EEUU
tontea a Irán. Eso les pasa a los iraníes por ayudar a occidente a combatir al Estado Islámico a través de Hezbollah
Irán
se impacienta con el deshielo
http://economia.elpais.com/economia/2016/03/09/actualidad/1457518866_896893.html
Pese a los
gestos de algunas empresas, la mayoría espera a que Europa y EE UU tomen más
medidas antes de arriesgarse a invertir
ÁNGELES
ESPINOSA
Dubái
11 MAR 2016 - 19:30 CET
Proyecto de
construcción de un complejo hotelero de la cadena Meliá en la localidad costera
de Salman Shahr (Irán).
Irán está
abierto para los negocios. No pasa un día sin que sus portavoces anuncien
grandes planes para el desarrollo de las infraestructuras y la prensa local se
haga eco de la visita de alguna delegación internacional. El reciente viaje del
presidente Hasán Rohaní a Roma y París sirvió para anunciar acuerdos valorados
en 27.000 millones de euros, incluida de la compra de 140 aviones Airbus. Sin embargo, el ambiente en Teherán es de
cierta impaciencia. Aunque los empresarios extranjeros se muestran
interesados y ya se han firmado algunos proyectos, ni las inversiones están
llegando al ritmo esperado, ni hay colas para hacerse con los contratos. La
reincorporación al mercado internacional se está probando más lenta de lo que
se esperaba.
“Incluso antes del levantamiento de las
sanciones recibíamos
continuas delegaciones extranjeras, pero el ritmo se ha reducido desde que Estados Unidos exige visado a quienes hayan visitado
Irán”, confía una fuente en una de las grandes empresas estatales.
El
asunto de los visados, que ha molestado sobremanera a los iraníes, resulta un problema menor al lado de
la lentitud de los cambios en el sistema bancario. Fatemeh
Moeghimi, vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Teherán, se quejaba
recientemente de que los bancos europeos no cooperan con los iraníes para abrir
cartas de crédito y reconectar con el sistema de pagos SWIFT “porque
están pendientes del visto bueno de Estados Unidos”.
La
desconexión del sistema bancario impide los movimientos de capital a gran
escala
“Todos los grandes bancos
europeos tienen intereses en EE UU y operan en dólares. Estoy convencida de que quieren
facilitar esas operaciones, pero también cumplir con la normativa de las
sanciones”, explica Cecilia Pastor, responsable de Derecho Mercantil y Comercio
en la oficina de Baker & McKenzie en Madrid. “Por lo que nos han comentado, lo
están estudiando. Necesitan poner en práctica medidas para evitar transacciones
que no estén permitidas. Van a resolverlo, pero lleva tiempo”.
El
mencionado bufete de abogados, uno de los mayores del mundo, ha organizado esta
semana un seminario sobre el comercio con Irán en
Madrid y Barcelona, que también va a realizarse en otras ciudades
europeas. “Desde el Día de la Implementación [el pasado 16 de enero] se han
levantado muchas sanciones y estamos recibiendo consultas de empresas españolas
y de otros países”, señala Chiara Klaui, abogada especialista en
comercio internacional en la UE.
Resulta
evidente el potencial de un mercado de 80 millones de consumidores, que se abre
al exterior después de cuatro décadas de aislamiento, con las cuartas reservas
de petróleo del mundo y en el que las necesidades de infraestructuras se
valoran en decenas de miles de millones. Solo en la industria
petrolera se habla de 200.000 millones de dólares (unos 180.000 millones de
euros) en los próximos cinco años. Pero además están los ferrocarriles,
los aeropuertos, las carreteras, la minería, la automoción y el turismo, por
citar las más relevantes.
“La situación ha
cambiado radicalmente con el levantamiento de las sanciones y parece que existe
mayor seguridad jurídica para hacer negocios allí”, señala Iñaki Escrig, de la empresa
de material ferroviario CAF. Su presidente, Andrés Arizkorreta, estuvo en la
delegación de empresarios que acompañó a Teherán a los ministros de Industria,
Fomento y Turismo el pasado septiembre. “Estamos valorando la situación y
acercándonos a la realidad de Irán”, añade cauteloso.
Otras
compañías sin embargo ya han dado el primer paso. Esta semana llegó a una
refinería de Cepsa el primer cargamento de petróleo iraní desde el embargo
europeo de 2012. Unos días antes, el grupo español Meliá anunciaba su entrada
en Irán para gestionar el Gran Melia Ghoo, a orillas del mar Caspio, el primer
hotel de cinco estrellas en manos de una cadena extranjera desde la revolución
de 1979.
Cepsa ha
empezado a refinar petróleo iraní, y Meliá abrirá junto al Caspio el primer
hotel propiedad de una firma extranjera desde 1979
“Las empresas e
industrias españolas tienen grandes posibilidades en Irán, pero no son tan
proactivas como el resto de las europeas, no asumen riesgos”, lamenta sin embargo Hashem
Teidmourzadeh, un empresario iraní que ha mediado en el acuerdo con Siemens
para desarrollar la infraestructura ferroviaria de su país. “A no
ser que obtengan un contrato, no quieren exponerse”, asegura. “Es una
oportunidad, pero aun así hay riesgos vinculados al hecho de que se trata de un
país en desarrollo”, admite Klaui, la abogada de McKenzie.
El principal
es, para la mayoría de los consultados, el marco legal y jurídico, pero tras él
subyace la eterna lucha política en la cúpula del poder iraní. Los analistas
confían en que los resultados de las recientes elecciones legislativas permitan
al presidente Hasán Rohaní llevar a cabo la reforma regulatoria que facilite la
necesitada inversión extranjera. Pero no va a ser fácil. Los ultraconservadores
que temen la apertura ya han frenado la celebración de la conferencia
internacional en la que iba a presentarse el nuevo modelo de contrato petrolero
en Londres el pasado febrero y también han atacado los acuerdos que Rohaní
firmó con empresas italianas y francesas durante la visita a Roma y París.
La gravedad
de los problemas económicos que afronta la República Islámica influyó sin duda
en que la máxima autoridad del país, el ayatolá Ali Jamenei, diera su bendición
al acuerdo nuclear que abrió la puerta al levantamiento de sanciones. Sin
embargo, su insistencia desde entonces en la importancia de desarrollar una “economía de
resistencia” indica que no quiere poner en peligro los ideales
revolucionarios del régimen, ni aceptar un acercamiento a Washington.
Del otro
lado también persisten las trabas. Ni Estados Unidos ni
la UE han levantado las sanciones que impusieron a Irán por actividades
terroristas o violaciones de derechos humanos. Más allá de las varias
listas de artículos vetados, el Departamento de Tesoro norteamericano sigue prohibiendo
las transacciones en dólares o a través de bancos estadounidenses a Irán,
lo que complica la entrada en el mercado iraní de aquellas empresas de otros
países con intereses en EE UU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario