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martes, 25 de junio de 2024

¿Estallará el frente del Líbano y hasta qué punto estarán involucrados en él los estadounidenses?

 

¿Estallará el frente del Líbano y hasta qué punto estarán involucrados en él los estadounidenses?

La guerra regional aumentará las tensiones entre la administración estadounidense y los árabes y musulmanes, e incluso con el pueblo estadounidense y los pueblos europeos.

¿Estallará el frente del Líbano?

La administración estadounidense confirmó una vez más a una delegación visitante de altos funcionarios de la entidad sionista estar preparada para apoyar a su aliado en caso de que estalle una guerra integral en el frente libanés, según informó el sitio web de CNN el 21 de junio 2024.

Esa delegación incluyó al ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, y al jefe del Consejo de Seguridad Nacional de la entidad sionista, Tzachi Hanegbi. También sostuvo una reunión con el secretario de Estado, Antony Blinken, y una serie de encuentros con funcionarios de la administración Biden como el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, y el coordinador del Consejo de Seguridad Nacional para Medio Oriente" y el Norte de África, Brett McGurk, quien el informe de CNN describió como el coordinador de asuntos de Medio Oriente en la Casa Blanca.

Según lo informado por CNN, así como por el Times of Israel el pasado 22 de junio, el pleno apoyo de seguridad estadounidense prometido en el escenario de guerra con el Líbano no incluye el despliegue de fuerzas estadounidenses sobre el terreno.

Pero el diario Stars and Stripes, publicado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, informó el 8 de marzo de este año, que mil soldados estadounidenses fueron a la Palestina ocupada para construir el puente marítimo frente a Gaza, desmantelado dos veces y reconectado a la playa por tercera vez hace unos días porque era una necesidad electoral para Biden. Independientemente del costo para los estadounidenses y su beneficio para los habitantes de Gaza, esto significa que los mil soldados permanecerán allí.

A esto hay que sumarle los soldados estadounidenses en la base de radar en el Néguev, llamada Sitio 512, a 32 kilómetros de Gaza, especializada en monitorear misiles balísticos. The New York Times informó el 31 de octubre de 2023 sobre la presencia de grupos de fuerzas especiales estadounidenses en la entidad sionista para ayudar a rescatar a los prisioneros y a quienes tienen ciudadanía estadounidense entre ellos. 

Parece que algunos de estos grupos desempeñaron algún papel en el sangriento ataque al campamento de Nuseirat el 8 de este mes, según diversas fuentes.

No hablaremos de la Sexta Flota ni de las fuerzas de la OTAN en el Mediterráneo, ni de los grupos de portaviones estadounidenses ubicados entre los mares Rojo y Mediterráneo. El portaviones Eisenhower, con cinco mil marineros a bordo, abandonó recientemente el Mar Rojo y entró en el Mediterráneo, con el argumento de que regresaba a Estados Unidos y que el asunto no tenía nada que ver con el Líbano.

Cabe señalar lo revelado en un informe publicado en el sitio web de la Casa Blanca el 7 de junio de 2024. Una nota del presidente Biden al Congreso habló de aumentar el número de fuerzas estadounidenses en la vecina Jordania a tres mil 813 soldados, mientras esa cifra llegó a dos mil 936 soldados hace apenas un año.

Si sumamos los miles de soldados y contratistas estadounidenses en Siria e Irak, resulta lógico leer el aumento en Jordania como un fortalecimiento del frente oriental de la entidad sionista, la cual sufre una crisis de falta de recursos humanos y está confundida sobre dónde concentrar sus fuerzas: al norte, hacia el Líbano, o al sur, hacia Gaza.

Además, en la mente militar estadounidense, el puente marítimo flotante fue creado de manera original con el propósito de desembarcar fuerzas mecanizadas en áreas hostiles después de asegurar una cabeza de puente en la playa. 

Es decir, abre la puerta de par en par a la opción de desembarcar fuerzas estadounidenses cuando sea necesario, lejos del show de brindar ayuda a Gaza.

