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jueves, 22 de noviembre de 2012

Increíble: primer ministro Benjamín Netanyahu e Israel financiaron directa e indirectamente a Hamas lo potenciaron, lo asesoraron, lo armaron, etc.para que combata a la OLP

Increíble: primer ministro Benjamín Netanyahu e Israel financiaron directa e indirectamente a Hamas lo potenciaron, lo asesoraron, lo armaron, etc, para que combata a la OLP.


Buenas miraba la wiki pedía el artículo sobre Hamas y a pesar de leerlo pase por alto esta parte, luego como estuve sin internet revise la enciclopedia Encarta del 2006 y esta narra que el joven Benjamín Netanyahu y su hermano eran militares que les encomendaron rescatar a un avión lleno de israelíes en Entebe (hay un película al respecto) en 1976 creó en Uganda y el presidente de Facto era Idi Amin, el avión había sido secuestrado por la OLP (organización para la liberación de Palestina ,manejada por el revisionismo soviético ) bueno la cosa es que muere el hermano del sr Benjamín  en el rescate y el sr Benjamín recomendó apoyar a los enemigos de la OLP ósea a Hamas y a la Yihad islámica y es así como a partir de 1978 ,  2 años después había una ayuda masiva de los israelíes a los fundamentalistas , por un lado el sr Netanyahu deseaba vengar la muerte de su hermano por la OLP y por otro lado la Mossad deseaba derribar al más poderoso ósea a la OLP y colaboro con Hamas y la Yihad.
Igualito como EEUU creo a los Zetas en México y como también creo al líder de Al Qaeda Osama Bin Laden cuando combatia a las tropas soviéticas en Afganistán.
Hamas, una "criatura" israeli
http://www.abc.es/20090104/internacional-oriente-medio/hamas-criatura-israeli-20090104.html
Israel financió, directa e indirectamente, entre la década de los 60 y mediados de los 80 a la organización con la intención de convertirla en un contrapeso político de la OLP de Yaser Arafat
Hamás, una «criatura» israelí

REUTERS El jeque Ahmed Yassin con sus seguidores en Gaza, semanas antes de su muerte en 2004 en un «ataque selectivo» israelí
L. L. CARO | JERUSALÉN
Domingo, 04-01-09
«Hamás es una criatura de Israel, y en tiempos del primer ministro (Isaac) Shamir le dio dinero y más de 700 instituciones entre colegios, universidades, mezquitas... Incluso, Isaac Rabin terminó admitiéndolo cuando le acusé de ello, en presencia del presidente egipcio Hosni Mubarak».
Yasser Arafat, el histórico líder palestino, no es recordado como un modelo de credibilidad ni de juego limpio político. Pero estas palabras suyas, pronunciadas en una entrevista publicada por el italiano «Corriere della Sera» en 2001 y nunca desmentidas, siguen considerándose testimonio de que el Movimiento de Resistencia islámica es prácticamente un hijo de Israel.
A la sombra del enfrentamiento mortal que ambos han mantenido durante décadas, y que ha desembocado en la feroz lucha de estos días, no han faltado voces que consignan que Hamás está siendo a Tel Aviv lo que Irak ha supuesto para Washington. Y es que Israel financió, directa e indirectamente, entre la década de los 60 y hasta mediados de los 80 a la organización que hoy combate en Gaza, precisamente con la intención de convertirla en un contrapeso político al nacionalismo de la OLP de Arafat.
El doble de mezquitas
Altos funcionarios americanos, particularmente de la CIA, han confirmado estos hechos que Israel prefiere olvidar, pero que sustancian investigaciones del Centro de Estudios Estratégicos de Haifa o de EE.UU., junto a reputados analistas políticos e investigadores del avispero de Oriente Próximo. «La ayuda de Israel a Hamás fue un intento claro de dividir y diluir el apoyo a una OLP fuerte y laica oponiéndole una alternativa religiosa», sostiene el periodista Richard Sale, basándose en documentos del Instituto Internacional de Políticas Antiterroristas del Estado judío, y coincidiendo en sus conclusiones con expertos como Anthony Cordesman.
Los orígenes remotos de Hamás se remontan al momento posterior a la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando células de la Hermandad Musulmana de Egipto desplegaron sus eficaces actividades de educación y apostolado en los países árabes vencidos por Israel.
Los orígenes remotos de Hamás se remontan al momento posterior a la Guerra de los Seis Días de 1967
En 1978, el jeque Ahmed Yassin registraría la rama palestina de este exitoso fenómeno, -el todavía vigente Al Mujamma al Islami, germen de Hamás-, y un año después recibiría el permiso oficial de Israel. Su Gobierno vio en este centro un movimiento moderado con tanta capacidad de seducción popular que, pensaron, podría contrarrestar en la calle el poder de la entonces violenta OLP, autora de secuestros y ataques aéreos contra suelo judío.
Matthew Levitt, subsecretario de Inteligencia del Tesoro de EE.UU, asesor del FBI y autor del libro «Hamás», señala que Israel permitió doblar el número de mezquitas en Gaza entre 1967 y 1986, el 40 por 100 de ellas controladas por Al Mujamma. Entre medias, consta que el primer ministro hebreo Menajem Beguin empezó en 1978 a pagar sueldos y a captar palestinos islámicos opuestos a la OLP entre esas «Ligas aldeanas» herederas de los Hermanos Musulmanes, de las que nació Hamás.
El 15 de diciembre de 1987, el jeque Yassim crearía Hamás, y un año después, su carta fundacional reflejaría el objetivo del Movimiento de eliminar el Estado de Israel. En 1991, Hamás asesinó en el asentamiento Kfar Darom de Gaza al civil Doron Shonshan, lo que se considera su primera atentado terrorista. El 16 de abril de 1993 lanzaron el primer ataque suicida junto a un café de carretera de otra colonia judía, Mehola.
Las elecciones de 2006
En 2006, tras la evacuación de Gaza, Occidente, como en Irak, llevó a elecciones a los palestinos, que celebraron unas votaciones limpias, certificadas por observadores internacionales. Pero que ganó Hamás, el partido más radical, el más combativo, el que no tocaba, y con una mayoría de 74 diputados frente a los 45 de la Fatah que fundó y dirigió Arafat.
A cambio de su participación como fuerza política, los islamistas recibieron el embargo asfixiante de Israel, de EE.UU. y la Comunidad Internacional, amén de las presiones insuperables para compartir un Gobierno de Unidad con sus opositores que -«Vanity Fair» dixit- EE.UU. reventó después. Ahora se han propuesto acabar con la criatura.

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