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jueves, 7 de abril de 2016

Mossack Fonseca desafía a la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos, y a todos los Organismos Reguladores Internacionales y dice que no cambiará su modelo de negocios tras los ‘Panama Papers’,// Por KEJAL VYAS encontrado en el WSJ


Mossack Fonseca desafía a la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos, y a todos los Organismos Reguladores Internacionales y dice que no cambiará su modelo de negocios tras los ‘Panama Papers’,

Securities and Exchange Commission de Estados Unidos, es la agencia federal encargada de la supervisión de los mercados financieros;


Mossack Fonseca no cambiará su modelo de negocios tras los ‘Panama Papers’, dice su cofundador

http://lat.wsj.com/articles/SB11621860568791853504304581647770617612418?tesla=y


 El edificio donde se encuentran las oficinas de Mossack Fonseca en Ciudad de Panamá.
El edificio donde se encuentran las oficinas de Mossack Fonseca en Ciudad de Panamá. PHOTO: SUSANA GONZALEZ/BLOOMBERG NEWS

Por KEJAL VYAS

jueves, 7 de abril de 2016 19:47 EDT

PANAMÁ—Uno de los fundadores de Mossack Fonseca, la firma de abogados en el centro de la filtración de documentos llamada “Panama Papers”, defendió su firma y dijo que esperaba pocos cambios en su modelo de negocios a pesar del escrutinio mundial.

En su primera entrevista en profundidad desde que los documentos filtrados fueron publicados, Jürgen Mossack afirmó que su bufete de abogados no hizo nada inapropiado al vender 240.000 empresas de fachada registradas en territorios alrededor del mundo con una baja o ninguna tasa tributaria.

La firma de abogados, agregó, trabaja a través de intermediarios y no puede hacer seguimiento a la forma en que son usadas las entidades incorporadas en paraísos fiscales que vende.

“No vamos a detener el servicio e irnos a sembrar bananos o algo así”, señaló Mossack, de 68 años. “La gente comete errores. Nosotros los cometemos, así como nuestro departamento de cumplimiento. Pero esa no es la norma”.


Sentado en un sillón en el segundo piso de las oficinas de Mossack Fonseca, ubicadas en el distrito financiero de la ciudad de Panamá, Mossack habló apenas días después de que un grupo de 400 periodistas de una decena de países publicaran simultáneamente artículos basados en los documentos filtrados que mostraban cómo el bufete creo empresas fachada y cuentas en paraísos fiscales donde los ricos y poderosos podían ocultar su dinero.


Documentos obtenidos por el grupo, el Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos (ICIJ, por sus siglas en inglés), mostró que lo clientes de la firma incluían desde familiares de altos funcionarios chinos hasta socios del presidente de Rusia, Vladimir Putin, pasando por el encargado de administrar el dinero del dictador sirio Bashar al-Assad.


La veta de 11,5 millones de archivos fue enviada a un periódico en Munich y luego compartida con ICIJ. The Wall Stree Journal no ha verificado de forma independiente los documentos.


El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, defendió el miércoles por la noche reformas de transparencia que su gobierno aprobó el año pasado y dijo que la tormenta mediática estaba proyectando una luz negativa sobre el país.

“Los mal llamados papeles de Panamá”, dijo, “no es un problema de nuestro país sino de muchos países del mundo”.

Varela señaló que Panamá conformaría un comité independiente de expertos nacionales e internacionales para evaluar las regulaciones del país que rigen los servicios financieros y legales. Días antes, la fiscalía general de Panamá había anunciado el inicio de una investigación del bufete.


Mossack y la directora de asuntos legales de su firma de abogados, Sara Montenegro, dijeron en la entrevista de una hora que dan la bienvenida a regulaciones y escrutinio adicionales de su negocio. Señalaron, sin embargo, que aún no han sido contactados por las autoridades locales.

“En este momento, yo diría que no debería haber repercusiones”, aseguró Mossack, “pero no diría que no habrá ninguna”.

Desde que la firma fue fundada en 1977, el negocio de vender empresas de papel de Mossack Fonseca creció exponencialmente. Es principalmente un juego de volumen, dijeron Mossack y Montenegro, porque el costo de registrar empresas en jurisdicciones como las Islas Vírgenes Británicas es bajo. Empresas fachada pueden ser adquiridas por unos pocos cientos de dólares. Las firmas de abogados también cobran una tarifa anual de alrededor de US$1.000 para aparecer en los registros como agentes de sus clientes.

Las empresas en paraísos fiscales tienen bastantes usos legítimos, señaló Mossack, incluyendo evitar el pago doble de impuestos, y suministrar privacidad y protección ante regímenes criminales y delincuentes.

Expertos en paraísos fiscales señalan, sin embargo, que Panamá es uno de los países con mayor nivel de hermetismo y ha sido renuente a cooperar con los países que buscan mayor transparencia en el movimiento de dinero.


El miércoles, el ministro francés de Hacienda, Michel Sapin, dijo que le había pedido a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de volver a incluir a Panamá en la lista de paraísos fiscales que no cooperan, señalando que el país no ha progresado en el intercambio de información desde que fue sacado de dicha lista en 2012. Las autoridades de Panamá prometieron luchar contra esa medida.


Mossack, cuyo padre fue un soldado alemán durante la Segunda Guerra Mundial y quien se mudó a Panamá con su familia cuando tenía 13 años, dijo que su firma está realizando algunos ajustes, reduciendo sus franquicias en el exterior, siendo más selectiva con los clientes e invirtiendo en una mejor seguridad informática.


Los documentos de su empresa, añadió, fueron robados por un pirata informático. Mossack aseguró que solo en semanas recientes fue notificado de la violación de seguridad, después de que clientes empezaron a recibir llamadas de los periodistas que participaron en la investigación de los “Panama papers”.


Mossack Fonseca afirmó que está mejorando las prácticas de diligencia debida y que tiene un equipo de 26 abogados escarbando entre sus archivos para revisar clientes que han trabajado con la firma por años. Montenegro agregó que cualquier irregularidad en la información de registro puede llevar a la terminación de la relación. La abogada dijo que en años recientes han cortado lazos con cerca de 80 clientes al año gracias al mejoramiento de la diligencia debida.

“El único delito que se puede probar acá es el de la violación de la privacidad”, dijo Montenegro, en referencia a la filtración.

Mossack afirmó que los bancos intermediarios con los que trabaja su firma —y que representan a los destinatarios finales de las empresas fantasma— deberían estar haciendo una mejor revisión de sus clientes.

“Nuestra marca necesita ser protegida”, dijo Mossack. “Sentimos que la mejor forma de proteger nuestra marca es haciendo las cosas nosotros mismo y no depender de otros”.


José de Córdoba y Santiago Pérez en Ciudad de México contribuyeron a este artículo.

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