Por lo tanto, todo lo dicho sobre no desplegar fuerzas estadounidenses sobre el terreno, mientras las tierras árabes asiáticas y sus aguas, incluida la Palestina ocupada y sus alrededores, están llenas de decenas de miles de ellas, puede ser descrito como una broma de mal gusto.

Quizás quieren decir con las garantías estadounidenses a la entidad sionista lo siguiente: estaremos plenamente de su lado si lanzan una guerra integral en el frente norte, pero no cuenten con nosotros sobre el terreno para luchar específicamente en el Líbano, y ustedes tienen nuestro apoyo en todo lo demás.

Es evidente que abrir ampliamente el frente del Líbano sin límites máximos ni controles será muy difícil para quienes toman las decisiones en “Tel Aviv” sin el pleno apoyo estadounidense a la luz de la ecuación de Gaza. Por lo tanto, el factor estadounidense es el más importante, en mi humilde opinión, para determinar el alcance de las llamas del frente norte en la mentalidad estratégica sionista.

El actual cálculo estadounidense a la hora de declarar la guerra al Líbano

Y para que no se entienda que el mensaje de apoyo estadounidense anima al gobierno de Netanyahu a lanzar una guerra integral en el Líbano, mientras que la administración Biden no quiere tal guerra en este momento, en especial meses antes de las elecciones estadounidenses, fue publicado un comunicado de prensa el 20 de junio de 2024 en el sitio web de la embajada estadounidense en Jerusalén ocupada, el cual cita al portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, el cual parece haber sido emitido a fin de determinar algunas cosas.

Según la declaración, el secretario de Estado, Antony Blinken, después de reunirse con Dermer y Hanegbi, reiteró el firme compromiso de Estados Unidos con la seguridad de “Israel” y discutió con ellos los esfuerzos en curso para lograr un alto el fuego en Gaza y asegurar la liberación de todos los prisioneros.

También enfatizó la necesidad de tomar medidas adicionales para aumentar la ayuda humanitaria a Gaza y planificar el sistema de gobernanza, la seguridad y la reconstrucción en la fase posconflicto (es decir, la solución política), teniendo en cuenta que el último expediente en particular incluye una serie de puntos controvertidos entre la administración Biden y el gobierno de Netanyahu.

Lo más importante es que, según la misma declaración, Blinken destacó la importancia de evitar una mayor escalada en el Líbano y alcanzar una solución diplomática que permita a las familias israelíes y libanesas regresar a sus hogares.

Esto sugiere que la administración estadounidense quiere frenar a la entidad sionista en el frente libanés, contrariamente a lo que sugieren los informes de prensa, los cuales destacan las garantías de seguridad estadounidenses a la entidad sionista en caso de que estalle una guerra en el frente libanés.

La administración Biden continúa su movimiento entre dos extremos a este nivel, el primero, no quiere una guerra integral en el frente libanés, especialmente ahora, y el segundo, no permitirá la derrota estratégica de la entidad sionista iniciada la guerra o no.

Conforme a la última cuestión, ella representa un incentivo para que el gobierno de Netanyahu arriesgue y libre una guerra total, porque Estados Unidos cubrirá de manera obligatoria la guerra para que “Israel” no sea derrotado. 

Si Irán participa en esa guerra, entonces "Israel" involucrará a la administración Biden para que lance un ataque aéreo y con misiles y logrará uno de los objetivos más importantes de la estrategia de la derecha sionista: empujar a Estados Unidos a una agresión directa contra Irán.

Si Irán no participa de manera directa sobre el terreno, el Comando Central estadounidense, Centcom, formará, desde la perspectiva israelí, una fuerza compensadora contra el resto de los componentes del Eje de Resistencia fuera del Líbano.

En cuanto a por qué la administración Biden no quiere lidiar con una guerra regional integral ahora, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) publicó un artículo en su sitio web el pasado 21 de marzo, en el cual resume el asunto de la siguiente manera:

- Las capacidades militares estadounidenses están actualmente al límite en la región de Asia y el Pacífico, y en el apoyo a Ucrania y el fortalecimiento de sus capacidades en Europa, frente a Rusia y China, y el estallido de un conflicto en el frente libanés obligará al Pentágono a retirar a uno o más grupos de portaaviones, y escuadrones de aviones de combate, plataformas de vigilancia y reconocimiento ISR de importantes escenarios de conflicto internacional.

