Los
problemas del gas natural licuado en el mundo y la propuesta de renegociación de
los contratos gasíferos de Perú por el candidato a presidente por Perú
Alfredo Barnechea ¿serán buena idea?
Nota del autor del blog en los gráficos futuros del M BTU no están en US$ 4,4 sino en US$ 1,86
Los
problemas del gas natural licuado
http://lat.wsj.com/articles/SB11923416391621384233104581617613313276944?tesla=y
Un carguero
de gas natural licuado en Rotterdam, Holanda. PHOTO: JASPER JUINEN/BLOOMBERG
NEWS
Por SPENCER JAKAB
miércoles,
23 de marzo de 2016
19:37 EDT
Australia, el país que le dio al mundo el
búmeran, tiene un papel estelar en la próxima fase de la erosión de la
industria energética. Aunque los precios del petróleo han sido la fuente de
mucha ansiedad, el anuncio de Woodside Petroleum
de que cancelará su proyecto Browse de US$40.000 millones, en el cual buscaba
desarrollar yacimientos de gas natural licuado
cerca de la costa australiana, resalta las preocupaciones del sector. Pese a
que es un paso en la dirección correcta en términos de retirar producción
futura, no será suficiente para equilibrar la oferta y la demanda.
La decisión
se conoció apenas días después de que zarpara el primer cargamento de gas de
otro gran yacimiento australiano de GNL, Gorgon,
el cual es explotado por un consorcio encabezado por Chevron
y en el que también participan Shell y Exxon Mobil.
Los precios
bajos son un riesgo para cualquier productor de materias primas, pero son
especialmente problemáticos para los que tienen que gastar
enormes sumas por adelantado en proyectos que
tomarán décadas en devolverles su inversión.
Es por esto
que las personas que ponen capital y considerable deuda para construir una
instalación de GNL necesitan ver
contratos a largo plazo, que a menudo están ligados a los precios del crudo a largo plazo, antes
de comprometerse. El año pasado, un analista de la Agencia
Internacional de Energía advirtió que cerca de US$200.000 millones en proyectos de
GNL en Australia no llegarían al punto de equilibrio para los
inversionistas, aunque la cotización del petróleo
alcanzara US$60 el barril.
Hace apenas
un par de años, todo parecía favorecer proyectos como Gorgon
y Browse, que además de Woodside,
incluían a Shell y BP como inversionistas.
La demanda
de GNL estaba creciendo al galope, particularmente en mercados como China e India. Igualmente, el desastre de la planta
nuclear de Fukushima en 2011 generó una gran demanda mercado para los
cargamentos al contado, aquellos envíos de excedentes que pueden ir al mejor
postor. Estos llegaron a alcanzar los US$20 por millón
de Unidades Térmicas Británicas (BTU) y aún estaban
en US$14 hace dos años.
Sin embargo,
se ha agregado tanta capacidad en momentos en que la demanda de China está desacelerándose, que el precio de referencia Marker para Japón/Corea ha caído a
cerca de US$4,40.
En base solo
a los proyectos GNL que han sido completados o se encuentran bajo construcción
y antes de que se hiciera el anuncio de
la cancelación de Browse, analistas de Citigroup
calcularon que el mercado global tendrá un
exceso de suministro de 28 millones de toneladas para 2018 y no llegará a un punto de equilibrio antes de
2021. El mercado global de GNL del año pasado fue de 250 millones de toneladas.
Los cálculos
de exceso de suministro no incluyen proyectos en etapa de planificación que
probablemente seguirán adelante, tales como un puñado
de yacimientos en EE.UU., en donde los precios locales se encuentran en su nivel más bajo en 17 años.
También
asumen un incremento considerable en la demanda. Por ejemplo, en la cuenca del Pacífico, los analistas prevén un crecimiento anual compuesto de 8% durante la próxima década.
El problema
no se limita al mercado al contado y los precios del crudo. Por desgracia para
los inversionistas en megaproyectos de GNL, los contratos a largo plazo
firmados en la época de vacas gordas, que solían considerarse sacrosantos,
están bajo presión.
Ahora que el
mercado se ha recuperado de una estrechez del suministro luego de Fukushima, los países con crecientes necesidades de
importaciones están comenzando a usar sus poderes de negociación.
En
diciembre, por ejemplo, el importador indio Petronet
LNG pactó una nueva fórmula de cálculo de precios para un acuerdo
vigente por 25 años con RasGas de Qatar. Esto redujo sustancialmente el precio. El
presidente de la junta de China National Petroleum
dijo el mes pasado que su empresa podría
renegociar contratos a largo plazo vigentes.
Las
compañías de energía deberían haber previsto esta situación. Las condiciones a
principios de la década permitieron que los dueños de reservas obtuvieran acuerdos ventajosos. Ahora, la
potente arma de mercado que blandían se ha vuelto en su contra.
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