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jueves, 31 de marzo de 2016

Todos los candidatos presidenciales de EEUU republicanos y demócratas han prometido poner altos aranceles a China (un arancel de 45% contra China, 35% a México y 10% al resto del mundo) con lo cual el déficit comercial de EEUU con el mundo aumentaría en mas de US$ 1 billón (millón de millón equivalente al PBI de España en un año) y se perdería un millón de empleos.// Por BOB DAVIS encontrado en el WSJ

Todos los candidatos presidenciales de EEUU republicanos y demócratas han prometido poner  altos aranceles a China (un arancel de 45% contra China, 35% a México y 10% al resto del mundo) con lo cual el déficit comercial de EEUU con el mundo aumentaría en mas de US$ 1 billón (millón de millón equivalente al PBI de España en un año) y se perdería un millón de empleos


Nota del autor del blog: 736,000,000,000  actual +  275,000,000,000 (si el dólar se revaloriza en 5 % ) = US$ 1,011,000,000,000

Sin importar quién sea presidente, EE.UU. va camino a una pelea comercial con China

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http://lat.wsj.com/articles/SB11120785027813274841604581631302293804560?tesla=y

 


Los candidatos republicanos Donald Trump (der.) y Ted Cruz, al igual que los demócratas, han prometido sancionar a China por sus practicas comerciales. PHOTO: MARK KAUZLARICH (L) AND BRIAN SNYDER/REUTERS

Por BOB DAVIS

miércoles, 30 de marzo de 2016 19:15 EDT

En una campaña presidencial estadounidense en la que los ataques contra el libre comercio han abundado tanto en el Partido Republicano tanto como en el Demócrata, ninguna amenaza puede competir con las proferidas Donald Trump en contra de China como parte de una estrategia para reducir el déficit comercial y repatriar empleos a Estados Unidos.

“Si no se portan bien”, advirtió el empresario republicano en un debate este mes, las compañías chinas durante la presidencia de Trump podrían enfrentar aranceles de 45% sobre sus exportaciones a EE.UU.


Ahora que Hillary Clinton y otros postulantes a la Casa Blanca también han prometido medidas punitivas, la campaña presidencial está encaminando a EE.UU. a un enfrentamiento comercial con China. Los economistas advierten que esto podría volverse en contra de EE.UU., reduciendo sus exportaciones y amenazando un millón de empleos en el país.



El economista de la Universidad Brandeis Peter Petri, quien es ampliamente respetado por sus proyecciones sobre el impacto del comercio, calcula que el gravamen de 45% que Trump propone desataría repercusiones en todo el mundo.

Los bienes producidos en China podrían desplazarse a otros países con mano de obra barata para ser exportados a EE.UU., dice.

Para bloquear completamente las importaciones, EE.UU. tendría erigir un muro global arancelario de alrededor de 10% y márgenes más altos a países con salarios bajos como México, indicó en cálculos realizados para The Wall Street Journal


Si se incluyen las represalias contra las exportaciones estadounidenses que inevitablemente ocurrirían, Petri estima que el déficit comercial de EE.UU. que el año pasado alcanzó US$736.000 millones, se elevaría en US$67.000 millones.


Si el dólar se aprecia apenas 5% durante ese período, lo que ocurre a menudo a medida que aumenta la inestabilidad global, las exportaciones estadounidenses se verían más golpeadas y el déficit comercial se incrementaría en US$275.000 millones.


“Las políticas de altos aranceles son como acuerdos comerciales al revés”, dice Petri. “Trasladan empleos de las empresas más eficientes y orientadas a la exportación a las menos eficientes que compiten con las importaciones, lo que lleva a una menor productividad y, probablemente, salarios más bajos”. Esta difícil transición le costará a EE.UU. incluso más del millón de empleos que los economistas calculan que están en riesgo, advierte Petri.