- La guerra regional aumentará las tensiones entre la administración estadounidense y los árabes y musulmanes, e incluso con el pueblo estadounidense y los pueblos europeos. También incrementarán los ataques de grupos respaldados por Irán contra "Israel", Estados Unidos y objetivos comerciales en la región y sus alrededores. Las fuerzas estadounidenses en la región serán objeto de ataques más amplios y frecuentes.

- Aunque las repercusiones económicas de la guerra de Gaza son relativamente limitadas, es probable que una guerra en toda regla tenga impactos significativos en el comercio, las cadenas de suministro, los precios de la energía, la inversión y el turismo.

- Los sistemas de misiles de Hizbullah ponen a todo “Israel” en peligro y sus fuerzas terrestres están más capacitadas que las enfrentadas por “Israel” en Gaza. Por tanto, las consecuencias de la campaña no están garantizadas en absoluto (aunque el informe no dice explícitamente la última frase).

Según el periodista Barak Ravid del sitio web Axios, una invasión terrestre del Líbano puede llevar a Irán a intervenir de manera directa y atraerá milicias de Siria, Irak y Yemen para participar en los combates.

Además, el descarado sesgo de Biden hacia la entidad sionista al comienzo de la guerra de Gaza afectó su popularidad y, por tanto, el estallido de una guerra más grande ahora, en la cual estará obligado a apoyar a "Israel", le costará más en el orden electoral.

No debemos olvidar que Biden llegó a la Casa Blanca sobre la base de un programa centrado en construir alianzas frente a Rusia y China, y en reducir la participación en la región que el colonialismo llamó Medio Oriente, incluida la retirada de Afganistán en el verano de 2021, pero sus políticas exteriores terminaron simulando muchas de las políticas de su predecesor Trump, según informes publicados por The New York Times el 25 de julio de 2022 y la revista Foreign Policy  el 17 de octubre de ese mismo año.

No beneficiará mucho a Biden ni a su partido el 5 de noviembre, fecha de las principales elecciones en Estados Unidos, parecerse a Trump en políticas exteriores críticas, incluida la escalada con Irán, ni que esas elecciones sean celebradas a la sombra de una importante guerra regional en el suroeste de Asia.

El actual cálculo israelí a la hora de declarar la guerra al Líbano

Estoy ligeramente en desacuerdo con algunos de los distinguidos analistas del Eje de Resistencia, quienes afirman que la entidad sionista no tiene la capacidad o la voluntad de librar una guerra integral en el frente norte. 

Los expertos basan su opinión en una evaluación del tamaño de sus fuerzas sobre el terreno, su vacilante experiencia en Gaza y las divisiones internas de los sionistas.

El temor radica en que la tranquilidad de este diagnóstico lleve a una relajación mayor de la necesaria, ya que hay otros dos factores fundamentales a tener en cuenta antes de recurrir a una falsa tranquilidad:

- La entidad sionista quedó estratégicamente expuesta en términos de su incapacidad para resolver la batalla de Gaza o la batalla del frente norte. Tal exposición provoca una ansiedad existencial que evoca el legado de los pogromos en la memoria judía surgida de la experiencia del 7 de octubre. Si el Estado judío no puede erradicar las fuentes de la amenaza de aniquilación de una manera radical y proactiva estará amenazado de extinción.

Según el reporte del Jerusalem Post del 17 de este mes, el 62 por ciento de los judíos israelíes apoyan el lanzamiento de un ataque integral contra Hizbullah en el Líbano con toda su fuerza. 

Pero están divididos, un 36 por ciento quiere la incursión inmediata y un 26 lo desea con posterioridad a detener la operación en Gaza. Ello significa que las instrucciones del gobierno de Netanyahu imitan los sentimientos de la mayoría de los colonos en la Palestina ocupada Palestina o en realidad su base electoral.

