La visión de Kissinger sobre los desafíos
actuales
http://online.wsj.com/article/SB10001424127887324851704578131842193414754.html?mod=WSJS_inicio_MiddleSecond
Pocos nombres son tan conocidos en los círculos
diplomáticos como el de Henry Kissinger,
ex secretario de Estado de Estados Unidos. Durante medio siglo, estuvo
involucrado en algunos de los problemas más importantes de nuestros tiempos, ya
sea en el gobierno o en su más reciente ocupación de consultor.
Gerald Seib, de The
Wall Street Journal, conversó con Kissinger acerca de los desafíos que
EE.UU. encara hoy como la principal superpotencia, entre ellos el ascenso de
China y la posible amenaza de un Irán con capacidad nuclear.
El nuevo líder de China
Seib: ¿Qué traerá la transición del poder en
China?
Kissinger: Estabilidad e
inestabilidad. Tenemos la tendencia de ver las transiciones en China como las
transiciones en EE.UU. Alguien entra y entonces tiene el derecho de dar
órdenes, y de tener la seguridad de que al menos se hará un esfuerzo por
ejecutarlas.
No es así como funcionan en la actualidad las
transiciones en China. El poder de Xi Jinping es mucho menor que el del presidente de
EE.UU. Tiene que gobernar por medio del consenso del Comité Permanente. Él
es el presidente de la junta. Es la persona más poderosa. Pero tiene que formar
coaliciones dentro de ese sistema.
Si hay un consenso en China sobre algo, es que debe haber
más transparencia, menos corrupción, un sistema más legal. Pero no está claro
qué forma tomará. Yo personalmente
supondría que la transición en 10 años no será conducida por los mismos métodos
que la actual.
Seib: Ha conocido a Xi. ¿Le parece un líder que
podría ser un reformador de la corrupción?
Kissinger: Me parece que es un líder que comprende el
problema. He tenido cinco o seis conversaciones con él. Creo que es lo
suficientemente fuerte como para intentarlo.
El primer ministro Li Keqiang
es otro hombre de considerable inteligencia. No sé si lo pueden hacer. La
estabilidad de China dependerá de esto. Eso espero.
Seib: ¿Qué debemos observar para verificar que la
corrupción está siendo abordada, que Xi está a cargo del ejército por completo?
Kissinger: Es más probable que esté
más a cargo del ejercito debido al pasado de su familia. Su padre era muy
cercano a las fuerzas armadas. Está familiarizado con el ejército.
La doctrina estratégica que el ejército desarrolle
públicamente es más agresiva que la doctrina política que uno escucha. Creo que
él tiene mejores probabilidades de poner a ambas en armonía.
El desafío de Irán
Seib:
¿Qué cree que pasará en Irán? ¿Qué probabilidades hay de un conflicto en 2013?
Kissinger: Los presidentes
estadounidenses a lo largo de 10 años han afirmado que el programa nuclear
militar iraní debe ser detenido. Pero existen términos que muestran distintas
tonalidades de significado. Algunos dicen que no deben tener la capacidad de
armas nucleares. Algunos dicen que la capacidad nuclear debe ser detenida.
En los debates entre los dos candidatos, estos términos
fueron utilizados de manera intercambiable.
Trazar un límite a las armas —el desarrollo de la cabeza
nuclear— no es un límite significativo,
ya que el salto del enriquecimiento al arma es muy corto.
Aparentemente, las negociaciones están en curso. Las
negociaciones parecen estar dirigiéndose hacia el establecimiento de un límite
más allá del cual no habría enriquecimiento.
Por tanto, los dos debates iniciales son: ¿deberíamos
negociar con Irán? y ¿cómo afrontamos el problema del enriquecimiento?
Alguna negociación tiene que ser intentada,
independientemente del camino que tomemos. Si estamos preparados para ir a la
guerra, o un bloqueo, tenemos que pasar por este proceso. Pero tenemos un
tiempo limitado. Tiene que llevarse a cabo dentro de 2013, o el progreso
tecnológico de Irán superará los eventos.
El papel de Estados Unidos
Seib:
¿Cuál es el papel de liderazgo adecuado para EE.UU.?
Kissinger: He estado involucrado en
cuatro guerras que hemos empezado con gran entusiasmo, y que se convirtieron en
un debate sobre la rapidez de la retirada, sin ningún otro resultado.
Debemos
desarrollar una política con la que, si nos metemos, ganemos.
Esto significa un cambio a nuestra estrategia militar, que hasta ahora ha
estado basada en parar físicamente la agresión abrumándola. Nos metía en una situación en la que el
enemigo podía controlar el ritmo de las operaciones, y la duración de la
guerra.
Tenemos que desarrollar una estrategia periférica. Cuando
los británicos lucharon contra Napoleón, no entraron a Europa continental. La
estrategia en España agotó a Francia sin poner a Gran Bretaña en una posición
en la que estuviera arriesgando su unidad o sus capacidades. Creo que
necesitamos un concepto estratégico de esa naturaleza.
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