De
cada 13 asesinatos en el mundo; 12 son asesinatos comunes y solo 1 por terrorismo,
y en EEUU desde 2001 hasta hoy (en 15 años) solo 45 personas han muerto por
atentados yihadistas (un solo accidente en carretera mata de un porrazo a más
personas), al menos para territorio dentro de EEUU es algo trivial el Estado Islámico
Los
números del terrorismo
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/26/actualidad/1459029036_595933.html
En los
últimos 15 años, los atentados han pasado de 2.000 a 14.000. Y las víctimas se han
multiplicado por nueve
MOISÉS
NAÍM
27
MAR 2016 - 00:01 CET
En mi
artículo de la semana pasada —publicado antes de los recientes ataques en
Bruselas— escribí sobre los mitos del terrorismo
yihadista en Estados Unidos. Quizás el más sorprendente de los datos que
allí mencioné es que, desde el 11 de septiembre de 2001
hasta hoy, solo 45 personas fueron asesinadas por terroristas islamistas en EE
UU. En comparación, en Bruselas los terroristas se cobraron 31 vidas en
un solo día y los ataques de noviembre pasado en París mataron a 130 inocentes.
En 2014 hubo un total de 37.400 asesinatos perpetrados por terroristas en todo
el mundo.
Para ofrecer
cierto contexto sobre la tragedia de Bruselas, en este artículo amplío el foco
del análisis al resto del mundo.
Los datos
provienen principalmente de START, el Consorcio Nacional
para el Estudio del Terrorismo, un centro de investigación de la Universidad de Maryland, y de una compilación de Anthony
Cordesman, experto del Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington.
Para
comenzar, cabe señalar que si bien el terrorismo ha existido siempre, en el
siglo XXI tanto el número de los ataques como el de las víctimas han aumentado
aceleradamente. En los últimos 15 años, los atentados terroristas han pasado de
menos de 2.000 a casi 14.000. Y las víctimas mortales se han multiplicado por
nueve.
Pero este
aumento no ha ocurrido ni en Norteamérica ni en Europa. Cinco países —Irak, Pakistán, Afganistán, Nigeria y Siria—
concentran el 57% de los atentados desde el comienzo del siglo. La mayoría de
los ataques no fueron contra blancos en el mundo occidental, sino entre
musulmanes chiíes y suníes.
Si bien la
letalidad ha aumentado, son poco frecuentes las acciones que causan más de 100
muertes. Donde más veces se ha sobrepasado este número en un solo ataque es en Irak (29 veces), Nigeria (13), Pakistán (6), India y Siria (4
en cada uno). Más del 90% de los atentados terroristas alcanza sus
objetivos más inmediatos, el asesinato de civiles, policías, militares o
funcionarios. Esta alta tasa de éxito se debe a la proliferación del uso de
explosivos caseros que con frecuencia son activados por terroristas suicidas,
otra práctica que también ha aumentado de forma considerable.
El
58% de todos los ataques se realiza con explosivos y un 34% con armas de fuego;
el restante 10% se debe a otros métodos.
Solo
el 4% emplea tanto armas de fuego como explosivos, pero los expertos esperan que esta combinación
aumente, ya que su letalidad es casi tres veces mayor que la de los ataques en
los que solo se usan armas de fuego.
Entre 2000 y
2014, el 40% de todos los atentados terroristas fue perpetrado por grupos que
no pudieron ser identificados. El 60% restante
corresponde a un muy pequeño número de organizaciones: el Estado Islámico
(ISIS, en inglés), Boko Haram, los talibanes, Al Qaeda en Irak y Al Shabab son
autores del 35% de todos los ataques que ocurrieron en el mundo en los
últimos 15 años. Entre 2013 y 2014, el ISIS perpetró más de 750 ataques. Uno de
los blancos preferidos de los terroristas son los medios de transporte,
especialmente autobuses y trenes
(concentran el 62% de los atentados en esta categoría).
Los números
del terrorismo son relativamente bajos cuando los comparamos con otras causas
de muerte. Pero sus consecuencias son desproporcionadamente grandes
El
terrorismo está aumentando y también se está globalizando. Sus protagonistas,
sus objetivos, sus tácticas y su manera de organizarse están cambiando. También
las capacidades de los Estados occidentales para hacerle frente. En algunos
aspectos, las sociedades han fortalecido sus defensas contra los terroristas.
En otros aún son muy vulnerables, tal como han evidenciado los ataques en
Bruselas.
Las
consecuencias de esas acciones terroristas en Europa (y EE UU) son
devastadoras, hasta el punto de que hacen tambalear importantes principios como la libre circulación o la privacidad de las
comunicaciones. También impactan en el gasto público, los viajes, la
convivencia y la integración dentro y entre países. En otras latitudes, los
grupos terroristas llegan a amenazar la viabilidad de ciertos países y moldean
las luchas geopolíticas.
En
España, ETA mató solo a cerca de 1.000 personas en cinco décadas. Pero las consecuencias
políticas y sociales de sus actos terroristas aún se están pagando.
No hay
recetas simples para enfrentarse a la amenaza del terrorismo. Es un fenómeno
diverso que no tendrá una solución única. Pero dentro de esta complejidad hay
una estadística que vale la pena tener en mente. La
tasa promedio de homicidios en todo el mundo en 2014 fue de 6,24 muertos por
cada 100.000 habitantes, mientras que los muertos por terrorismo fueron 0,47
por 100.000. Esto quiere decir que, ese año, por cada 13 homicidios hubo una persona
asesinada por un terrorista.
Los números
del terrorismo son relativamente bajos cuando los comparamos con otras causas
de muerte. Pero sus consecuencias son desproporcionadamente grandes.
El
terrorismo no es la amenaza más letal del siglo XXI. Pero está cambiando el
mundo.
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conversación en Twitter: @moisesnaim
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