- Los cálculos fríos, como el tamaño de las fuerzas terrestres necesarias para librar una guerra en el Líbano a la luz de otras amenazas actuales, como la moral de esas fuerzas ocho meses después de la batalla de Gaza, y el alcance de la eficiencia de las fuerzas de reserva a nivel de combatiente individual, facciones, compañías y batallones, no tienen en cuenta el peso del factor doctrinal o ideológico al participar en batallas cuyo equilibrio de poder no estaba bien calculado.

Lo anterior no significa el estallido inmediato de la guerra ya que hay personas razonables entre ellos, quienes creen no están preparados para ella, y está la guerra de Gaza que la retrasa y las presiones estadounidenses y occidentales para lanzarla. 

Algunos advierten la exacerbación de las pérdidas políticas en la arena internacional, del mismo modo que los estadounidenses alertan a los sionistas que la Cúpula de Hierro puede fracasar en su lucha contra Hizbullah.

Pero la tendencia a hacer la guerra en el frente norte no es menos intensa, si no supera en importancia a todos estos factores.

Enfoques israelí y estadounidense de la guerra del Líbano

La guerra en el norte, según algunos informes de centros de investigación hostiles tiene su base en dos componentes básicos:

A- Una campaña integral aérea y de misiles.

B- Una guerra terrestre de guerra relámpago.

Esta ofensiva, según las mismas fuentes, tiene como objetivo destruir la infraestructura de la resistencia y asegurar la zona entre la Línea Azul y el río Litani por decisión internacional, después de desarraigar a la resistencia.

Las mismas fuentes hostiles creen que el área referida no está tan poblada y urbanizada como la Franja de Gaza, lo cual lleva a los vehículos, aviones y helicópteros de la ocupación a perder muchas de sus ventajas comparativas y, por tanto, la eficacia de la tecnología militar será mayor en el sur del Líbano que en Gaza.

Al tratar de mostrar la forma de pensar del enemigo es obvio que la resistencia en el Líbano demostró creatividad y capacidades cualitativas distinguidas desde el 8 de octubre, y lo oculto es áun mayor, ya que paralizó a las fuerzas de ocupación en el frente norte y a su economía y sus asentamientos y desplazó a su población.

Hizbullah no será un rival fácil y que cualquier intento de penetrar el sur del Líbano no es un paseo. 

Sus combatientes desarrollaron sus capacidades y desempeño de una manera sorprendente que cambió las ecuaciones en el frente norte, como expliqué en el artículo “Una lectura de las reglas del conflicto en el frente norte” del pasado 24 de marzo.

Pero esto no significa subestimar las capacidades del enemigo o su voluntad de practicar una locura criminal, ni significa confiar en la creencia de que nunca podrá atreverse a hacer la guerra al Líbano.

Un rápido vistazo a algunos informes de centros de investigación occidentales muestra que muchos de ellos creen en la inevitabilidad de una guerra integral en el frente norte: 

1- El reporte de la revista Foreign Policy del 29 de febrero de 2024 refirió la posibilidad de la guerra entre “Israel” y Hizbullah en un plazo de seis a ocho meses.

2- De acuerdo con un documento del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), de fecha 21 de marzo, el próximo conflicto con Hizbullah convertirá la guerra de Gaza en una operación de “limpieza secundaria de polvo”.

3- A su vez, el sitio web Woodrow Wilson Center del gobierno de Estados Unidos, notificó el pasado 7 de junio la necesidad de que el gobierno de Estados Unidos intervenga para detenerlo.

Sin olvidar una gran cantidad de informes periodísticos en la misma dirección

Los estadounidenses tratan de presionar a la entidad sionista para que adopte la estrategia ateniense en la guerra de Troya, al empujar al caballo hacia campo de Gaza, lo cual es una solución política basada en fuerzas multinacionales y entregar la Franja de Gaza a fuerzas árabes y no árabes amigas de los estadounidenses. 

Pero la resistencia no cayó en la trampa. En consecuencia, la batalla de Gaza seguirá abierta, incluso si los sionistas la congelan temporal o de manera aparente para dirigirse al sur del Líbano.

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