La
Unión Europea y EEUU tontean a Irán con el cuento de la prolongación de las negociaciones para que no intervenga en la
Franja de Gaza. (Hamas aposto mal al preferir a los Hermanos musulmanes egipcios
y no a Irán)
Nota del autor del blog: Los suníes de la misma facción del islam que Hamas
solo bostezan cuando los palestinos son bombardeados, Irán ya había intervenido o ejercido presión,
pero como Hamas dijo: “hasta acá con los iraníes ahora la voz son los Hermanos musulmanes” fue una errada apuesta, ahora ni los del
gobierno egipcio los apoya.
Es algo como cuando Turquía se
deshace en hacer meritos con la Unión Europea y los alemanes les dicen paciencia,
si, -vas a ser europeo pero deja que pasen unos días , o semanas o años o décadas
y ahí vemos , sigue haciendo méritos-, o como cuando los españoles piden el fin
del visado a los peruanos para que ingresen libres a la Unión europea es solo cuento
para que dejen los peruanos vender en su país productos europeos o españoles.
EE
UU y la UE prolongan cuatro meses más las negociaciones nucleares con Irán
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/19/actualidad/1405736052_916223.html
El acuerdo, que pondría fin a más de
tres décadas de hostilidad, topa con resistencias en Washington y en Teherán
MARC
BASSETS
Washington
19 JUL 2014
- 07:09 CEST
Catherine
Ashton, representante de la UE y Mohammad Javad Zarif, ministro de Exteriores
iraní. / SAMUEL KUBANI (AFP)
Irán ha
acordado este viernes con Estados Unidos y otros cinco países prolongar durante
cuatro meses las negociaciones sobre un acuerdo nuclear. El plazo vencía el
domingo. Las negociaciones, que empezaron hace seis meses, han abierto una
nueva etapa en las relaciones entre dos países enemigos desde hace más de tres
décadas.
El objetivo
es un acuerdo final que garantice a la comunidad internacional que el programa
nuclear iraní sirve para fines civiles y no para obtener la bomba.
Irán lograría el levantamiento de las
sanciones internacionales, que han dañado su economía.
Los
negociadores, reunidos en Viena (Austria),
reconocieron las dificultades para alcanzar el acuerdo en el plazo fijado por
el plan de acción firmado en Ginebra en noviembre de 2013.
“Hemos logrado avances
tangibles en algunas cuestiones”, dijo Catherine Ashton, responsable de la política exterior
de la Unión Europea. Ashton añadió que todavía existen “diferencias significativas en
algunos temas centrales que requieren más tiempo y esfuerzo”. El
negociador iraní, el ministro de Exteriores Mohammad Javad Zarif, leyó la misma
declaración, informa la agencia Associated Press.
Además de EE UU, Irán y la UE, participan en las negociaciones Reino Unido, Alemania, Rusia y China. La negociación
se centra en el programa nuclear, pero las consecuencias de un acuerdo puede ir
más allá y reconfigurar los equilibrios en Oriente Medio.
EE
UU e Irán ya se han encontrado en el mismo bando en Irak, donde ambos países ayudan al
Gobierno de Bagdad frente a la insurgencia suní.
Que los
jefes de la diplomacia de EE UU e Irán — dos
países que se habían demonizado mutuamente desde la revolución de 1979— lleven
meses hablando cara a cara, es insólito.
“No será
fácil”, dijo por teléfono John Limbert, profesor de relaciones internacionales
en la Academia Naval de EE UU y uno de los mejores conocedores de Irán en el
Departamento de Estado, ahora jubilado. Limbert fue uno de los diplomáticos
norteamericanos secuestrados en la embajada en Teherán tras la revolución, el
episodio que provocó la ruptura de las relaciones que ahora empiezan a tejerse
de nuevo.
“Lo triste es que
nuestra relación ha sido una historia de oportunidades perdidas. Siempre es
posible que algo haga descarrilar el proceso. Pero hasta ahora veo que ambas
partes están decididas a que el proceso no descarrile”, dijo el exdiplomático. Un buen
síntoma, en su opinión, es que la guerra
en Gaza entre Israel y la organización Hamás no haya torpedeado el diálogo, algo que
hace unos años probablemente habría ocurrido.
La oposición
al acuerdo proviene de Washington y Teherán. En Washington, el Congreso, que
observa con escepticismo las negociaciones, tendrá la última palabra a la hora
de levantar las sanciones. En Teherán, los autoridades religiosas vigilan con
severidad la política de mano tendida a EE UU el presidente Hassan Rohaní.
“Es una
historia de 34 años de hostilidad entre ambas partes. En estos 34 años ambas
partes aprendieron a insultarse y amenazarse. Se olvidaron de negociar. Ahora
deben reaprenderlo. Es como tener unas herramientas que se han oxidado”, dijo
Limbert, que interrumpió brevemente su jubilación en 2009 para trabajar en la
Administración Obama.
“La
diplomacia requiere tiempo y se necesita persistencia para decidir si podemos
alcanzar nuestros objetivos de manera pacífica”, dijo en un comunicado
difundido en Washington el secretario de Estado de EE UU, John Kerry. “Aunque
hemos dejado claro que es mejor ningún acuerdo que un mal acuerdo, la
posibilidad real de llegar a un buen acuerdo para alcanzar nuestros objetivos
exige que pidamos más tiempo”.
La
prolongación de las negociaciones deja en pie el actual acuerdo provisional,
que suspende cualquier sanción nueva a Irán y alivia algunas las sanciones
actuales. El acuerdo provisional también impide a Irán enriquecer uranio más
allá del 5%, lo que aleja el tiempo necesario para enriquecerlo hasta el 90%,
el nivel necesario para fabricar una bombar nuclear. Y paraliza la instalación
de nuevas centrifugadoras usadas para enriquecer el uranio.
El principal
escollo de la negociación son las futuras dimensiones del programa de enriquecimiento
de uranio y la duración del acuerdo final. En una entrevista en The New York Times, publicada esta semana, el
ministro Zarif explicó que Irán aceptaba un acuerdo que congelase su capacidad
para producir uranio enriquecido en los niveles actuales, pero que estas
restriccions deberían levantarse en un periodo de entre tres y cinco años. EE
UU quiere imponer restricciones a Irán durante más de una década.
“Si
viviéramos en un mundo razonable, Estados Unidos e Irán descubrirían que tienen
más cosas en común y cosas de las que hablar, además de la cuestión nuclear”,
dijo Limbert, que citó Afganistán, Iraq y la
lucha contra el tráfico de narcóticos. El veterano diplomático no cree que
ambos países acaben siendo aliados en un futuro próximo. “Pero vemos una
capacidad de hablar en serio, algo que no ha existido en 34 años”.
Casado
con una iraní, Limbert
nunca ha regresado a Irán, país que abandonó en 1981, cuando fue liberado de la
embajada. “Hasta ahora no soy bienvenido. Me gustaría regresar como turistas y
llevar allí a mis hijos y nietos”.
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