quiere los dólares que preste se usen para turismo o atesoramiento del público. El escenario de otro salto del tipo de cambio no debe descartarse
Claro que el planteo del FMI es que los dólares que preste no deben ser usados para financiar la fuga de capitales, como pasó por ejemplo en la crisis de 2000-2001, previa a la explosión de la Convertibilidad. Por eso, no sólo impondría fuertes limitaciones para el uso de esos dólares, sino que también habría topes concretos para el uso de reservas por parte del Banco Central.
Estas futuras restricciones para el uso de reservas son las que finalmente estarían detrás de la fuerte demanda que se mantiene en el mercado cambiario. Si el Central estará maniatado para vender reservas, entonces el precio de $ 25 sería todavía barato para el dólar.
En la última semana, el Tesoro se vio obligado a vender una cifra superior a los USD 1.500 millones para evitar que el dólar mayorista supere los $ 25 y evitar así que el Central vuelva a perder reservas. Al mismo tiempo, el BCRA fue muy agresivo en la venta de contratos a futuro para aliviar la presión sobre el tipo de cambio. Las reservas, que habían llegado a rozar los USD 64.000 millones en el inicio del año, ahora quedaron a punto de perforar los USD 50.000 millones.
La espera para conocer cuáles son las condicionalidades del FMI y el monto del paquete que recibirá la Argentina está a punto de terminar.Los tiempos se aceleraron y en Casa Rosada aseguran que "antes de que empiece el Mundial" estaría la carta de intención firmada.
El viaje del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Finanzas, Luis "Toto" Caputo, a Londres y Nueva York entre lunes y miércoles sería una suerte de "road show" con inversores previo al anuncio del acuerdo con el Fondo. Y luego será el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien viajará a Washington para cerrar formalmente el acuerdo.
De esta forma, todo el proceso quedaría concluido en poco más de un mes. Son incluso menos de las seis semanas que se habían mencionado al principio.
Serán jornadas decisivas. Pero la respuesta del mercado financiero marcará también hasta qué punto el acercamiento al Fondo tiene el efecto deseado. El objetivo es recuperar el acceso a los mercados crediticios, tranquilidad las aguas cambiarías y empezar e cimentar el terreno para un repunte de la economía hacia fin de año, junto a una reducción de las tasas de interés. Se trata quizás de la última carta para salvar a la economía de una recesión muy fuerte y prolongada, que tendrían un duro impacto en los niveles de pobreza y desocupación.