JUNTO A JORDI WILD
La aplaudida reflexión de Pérez-Reverte: “Hemos engañado a los jóvenes. Les hemos educado para algo que no existe”
Esa frustración, afirma, no es una exageración generacional, sino una consecuencia lógica. “¿Cómo no van a estar cabreados?”
La última reflexión de Arturo Pérez-Reverte en The Wild Project se ha convertido en uno de los fragmentos más compartidos del momento. El escritor lanzó un aviso contundente sobre el rumbo de Occidente y el futuro de las nuevas generaciones: “Hemos engañado a los jóvenes”, aseguró. Su diagnóstico, directo y crudo, ha provocado un enorme eco en redes.
Durante su conversación con Jordi Wild, el autor defendió que no nos dirigimos hacia un tiempo convulso, sino que “ya estamos en él”. Para él, la sociedad occidental vive una decadencia evidente, visible en fenómenos políticos inesperados y en un clima social cada vez más crispado. “Lo impensable hace veinte años hoy es normal”, señaló como símbolo del cambio profundo.
Pérez-Reverte fue especialmente duro con el panorama al que se enfrentan los jóvenes. A su juicio, se les prometió una vida que no existe: carreras sin salida laboral, sueldos insuficientes, imposibilidad de independizarse y un horizonte vital mucho más estrecho que el de sus padres. “Los hemos defraudado. Les hicimos estudiar para algo que no les sirve”, lamentó, recordando el caso de un repartidor de Amazon que trabaja de madrugada mientras estudia una carrera que difícilmente le permitirá escapar de la precariedad.
Esa frustración, afirma, no es una exageración generacional, sino una consecuencia lógica. “¿Cómo no van a estar cabreados?”, se preguntó. De esa rabia, explicó, pueden surgir tres caminos: la resignación, la esperanza —que él no comparte— o un tercer escenario mucho más explosivo: “El cóctel molotov: reviento el sistema, quemo bancos, corporaciones, lo que me niega una casa o un futuro”.
El escritor también cargó contra la digitalización obligatoria que afecta especialmente a mayores y a quienes no tienen recursos. “Para ser ciudadano español necesitas un smartphone”, denunció, explicando que sin él es imposible realizar trámites esenciales como viajar, cobrar o incluso subir a un taxi. “Nos obligan a vivir de una manera cuya seguridad ni siquiera garantizan”, criticó.y eso que no menciono las CBDC
Reverte puso ejemplos de vulnerabilidad digital, como la amiga a la que hackearon el móvil y perdió todos sus ahorros sin que el banco pudiera resolverlo. Para él, esta dependencia tecnológica impuesta es una forma de exclusión que deja “indefensas y maniatadas” a millones de personas. También recordó la situación de los mayores: “Mi madre sin mí no sabría sacar dinero del banco. Han cerrado todas las sucursales”.
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Aunque reconoce que él y otros privilegiados pueden permitirse alternativas —generadores, asesoramiento tecnológico, independencia económica—, insiste en que la mayoría no puede. Esa desigualdad, sumada a la precariedad y a la frustración generacional, podría desembocar en tensiones mucho mayores. “Cuando ya no baste el opio de internet o de las vacaciones baratas, alguien dirá: voy a quemar esta mierda de mundo”, advirtió.
Pérez-Reverte cerró su mensaje subrayando que no se trata de exageraciones ni de nostalgia: “No hablamos de una app ni de un taxi. Hablamos de algo mucho más grave”. Una crítica que ha sido ampliamente aplaudida por quienes ven en sus palabras un diagnóstico incómodo, pero necesario, sobre un sistema que promete mucho más de lo que realmente ofrece.
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