Las críticas al libre comercio no son ninguna novedad en las campañas presidenciales de EE.UU., particularmente entre los demócratas, pero Trump se ha apartado de la ortodoxia republicana y lanzado amenazas contra las importaciones chinas y mexicanas, convirtiéndolas en uno de los ejes de su campaña para repatriar empleos manufactureros a EE.UU.


Nuestro país, nuestro comercio, nuestros acuerdos y, lo más importante, nuestros empleos se están yendo al infierno”, dijo durante un debate organizado por CNN en marzo. “Construiremos nuestras propias fábricas aquí y crearemos nuestros propios productos”.


La portavoz de Trump Hope Hicks señaló que “la gente que rinde pleitesía al comercio” lleva mucho tiempo diciendo que un endurecimiento de las políticas comerciales golpearán a la economía estadounidense, “pero es precisamente porque nos hemos negado a hacer cumplir las reglas comerciales que nuestra economía se ha visto diezmada”, observó.

Otros candidatos también han lanzado amenazas, aunque en una escala mucho menor.

Clinton, que lidera los comicios demócratas, dijo que impondría sanciones a China y otros países por “manipular” sus divisas para favorecer sus exportaciones. Su contrincante, el senador por Vermont Bernie Sanders, ha adoptado una postura similar. El gobernador republicano del estado de Ohio, John Kasich, ha señalado que combatirá las prácticas de divisas de China, pero no ha dicho cómo. Ninguno de los tres ha especificado si impondrá aranceles y de qué magnitud.


China ha sido desde hace tiempo el blanco de críticas. A los exportadores estadounidenses les fastidian las exigencias de formar empresas conjuntas si desean vender sus productos en China. Las siderúrgicas y otros fabricantes insisten que no pueden competir con bienes chinos que se venden en EE.UU. a precios por debajo del mercado.


EE.UU. registró un déficit comercial de US$365.700 millones con China el año pasado. Un equipo de académicos estadounidenses atribuyó la pérdida de cerca de 2,4 millones de empleos en EE.UU. entre 1999 y 2011 a la competencia de las importaciones chinas.

Sin embargo, otros economistas sostienen que la competencia china ha incentivado la innovación entre las empresas estadounidenses y que los consumidores se han beneficiado de las importaciones baratas de China.

Los gobiernos de Barack Obama y George W. Bush presentaron casos contra China ante la Organización Mundial del Comercio y aprobaron demandas presentadas por industrias que aseguran que China hace “dumping” en EE.UU., es decir que vende productos a precios inferiores a los del mercado. Las querellas pueden ser el preludio de la imposición de aranceles.

No obstante, ningún gobierno estadounidense ha tratado de imponer aranceles generalizadas contra China, como amenazan los candidatos presidenciales. Una razón es que no cabe duda de que China emprenderá represalias, dicen los expertos comerciales. Las empresas estadounidenses con fábricas en China son especialmente vulnerables.

Petri, el economista de Brandeis, examinó el impacto económico que tendría la imposición de un arancel de 45% contra China, 35% a México y 10% al resto del mundo.

Tales medidas probablemente perturbarían a los mercados globales y fortalecerían al dólar.

Los aranceles reducirían las importaciones de mercancía estadounidense en US$383.000 millones, calcula, pero las exportaciones sufrirían un impacto mucho mayor y caerían en US$658.000 millones.

Aunque las estimaciones están sujetas a una “considerable incertidumbre”, enfatiza, ofrecen una idea de los perjuicios económicos que EE.UU. podría sufrir. Los consumidores y sectores estadounidenses enfrentarían costos de importación más altos y quizás escasez, a medida que las empresas adaptan sus procesos para producir localmente.

Gordon Hanson, economista de la Universidad de California en San Diego señala que tras la imposición de aranceles altos la economía estadounidense se volvería más autosuficiente, pero los costos aumentarían en forma significativa para muchos exportadores.


“Eso le quitaría el dinamismo al auge del sector tecnológico y socavaría el estándar de vida de muchas form

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